Kattegat, Noruega...
Una bella joven de 17 años paseaba en bicicleta por su ciudad, iba con una sonrisa en su rostro, dejando que el viento choque en el mismo y mueva su cabello rubio.
Su es Astrid Hofferson.
Una chica que a sus 13 años empezó una relación con el hijo de los empresarios más exitosos del país, Hiccup Haddock III.
En ese mismo años, los padres de ambos les dijeron que se tendrían que mudar de Berk a Kattegat por negocios, así que ambos se despidieron de sus mejores amigos y viajaron ambas familias juntas.
Por suerte, la mansión de los Hofferson no quedaba tan lejos que la de los Haddock, por lo que ambos jóvenes se visitaban con frecuencia, casi todos los días. Pues su relación era muy fuerte y estable; a base de amor, confianza y respeto mutuo.
Cuando Astrid llegó a la enorme reja que daba de entrada a la mansión Haddock, ésta se abrió dándole acceso.
-¡Buenos días, señorita Astrid!- la saludó el guardia de seguridad con amabilidad.
-¡Buenos días, Richard!- correspondió ella el saludo de la misma forma y siguió bicicleteando, hasta llegar al parqueo de bicicletas y dejar la suya al lado de la de su novio.
La rubia subió 3 escalones para llegar a las grandes puertas de la mansión, las cuales se abrieron para ella sin ningún problema, esta residencia era como su propia casa, todos los empleados la conocían y la dejaban pasar con felicidad, pues ella les caía demasiado bien. Y era lo mismo con Hiccup, cuando él iba a la mansión Hofferson, todos lo recibían contentos y se sentía como en casa.
Sin duda, ambas familias eran muy unidas.
La joven subió las escaleras hacia el 3er piso, donde se ubican las habitaciones, sin embargo, cuando llegó a la de su novio, no escuchó ni un solo ruido. Entonces, siguió avanzando por el pasillo, hasta que lo escuchó jugando videojuegos en el cuarto de juegos.
-¡Ay, no! ¡Ay, no!- gritaba el castaño sentado sobre un sofá frente a una gran pantalla, gracias sus gritos no pudo escuchar cuando la ojiazul entró y se acercó a él por detrás.
-¿Quién soy?- preguntó Astrid juguetona, mientras tapaba los ojos verdes del chico en cuanto leyó un Game Over en el televisor.
Haddock soltó una pequeña risa por a intromisión de su novia, le gustaba cuando estaba en una faceta juguetona.
-La rubia que más amo en el mundo.- respondió con dulzura, haciendo que ella forme una boba sonrisa en su rostro y se incline hacia delante para poder besarlo. Claro que Hiccup tuvo que tirar su cabeza hacia atrás para encontrarse con los labios de su chica.
-¿Qué tal, Babe?- susurró la Hofferson en cuanto se separaron.
-Es el sábado más aburrido del verano.- contestó él dramatizando, mientras que ella pasaba por encima del respaldo del sofá para sentarse a su lado- Por suerte, has llegado tú para alegrar el día, Mi Lady.- murmuró románticamente sobre sus labios y volvió a besarla.
Este beso fue diferente al anterior, fue uno más largo y profundizado, sus labios se movían y encajaban perfectamente entre sí, al mismo tiempo que sus manos exploraban el rostro o la cabellera del otro, buscando estar más cerca. Y cuando el aire les reclamaba por un respiro, Astrid optó por morder su labio inferior y tirarlo un poco, sin hacerle daño. Mientras que Hiccup, esperó a que ella lo soltara para pasar su lengua por la superficie de los labios de ella.
Cabe resaltar que aún no habían tenido su primera vez, pero sus besos sí eran candentes y no llegaban a más de unas ligeras caricias. Aún se estaban reservando para el momento ideal.

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×Our World×
FanfictionA los 17 años Hiccup y Astrid regresan, después de 4 años, a su ciudad de Berk para poder cursar su último año de secundaria con sus viejos, pero mejores amigos. Ellos son una pareja desde que tienen 13 años, todos les iba de maravilla, lamentablem...