5: De Regreso Al Juego

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Jane:

Me despierto tipo a las 10, y digo "tipo" porque no sé si ese reloj está bueno; Sae sigue durmiendo a unos metros, así que para que no se nos hiciera tarde decido despertarla.

-Sae...Sae despierta, tenemos cosas que hacer.

-Mhm...¿qué hora es?

-La verdad no sé, venga, vamos

-Voy -dijo cuando pudo abrir los ojos al 100%. Se ve linda con el pelo revuelto y recién despierta.

Nos levantamos y vamos a mi cocina

-Eh, si quieres te puedes dar una ducha mientras yo hago desayuno -le propongo.

-Ehhhh, si no es una molestia.

-Para nada, tengo todo, las toallas están en la habitación donde estábamos y el baño es la puerta celeste del pasillo, anda tranquila.

-Bueno, gracias -dijo antes de desaparecer por el pasillo.

-Sae!

-Uhm?

-En la habitación también hay ropa...y bueno, saca la que quieras.

-Estas segura?

-Claro.

-Vale, gracias.

Y ahora si desaparece.

Mientras ella se da una ducha, yo tomo desayuno, me hago un café y dos rebanadas de pan con mantequilla de maní. Y cuando termino lavo mis cosas y dejo algunas variedades para que ella pueda comer.

Me dirijo a mi habitación para ver que me pondré y adelantar tareas, y cuando voy a entrar veo a Sae en el patio trasero colgando su toalla mojada. Se puso un buzo gris y una chaqueta azul que tenía en mi armario, y tiene su pelo húmedo y caen algunas gotas. No puedo mentir, se ve muy linda.

-En la mesa dejé variedades, tengo pan, mantequilla de maní, mermelada, café, té, leche. Tú saca lo que quieras, yo me iré a duchar ahora, y cuando salga nos vamos -le dije cuando salí de mis pensamientos.

-Y tú ya comiste?

-Sí.

-Ah, bueno, gracias por todo

-No hay problema. Bueno, me voy, provecho.

Me meto a mi cuarto, saco una toalla y un buzo negro junto a una polera gris y una chaleca negra. Y me voy al baño.

Disfruto el baño como si fuera el último que me daré, porque no creo que allá nos dejen.

Salgo del baño como en 15 minutos después, y cuando ya estoy lista, veo a Sae sentada en uno de mis sillones.

-Comiste bien? -le pregunté.

-Sí, ¿vámonos?

-Claro, vamos.

Salimos de la casa y nos dirigimos al hogar de su hermano. El trayecto es en silencio entre nosotras, pero no uno incómodo.

Cuando llegamos, ella me invita a pasar, y mientras habla con una monja yo observo el lugar, es muy bonito, no es como los típicos hogares que veía antes en la television.
Sae llega a mi lado con un helado y dice que pasemos al jardín porque ahí está él. Cuando entramos pude ver a un niño con la cara igual a ella, solo que versión masculina y pequeña.

El niño está sentado alejado de los demás niños, y cuando ve a Sae corre hacia ella y la abraza.

-Te extrañé mucho -le dice el niño- ¿Quién es ella? -pregunta mirándome.

Amor En El Momento EquivocadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora