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Y así como el día había empezado de maravilla, la noche acababa desastroso para la ojiverde, quien no había salido del vestuario en toda la noche, no podía salir a hacer su trabajo y aún más cuando ya no se sentía a salvo en ese lugar, en especial, cerca de los Grimborn.

-Viggo y Ryker están preguntando por ti.- le dijo una chica castaña de cabello muy largo entrando a la habitación, tenía las ropas a medias y el cabellos despeinado, era claro que acababa de estar con un cliente.

-No puedo salir.- negó Heather tomando su bolso y empezó a forcejear la cerradura de la puerta trasera del local.

-Ellos siempre tienen esa puerta cerrada, está claro que no quieren que escapemos.- mencionó la chica con obviedad. Sin embargo, la Berserker decidió ignorarla y seguir intentando.

No obstante, la puerta volvió a abrirse con brusquedad sonando fuertemente y asustando a ambas, la castaña tomó sus cosas y salió del cuarto atemorizada al ver a los hermanos Grimborn entrar, Heather sintió un escalofrío recorrer su columna al observar sus miradas fulminantes sobre ella. Instintivamente, rodeó su abdomen con sus brazos.

-Deja tu bolso en la mesa.- le ordenó el mayor de ellos, señalándole una de las mesas de maquillaje que habían en la habitación.

La pelinegra se lo pensó por unos segundos, en realidad, no quería hacerle caso, pero ahora estaba sola y en desventaja. Lo mejor sería estar cautelosa, hasta encontrar una forma de salir sin ser herida. Así que, de una forma muy lenta, le hizo caso dejando su bolso allí. Ryker sonrió maliciosamente y triunfante, antes de acercarse a paso firme e intimidante hacia ella, la muchacha comenzó a retroceder hasta que su espalda chocó contra la puerta por la que intentó escapar. Él empotró con fuerza sus manos a ambos lados de la cabeza de ella, mientras su hermano menor caminó hacia su bolso y empezó a rebuscar entre sus cosas, sólo se detuvo cuando encontró lo que buscaba.

-Sabía que había una razón por la que estaban actuando tan raro.- habló Viggo con una calma que intranquilizaba a la ojiverde.

El mayor giró su cabeza para ver lo que su hermano sostenía entre sus dedos y dió una leve risa burlesca al darse cuenta que era una prueba de embarazo. Heather sintió sus ojos arder cuando las lágrimas se acumularon en ellos. La habían descubierto.

-Lo abortarás y seguirás trabajando.- sentenció el que la tenía acorralada volviéndola a ver.

-No.- ella juntó valor para hacerle frente.

Sin embargo, sólo logró que su semblante se volviera más amenazante y sombrío. Él movió con velocidad su mano derecha y la agarró del cuello con esta, el cuerpo de Heather se tensó.

-¿Por qué?- preguntó el pelinegro expectante- ¿Por qué no te ahorras las molestias y simplemente lo abortas? ¿Crees que es de Eret? ¿Eres tan ingenua como para pensar que él aceptará a ese bebé?- interrogó con sorna.

Ella no pudo decir nada, no sólo por el agarre de Ryker, sino porque no sabía qué responder. Él tenía razón, ni ella ni Eret están en condiciones para tener un bebé.

No obstante, antes de que alguien más pueda decir otra cosa, unos golpes en la puerta los alertó. Ryker soltó a Heather y Viggo abrió la puerta, el Grimborn menor tuvo que evitar emitir su gruñido de frustración al ver a Eret en la puerta.

-Vengo por una chica en especial.- habló directamente el muchacho desviando su vista a su novia.

-¿Desde cuándo eres cliente de ella?- cuestionó el dueño con arrogancia. Sabía perfectamente que ellos tenían algo más juntos, pero le divertía hacerles creer que no sabía nada.

-Desde que me encantaron sus movimientos en la cama.- respondió tajante y frunciendo el ceño.

Algo no andaba bien para Eret, jamás había visto a su novia encerrada en aquella habitación con ambos sujetos, no le gustaba la idea y mucho menos viendo la cercanía de Ryker con ella atrapada contra la pared. Quería sacarla lo antes posible de allí. Viggo le dió una falsa sonrisa al musculoso joven para después colocar algo en el bolso de la ojiverde que Eret no supo distinguir qué era, luego Heather se movió rápidamente tomando su bolso y saliendo de la habitación.

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