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El día de escuela acabó y nuestro grupo de amigos no volvió a ver a su miembro más bajo en el resto del día.

-¡A esto sí le llamo viajar con clase!- exclamó Brutacio, mientras miraba maravillado la limosina que el chófer de los Haddock había parqueado en la entrada de la escuela- Debo viajar más seguido contigo, amigo mío.- lo dijo al castaño colocando una mano en su hombro.

-Yo que tú no me emociono tanto.- le sonrió Hiccup- Somos muchos como para ir en una sola camioneta, por lo general usamos la camioneta, no nos gusta mucho la limosina, pero...- él no pudo seguir hablando, ya que un dedo índice se posó sobre sus labios para callarlo.

-Hablas de más, flacucho. Siempre que nos tengas que llevar a algún lado, iremos en tu limosina. Gracias.- le dijo una amenazante Brutilda y el Haddock no tuvo más que asentir.

No obstante, cuando la gemela se alejó de su espacio personal, el ojiverde sintió una mano suave y pequeña entrelazarse con la suya.

-Sí, es bueno ver que ninguno de ellos ha cambiado en estos 4 años.- escuchó la voz de su novia y ella se puso de puntillas para poder apoyar su mentón en el hombre de él.

-Tú lo has dicho, Mi Lady.- le sonrió de lado y, luego de darle un beso en la frente, se dirigió a la limosina para abrirle la puerta a sus amigos, pero en cuanto Astrid ya tenía un pie sobre el vehículo, se detuvo abruptamente. La rubia se congeló al ver a Lucas acechándola con la mirada, mientras hablaba con Eret, cuando este último se dió cuenta que su amigo no le estaba prestando atención, dirigió su vista hacia ella y entendió. Cuando Lucas formó un puño con su mano derecha, lo llevó a su boca y empezó a hacer un gesto obseno, Eret lo tomó del brazo y se lo llevó a otro lado.

-¿Astrid? ¿Qué esperas?- le preguntó Heather desde adentro de la limosina.

La Hofferson parpadeó un par de veces y sacudió su cabeza, antes de entrar apresurada al vehículo. Sin embargo, justo cuando Hiccup iba a rodear su cintura ella se alejó rápidamente y desvío su mirada al lado contrario de su novio, quien obviamente notó su evasión, pero decidió no decirle nada, prefería que ella misma se lo dijera cuando esté lista.

Y sin más, partieron rumbo al área alrededor de la empresa minera ilegal de Spitelout.

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-Vaya, sí que el papá de Patán se tomó el tiempo de buscar una ubicación algo alejada y oculta del centro de Berk.- comentó Patapez en cuanto llegaron al lugar.

Aquella empresa minera se encontraba dentro del Bosque Nacional de Berk, en un punto estratégico para no ser encontrada con facilidad, no obstante, estaba en un área natural, la cual por su invasivo trabajo en el suelo, la empresa ha ido deteriorando.

-¡Oigan!- el llamado de Elsa a unos par de metros los alertó- Tiene que ver esto.- añadió la peliblanca.

Para cuando los demás se acercaron a su posición, se dieron cuenta que ella estaba al borde de un río que estaba altamente contaminado por el trabajo minero. Jack se agachó y metió su mano a las aguas oscuras para poder ver si había algo que recuperar, pero se entristeció al ver que lo que sacó del agua, era un pez muerto.

-Aquí deben tirar los metales pesados que no les sirven o creen que están dañados.- señaló el Frost soltando al pez.

-Esto es un delito.- murmuró Hiccup con frustración- Están prohibidas las mineras que no tienen la autorización del gobierno, porque son las que no cuentan con medidas para reducir su daño al medioambiente.-  agregó señalando al río.

-¿Y entonces qué hacemos? ¿Reportarlo?- cuestionó Tilda.

-Pero eso perjudicaría no solo a Spitelout, sino a Patán también.- intervino la pelinegra del grupo.

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