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Palacio topkapi 1527




Años después del nacimiento de las sultanas sucedieron muchas cosas.
Entre ellas el que nacieron los príncipes Selim y Bayaceto, uno pelirrojo y otro pelinegro, eso hizo que muchas sultanas enemigas de la sultana Hurrem se amargaran la vida.
Lo más impactante para el imperio completo fue cuando el sultán le propuso matrimonio a la rusa.









Aposentos (Mihrimah, Ayse).




-Mihrimah ¿Tú crees que papá nos deje ir al monasterio como nuestros hermanos? -Habló Ayse con una expresión triste.

-Pues papá te ama mucho Ayse, al igual que mamá, nuestros hermanos y yo -Dijo yendo a su lado para abrazarla- Creo que si se lo pedimos y nos comportamos bien si nos dejará -Finalizó dándole un beso en la cabeza a la menor.

-Tienes razón, eres la mejor hermana mayor Mihrimah -Le sonrió y la abrazó de nuevo.

-Es por que soy tu única hermana -Ayse rió por lo bajo.

- Sultanas, La Sultana Hurrem está aquí -dijo un agha haciendo reverencia y con el rostro mirando al suelo.

-Que entre porfavor -Se quedó mirando a la puerta mientras Mihrimah le asentía con la cabeza.

El eunuco hizo reverencia y abrió la puerta para salir y luego ver entrar a la Sultana hurrem.


El eunuco hizo reverencia y abrió la puerta para salir y luego ver entrar a la Sultana hurrem

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-¡Mami! ¡Mami! -Corrió Mihrimah a sus brazos.

-Mihrimah mi querida hija -La cargó feliz.

-Madre es bueno verte -Dijo algo decaída cosa que notó Mihrimah.

-Cariño ¿Estás bien?, te noto triste, ¿Pasó algo? -Preguntó preocupada hurrem.

-Mami mi hermana Ayse quiere pedirle algo a papá pero ella teme que le diga que no -Dijo comprendiendo lo que intentaba hacer su melliza, con madre de su lado papá les diría que si y no habría ningún problema.


-Mami mi hermana Ayse quiere pedirle algo a papá pero ella teme que le diga que no -Dijo comprendiendo lo que intentaba hacer su melliza, con madre de su lado papá les diría que si y no habría ningún problema

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-Mi pequeña, hablaré con su padre el Sultán pero dime ¿Qué es lo que le quieres pedir? -Preguntó en tono cariñoso y curiosa por saber lo que su pequeña deseaba.

-Muchas gracias madre -Sonrió a medias -Lo que quiero pedirle a padre es que me deje a mí y a Mihrimah a ir al monasterios así cono lo hacen nuestros hermanos -Empezó a jugar con sus dedos nerviosamente.

-Entonces le diré al Sultán sobre eso -Dijo sorprendida y feliz- Creo que si te dejará eres muy educada y siempre has sido obediente cariño, mereces eso y mucho más -Besó su cabeza con cariño.

-¿Enserio?, Muchas gracias madre -Ayse y Mihriamh sonrieron y se abrazaron para luego la sultana del sol y la luna saltar de alegría.

-Bueno ya tengo que irme, iré con la Valide y con las demás sultanas a almorzar en el jardín, ¿quieren venir? -Dijo sonriendoles.

-Si queremos ir -Respondió Mihrimah mientras Ayse solo asentía.










En los jardines.



-¿Por que tarda tanto Hurrem? Es una falta de respeto hacernos esperar -Habló la Madre Sultana un poco frustrada ya que el sultán le ordenó incluir en sus salidas o paseos con las sultanas a Hurrem.

-Madre, tiene razón Hurrem no sabe lo que es la puntualidad, ella lo único que quiere es tener al sultán como dese- Fue interrumpida por la pequeña Sultana Mihrimah, la sultana menor hizo reverencia a duras penas al escuchar lo que Mahidevran decía de su madre.

-Mahidevran Kadin, no debería decir esas cosas de la Esposa de Su Majestad, La sultana -Habló con determinación la pequeña Mihrimah dejando boquiabierta a la mujer.

-Cierre la boca Mahidevran que le entrarán moscas - Dijo haciendo reverencia a la Valide y con un tono de diversión llevando su anillo a su pecho.

-Sultana -Apareció Ayse haciendo reverencia a su abuela, ella recién había llegado ya que se quedó buscando un regalo que quería darle a la madre sultana.

-Buenas tardes querida, ven, sientate conmigo -Sonrió amorosamente a la menor de todas -En vez de hacer desorden empiecen a comer -Ordenó mirando a la pelinegra mayor.

-Mi Sultana, este es un obsequio que quería darle por su cumpleaños pero como ese día no estuvo en el palacio se me olvidó dárselo -Comentó algo tímida- Espero que le guste -Miró a otro lado viendo a su padre junto a Ibrahim pasha del otro lado.

-Gracias por el presente Sultana Ayse -Habló generando risas en la menor.

-No es nada sultana, Tómelo -Dijo dándole una caja a la Valide la cual la abrió y quedó impresionada.

-Ábrelo madre, de seguro hay un muy bonito regalo -Comentó Hatice que recién había llegado.

La sultana madre abrió aquella caja siendo observada por todas las sultanas de allí para luego dejar ver un hermoso obsequio.

-Lo siento si no es de su agrado, pero El Sultán me presentó a un hombre que hace muchas joyas y me dejó pedir algo, le pedí que hiciera un anillo para usted Madre Sultana -Sonrió al ver que la Valide se lo puso.

- Y lo hizo muy bien, Gracias Ayse, es el mejor regalo aparte del embarazo de Hatice -Miró con ternura a la pequeña.

Mahidevran maldecía a lo bajo a la pequeña junto a su hermana por ser las hijas favoritas del sultán, ambas podrían quitarle muchos jueves santos a las sultanas si querían, cosa que sucedió un jueves antes, el sultan mandó a llamar a la sultana Mahidevran por obligación de la Madre Sultana pero Ayse junto a Mihrimah llegaron primero y el Sultán se quedó jugando con ellas hasta tarde, ambas niñas podían pasar el mayor tiempo posible con Su majestad y él no se molestaría.

Pasaron horas, ya era de noche y las mellizas durmieron junto a su hermano Mehmed, Al día siguiente Mihrimah y Ayse se fueron a visitar a sus hermanos menores, El Príncipe Selim y El Príncipe Bayaceto, eran pequeños niños hermosos pero lo malo es que siempre paraban golpeándose, común en ellos.









Aposentos del Sultán.

-Suleiman hay algo que la sultana ayse quería pedirle pero pensó que le diría que no así que yo se lo diré -Hurrem lo miró seria, ella había pasado la noche con el Sultán.

-¿Que es lo que desea mi sultana? -Quedó sorprendido por la seriedad de hurrem y por lo que su pequeña no le pudo pedir.

-Ella junto a Mihrimah tienen la ilusión de acompañarte a ti y a sus hermanos al monasterio -Respondió ella.

Suleiman se sorprendió por eso y supo lo que debía hacer.

-Está muy bien que desde pequeñas quieran aprender eso al igual que sus hermanos ellas están bienvenidas a venir con nosotros las veces que quieran al igual que Hurrem -Dijo feliz emocionando a Hurrem, lo había logrado, nuevamente.











La Gran Sultana AyseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora