Jane:
No. No está todo bien...lamentablemente no.
En el momento que sentí el ruido de explosión de los cristales mi cerebro solo pensó en ella, en protegerla, así que la abracé, evitando que ella se cortarse, poniendo mi cuerpo como un escudo. Pero, ¿qué paso con esto? Pasó que salí cortada. Con un pedazo de vidrio en mi cadera.
No le dije a Sae, no quería preocuparla, solo me importaba su cara de felicidad al ver que "nos salvamos", a demás, sí, me duele mucho, y diría que bajo de mi buzo está lleno de sangre, pero estoy feliz al saber que recibí yo el corte y no ella. Y eso era suficiente.
Mientras caminamos al cuarto yo cogeo, no puedo caminar bien, y aunque intento disimular lo mejor posible, no fue suficiente, pues Sae lo nota.
-Ey, ¿estás segura que estas bien? Deja que te revise mejor.
-No, estoy bien, de verdad, solo...me duele la pierna porque en un salto me doblé el tobillo, solo eso.
-Bueno, cualquier cosa me dices -pude notar que no se creyó lo que le dije.
Llegamos al cuarto y solo hay 4 camas, en el lugar donde habían 456, ahora solo quedan 4. Y cada una está en una esquina de la habitación.
Gi-hun se queda hablando con Sang-woo de no sé que cosa, pero Sae y yo nos vamos a sentar a una cama, las dos juntas en una.
Al rato de espera llegan los hombres de rojo a decirnos y darnos algo:
-Jugadores finalistas, los felicitamos verdaderamente por superar con éxito estos cinco juegos, como lo dije, ahora son los jugadores finalistas, y hemos preparado un regalo especial para ustedes, antes de revelarselos, por favor, pónganse el atuendo que preparamos para ustedes.
Y nos lo entregan en una caja.
-Ven, vamos -me dice Sae.
-Te sigo.
Al entrar a los baños le digo que ella pase a un inodoro mientras yo me lavo afuera, claramente no quiero que vea la herida.
Cuando ella entra me saco la chaqueta y la polera, y como suponía, el trozo de vidrio está enterrado en mi cadera y al rededor hay mucha sangre. Comienzo por sacarme ese trozo que tengo y hacer presión con un pedazo de tela de la polera vieja que rajo, y luego, con agua trato de limpiarme la piel, y después el suelo, así no dejo rastro de la sangre. Tengo que admitirlo, duele bastante.
Me pongo el traje y espero a Sae, pero antes, voto la ropa vieja y ensangrentada a la basura.
Cuando sale ella, veo que se ve hermosa, el traje le queda muy bien.
-Te ves muy linda -le dije sonriendo levemente
-Gracias, tú también -me devuelve la sonrisa.
Salimos de los baños, y al llegar al cuarto, vemos que los rojos están preparando un festín en una mesa muy bien decora, y en el centro del techo está la alcancía con todo el dinero juntado hasta hoy.
La mesa es de forma triangular, con una silla a cada lado, solo que en un lado hay 2 sillas.
Nos invitan a sentarnos y empiezan a servir las bandejas y en las copas nos sirven vino. Claramente yo me siento con Sae en las dos sillas juntas.
El plato consta de un trozo de carne y unas cuantas verduras. Se ve muy apetitoso.
Cuando terminan de servirnos, los rojos se paran detrás de cada silla a una distancia prudente.
-La cena está preparada, como muestra de gratitud por el sacrificio y el esfuerzo que han realizado los finalistas, y también para animarlos a que se esmeren más esplendidamente en el último juego. No se preocupen y disfruten del banquete.
Todos empezamos a comer, pero ellos comen rápido, y es entendible, hace días que no comenos algo tan elavorado. Pero yo no puedo comer bien, puedo apostar que me demoro 5 minutos en masticar solo un trozo de carne.
Sae me lanza una mirada preocupada, y yo le hago un gesto con la mano de que estoy bien. Espero que me crea.
Mientras más tiempo pasa más tirito, tirita mi mentón y mis manos.
Los chicos ya se terminaron el plato, y yo dejo la mitad, no puedo comer más, algo me lo impide. Y ese algo se llama corte.
Cuando los rojos empiezan a retirar se llevan todo, los adornos, los platos, las copas, los servicios,...todos...menos uno. El cuchillo.
Todos compartemos una mirada. ¿Qué tratan de decirnos? ¿Qué tenemos que matarnos? Por favor no, no creo poder defenderme bien ahora.
Tomo el cuchillo con la mano temblando y lo dejo en mi regazo. Todos hacen lo mismo. Y los rojos siguen retirando lo demás que queda en la mesa.
No me importa si tengo que matar, pero mis fuerzas no me dan para mucho más, literal, con suerte pude comer.
Sé que estoy cerca de mi final, solo espero vivir un poco más para estar segura de que Sae va a salir viva de acá.Sacan la mesa completa y dejan el candelabro en el centro para iluminar.
De nuevo estoy en la misma cama que Sae, estamos las dos sentadas.Desde acá no puedo ver que hacen los chicos, pero estoy segura que esta noche no podré dormir...o bueno...si es que alcanzo a vivirla.
-Jane, ¿qué te ocurre? No comiste casi nada, y ahora estás muy palida, dime que tienes.
-No me apetecía la comida, no estaba rica.
-Ya, ¿y por qué estás tan palida? No me mientas más.
Sé qué no paso desapercibida. Y ya no sé hasta cuando puedo seguir fingiendo, así que decido contarle. Pero antes, quiero decirle lo que siento.
-Al final si confiaste en mí. Incluso te conquisté... -le dije.
-De qué hablas?
-Eso. Que al principio no confíabas y eras cortante, y ahora miranos.
-Era porque no te conocía, y no podía confiar en nadie.
-Me alegra que confíes en mi, esa era la meta que quería lograr. Y ahora ya lo logré, incluso nos gustamos -solté una leve sonrisa.
-Quién lo diría -me siguió la risa
Pasan los minutos, el dolor se expande cada vez más. Y acá es donde asimilo que yo no viviré más.
-Sae...de verdad perdóname - comienzo a decir las palabras que más me costarán decir, y más con mi voz cortada y un puto nudo en la garganta.
-Qué? ¿Perdonarte por qué?
-Prometeme que serás feliz. Que vas a luchar en el último juego. Que saldrás de aquí, traeras a tu hermano y a tu mamá y vivirán en la casa de tu sueños...Y que irás a la Isla Jeju. -le dije comenzando a llorar, ya no pude aguantar más las lágrimas.
-No...no te entiendo.
Hago el mejor esfuerzo para incorporarme en la cama, me levanto la camisa...Y ahí está, la tela de la polera toda teñida de rojo.
La cara de Sae me mató más por dentro, sus ojos se cristarizan y empiezan a caer las primeras lagrimas.
-Cuándo?, ¿Cómo?...Esto...Vas a estar bien, ¿me escuchaste? vamos a salir las dos de acá, seremos felices, viviremos juntas, viajaremos por todos lados y... -su voz se quiebra-...Por favor no me dejes. No lo hagas.., me dijiste que saldríamos juntas, me lo prometiste...
-Sae. Sae, mirame. No puedo más. Te dije que haría lo que sea para que salieras viva de acá, aún así tenga que morir en el camino...Tienes que vivir, cuidar a tu familia...y nunca te olvides de cuanto te quiero y te querré. Te salvé para que fueras feliz, solo...cumple ese deseo por mí. Por favor no lo olvides, y tampoco a mí.
Estamos llorando. Sí. Ambas.
-Me diste el mejor final que pude desear. Este corto tiempo contigo fue lo mejor. Fuiste lo mejor que me pasó. Gracias Sae, gracias por hacerme la chica más feliz del mundo, incluso en este momento tan mierda... -hago una pausa gracias una fuerte puntada que me da- Te quiero Sae.
Y con mis últimas fuerzas le doy un beso en la comisura de sus labios.
Y después de cumplir mi promesa durante el mayor tiempo que pude; ya puedo estar en paz, así que me dejo caer sobre la cama.
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Amor En El Momento Equivocado
Fanfiction"Una historia en donde nuestras protagonistas se conocen y sienten que encajan perfectamente, a pesar de ser tan distintas una de otra, pero no toman en cuenta de que no es un momento adecuado para el amor; Y menos para uno con esperanzas de que ser...