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Aquel día en la escuela llegó a su fin y le abrió paso a los ensayos de los diferentes equipos extraacadémicos.

Una hermosa morena esperaba mientras estiraba a su equipo de porristas, ella solía llegar unos minutos antes para preparar el entrenamiento. Sin embargo, Moana no se había dado cuenta que un chico la observaba desde hace ya unos minutos, hasta que se cansó y se acercó lentamente a ella.

-¡Ah!- la chica pegó un pequeño grito cuando él la nalgueó y luego posó sus manos en sus caderas, juntando su torso con la espalda de ella.

Inmediatamente, Moana giró su rostro para ver quién tenía la osadía de hacer tal cosa al costado del campo de fútbol americano. Ella no se sorprendió mucho al ver a Lucas con una sonrisa perversa en el rostro.

-¿Creíste que nunca iba a reclamarte, zorra?- le gruñó al oído, causando miedo y repulsión en la joven.

-Lucas, por favor.- pidió forcejeando para que la suelte.

No obstante, el chico sólo la tomó de los brazos para hacerla girar y la llevó hacia los andamios que sostienen las gradas del público para acorralarla contra los mismos. Moana se asustó mucho más al sentir el choque de su espalda contra los andamios, observó la situación y veía a Lucas como un león hambriento apunto de devorar a su débil presa. Volteó su rostro hacia los lados en busca de alguien que pueda salvarla, pero nadie estaba cerca. Estaba sola.

-¿Me estás rogando para que te folle?- preguntó él manteniendo aquella sonrisa y un tono sorna en su voz.

Él no la dejó responder, solo se apresuró a llevar sus manos al borde de su falda de porrista, la chica volvió a forcejear con él para alejarlo.

-¡No! ¡Basta!- gritó ella y él le dió una bofetada para aturdirla, aún así, ella no quitaba sus manos de las de él- Por favor...- murmuró como pudo en cuanto sintió que le bajaba el minishort que traía bajo la falda y sus bragas junto con él.

Pero nada parecía detenerlo.

× × ×

-¡No! ¡Basta!- tanto como Hiccup y Astrid detuvieron su caminar al escuchar los gritos.

-¿Esa es Moana?- le preguntó la rubia a su novia al detectar la voz de la morena- ¡Vamos!- ella lo tomó de la muñeca y prácticamente lo jaló hacia donde provino su voz.

-¡Astrid, espera!- chilló el ojiverde viendo el agarre que ella sostenía sobre su muñeca, a veces, su novia solía ser impulsiva y no controlaba su fuerza, la cual a veces olvida que es mucha.

Gracias a Thor, ella lo soltó y él tomó su muñeca para sobar un poco la zona. Mientras que la ojiazul veía detrás de un poste de luz lo que sucedía con Moana, rápidamente, la ira se reflejó en su expresión. La Hofferson ya estaba cansada del trato que tenía Lucas y sus brabucones contra las mujeres.

-Me cansé de ese bastardo, a partir de hoy lo pensará 2 veces antes de acercarse a una mujer.- le dijo a Hiccup, quién detectó la rabia filtrada en sus palabras.

Astrid apretó sus manos en puños y dió sus primeros pasos hacia delante, sin embargo, sintió la mano de su castaño en su antebrazo reteniéndola. Obviamente, la ojiazul se giró frustrada hacia él en busca de una explicación.

-Eret se acerca.- le advirtió el ojiverde son quitar la vista del pelinegro, quien se acercaba enojado hacia su amigo y la chica. Hiccup no dudaba en qué su novia podía acercar cargo de la situación, es más, Astrid es la persona más fuerte, imponente y peligrosa que ha conocido; pero Eret y Lucas eran 2 sujetos bien grandes y fornidos. Y si tendrían que salvar a su amiga en una pelea 2 contra 2, sabía que había una posibilidad de que Astrid saliera herida. Y ese no es un riesgo que quiera tomar.

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