Flores - Nejire Hado

cap 34 ; lirio amarillo

Su alarma resonó en su habitación, adormilado la apagó acurrucandose en el montón de mantas que tenía desordenadas para volver a dormir, se encontraba cansado, sus ojos pesaban, acomodo su cabeza en la almohada y siguió durmiendo, diez minutos después volvió a repetir el mismo ciclo, así un par de veces, hasta que alguien tocó su puerta, y más dormido que despierto, permitió la entrada a quien tocaba en su puerta sin enterarse realmente de quien era puesto que había seguido durmiendo luego de haber dicho "pase".

La luz de su habitación fue encendida haciendo que este cubriera su rostro, hundiéndose cada vez más en las mantas, alguien lo destapó cuidadosamente dejando parte de su cuerpo descubierta, haciendo que frunciera el ceño aún con los ojos cerrados. Un suave beso fue depositado en su frente.

— Ya es hora que despiertes.— una suave voz femenina lo trajo de regreso al mundo real abriendo sus ojos y encontrándose con la mirada de su novia.— buenos días.— el chico sonrió al sentir un suave beso en su mejilla, su rostro volviéndose levemente colorado ante tal acción.

—Buenos días.— contesto sentándose en la cama.— ¿Qué hora es?— murmuró tomando su celular para mirar la hora, sorprendiendose de el hecho de que había estado ignorando todas sus alarmas, levantandose rápidamente para tomar su uniforme.— ¿Ya comieron?— pregunto mientras rebuscaba en sus cajones ropa interior.

—Aun es temprano.— le dijo la chica de cabellos celestes.— Tamaki, mirio y nagato están preparando el desayuno, así que no debes apresurarte tanto, aún hay tiempo.— le dijo acercándose para abrazarlo por la espalda.

—¿Estas bien?— pregunto el chico notando el tono desanimado en la voz de su novia, girándose para hundirla entre sus brazos, en un abrazo apretado y calido.

—Si, es solo que volver a clases me tiene algo nerviosa, en un par de meses por fin nos graduamos, pero la sociedad en la que vivíamos, la que conocíamos, ya no existe... ¿Que pasa si los héroes ya no son necesarios?— TN acarició el suave cabello de la chica, tratando de confortarla.

— Por ahora, tal vez, solo debamos concentrarnos en acabar las clases, los héroes aún trabajan, que nosotros como pasantes no podamos en estos momentos no significa que después no podamos trabajar en ello, tú lo dijiste ... Aún hay tiempo.— dijo para despues besar su cabeza, tratando de tranquilizar a la joven.

— Supongo que tienes razón.— murmuró la chica, levantando su cabeza para mirarlo, ahora que lo pensaba el chico era más alto que ella, realmente no parecía haberse percatado de ello antes, quizá porque el chico normalmente no iba completamente erguido. Le sonrió antes de besarlo, separándose del abrazo.— te espero abajo ¿Bien?

Cuando la chica salió de su habitacion TN se dispuso a vestirse, metiéndose al baño a tomar una ducha antes de arreglarse y bajar, sus amigos parecían entretenidos mientras cocinaban, parecía que algo se les había quemado pero realmente no podía estar seguro.

Luego de comer, salieron hacia la academia, un discurso en conmemoración a lo que había sucedido, palabras de ánimo y buenos deseos, aquello era lo que escucharon por más de veinte minutos antes de ingresar a sus salones deseando que todo estuviera bien en lo que quedaba de año.

Las clases pasaron algo rápido, la baja de algunos profesores se había hecho demasiado notoria, los ánimos en las primeras horas de clases estuvieron algo bajos, pero poco a poco la moral fue subiendo. Aquellos malos sentimientos que tuvieron al ver como las cosas no volverían a ser como antes les habían afectado, algo les molestaba en su interior, pero como una vieja herida que dejaba una cicatriz y sin poder hacer nada, ahí estaba, dejando su marca en la vida de todos aquellos que habían vivido aquellos sucesos de tan cerca (y no tan cerca) su realidad no sería la misma, sus vivencias harían que las cosas cambiarán en sus vidas pero aquello podía significar una oportunidad de cambio.