4: Votación

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Kang Sae-byeok:

No puedo evitar responderle con ese tono a Jane, pero tampoco quiero hacerlo sinceramente. La verdad no sé que me pasa. Ella puede ser molestosa, pero también es simpática.
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Pasan y pasan los jugadores hasta llegar a la jugadora 212, y antes de eso todo era silencio, pero ahora alguien lo rompe.

-Están todos locos? ¿En serio quieren continuar? -nos grita un jugador.

-Y qué si nos vamos? -le responde la jugadora 212- ¿Qué diferencia va a ser? La vida de todos allá afuera es una completa mierda.

-Es cierto, si nos detenemos les estamos haciendo un favor a los muertos, ellos obtendran 100 millones de WONES. Nosotros somos ganadores, no es justo -lo complementa otro hombre.

-Por favor no nos hagas esto, deberiamos irnos -dice otro.

-No tengo donde ir, aquí tengo una oportunidad, ¿pero afuera? no tengo nada más -dice otro- Quedemosnos hasta el final. Prefiero intentarlo hasta que muera que morir allá afuera como un perdedor.

-Idiota, si quieres morir hazlo tu solo, no nos arrastres a morir contigo -le dijo otro antes de ser amenazado por un rojo.

-No vamos a tolerar ningún tipo de acto que obstaculise este momento democratico, por favor, reanudemos este proceso de votación.

Cuando menos lo noto ya pasan los números y me toca. Me hago paso y boto rápidamente, mi respuesta es VERDE.
Me hago paso entre los jugadores que están en el montón de los que ya votaron y espero a que sea el turno de
Jane, quiero ver que decide ella.

Y cuando es tu turno  veo como ella pasa por entremedio de los jugadores para llegar al punto de los botones, ella me mira por un segundo, y luego pincha VERDE.
Ella quiere seguir jugando, aún así arriesgara su vida, me da curiosidad el saber porqué, tengo que admitirlo.

Ella llega a mi lado y vuelvo a mirar hacia los botones.

Pasan los demás votantes hasta que queda solo uno, un anciano que tiene la última palabra, pues está 100 en VERDE y 100 en ROJO.

-Atención, este es el últimmo votante, jugador 001 -él avanza- si desea continuar jugando presione circulo, si desea que el juego se termine, entonces presione equis.

Y al final ganó el ROJO, o sea se acaban los juegos. Claro, esto hace a muchos jugadores felices, y a muchos frustarse.

-La mayoría de los jugadores votó para terminar el juego. Por lo tanto, este juego ahora está terminado

-No, los que quieran irse que se vayan, pero los que quieran quedarse, que sigan jugando -le reclama un jugador- la mitad de nosotros ya murio, no podemos parar aquí.

-Sí, por favor dejenos continuar -es ilógico que la misma mujer que fue la primera en pedir que nos dejen ir, ahora se esté quejando.

-Si, continuemos -dijo otro que quería quedarse.

-Es una pena que debamos despedirnos de ustedes así. Sin embargo, no les cerraremos la puerta de la oportunidad, si la mayoría desea volver a participar, tengan por seguro que vamos a reanudar el juego. Por ahora, yo los despido -dijo por último.

Nos guían hacia donde estacionan las limosinas y nos suben, pero antes de poder hacer algo más, nos durmieron.

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Siento como me tiran hacia la calle, y tengo frío, y puedo escuchar como un hombre se queja, y más al lado una chica.
Puedo reconocer que el hombre es 456, y la chica supongo que es Jane, así que le digo a 456 que me desate para yo poder ayudarlos a ambos. Le dije a él porque pude sentír que es el que más serca está de mí, así que cuando me desata, me visto con la ropa que hay en la bolsa y ayudo a Jane, le paso su ropa y se viste.
No quiero ayudar a 456, porque cuando lo desate me vá a pedir el dinero que le robé aquel día.

-No lo ayudaremos? -me dice Jane.

-Me va a robar, así que no.

Ella solo asiente.

-¡NO, SUELTENME POR FAVOR! -grita 456.

-Vamonos -le digo a Jane

Hablo en plural ahora? Sí. Muy raro.

Cuando nos alejamos del lugar en donde nos tiraron, recuerdo que no tengo donde ir, pues mi arrendataria me corrió por no pagarle 3 meses que le debía. ¿Y ahora qué hago?

-No tienes a dónde ir, ¿verdad? -escucho decir a Jane.

-No.

-Ven conmigo, no tengo la casa más cómoda, pero sirve como refugio -me invita.

-Qué? ¿Segura? -dudo.

-Claro, no vivo con nadie, estaremos bien.

Cuando llegamos a su casa me ofrece entrar y lo hago, es una casa chica, pero no espero más, tiene toques algo desgastados, pero aún así estoy agradecida.

-Por qué querías seguir jugando? -me ganó la curiosidad y le pregunté para romper el hielo. Y para saber, claro.

-Porque no tengo nada que perder, ¿sabes?. Si muero, no le haré falta a nadie, no tengo a nadie conmigo; si gano el dinero, seré feliz, podré arreglar esta casa, y un millón de cosas más, en cambio, si muero, tampoco importará.

-Oh, ya veo -no sé que más decirle, ahora me arrepiento de preguntarle.

-Creo que así es mejor -me dice forzando una leve sonrisa-. ¿Y qué hay de ti?, ¿porqué querías seguir?

-Tengo un hermano pequeño, tiene 9 años y está en un hogar porque no puedo mantenerlo, y nuestra madre está en una prisión en otro país, y papá murió, así que si ganó, arreglaría todo eso, podré vivir con los dos, todo lo que siempre soñé -¿no es gracioso como en la mañana no le quise contar esto pero ahora si? Bueno. Yo tampoco entiendo que pasó-

-Wow, lo siento, espero que ganes el premio.

-Ojala.

-Te parece si mañana llamamos al juego?, acuerdate que podemos.

-Segura que quieres volver tú?

-Sí, no tengo más cosas que hacer, a demás, me aseguraré de que ganemos, y quien sabe, tal vez en una de esas ganamos las dos y somos vecinas -empieza a reír.

-Puede ser -me empiezo a reír timidosamenete, su risa es contagiosa.

Me reí. Me reí con ella. Ya definitivamente mi cerebro fue cambiado por otro. A demás su "me aseguraré de que ganemos", me mezcló tantos sentimientos que incluso me quedé en shock.

Pasa un tiempo en silencio hasta que le digo:

-Oye, me podrías acompañar mañana a ver a mi hermano, me gustaría avisarle que no lo veré en sierto tiempo.

-Oh, claro, te acompaño, y luego llamamos a los hombres de rojo.

-Bien. Gracias.

No sé porque puedo abrirme ahora con Jane, ella es distinta a los demás, y eso me da unas buenas vibras. Pero la verdad es que ni yo se como explicarme. Mi cabeza está por estallar.

Luego de esa charla comemos lo que hay en la despensa, unos platos preparados que se tienen que calentar al microondas; Están buenos, no me voy a poner a criticar la comida de alguien que me recibe en su casa.

Terminamos y nos acostamos en unas sabana dobladas que simulaban una cama, pero aún eso es mejor que dormir afuera.

-Buenas noches Sae.

-Buenas noches.

Ella se durmió antes que yo, yo estoy pensando en mi hermano, en mi madre, y en todo lo que haría con el dinero del premio si es que llegara a ganar. Y para que mentir, pienso en mí, en porque ese cambio de actitud frente a ella. Y llego a la conclusión de que ni yo lo sé. Pero también dedujo que no me voy a preocupar, la verdad no quiero tener otro peso en mi cabeza. Así que mejor "dejo que todo fluya". Pero siempre con límites y cuidados.

Amor En El Momento EquivocadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora