Y aquí me encuentro nuevamente, una mañana 5 am, como siempre el divino insomnio jugando conmigo, pero ya honestamente me da igual ¿saben? tengo 26 años luchando con este problema y dejé siquiera de pensarlo para no atormentarme. Así que me levanto como cada mañana, voy a mi estudio donde tengo algunas cosas como pesas, bicicleta fija y rueda abdominal y me dedico una hora para mi, para sudar y tener energía durante mi jornada laboral.¿Ya les dije mi nombre? Perdón si he sido descortés, me llamo María José, soy de uno de los Países más maravillosos y tropicales que van a a conocer (Venezuela) estudié Ingeniería cibernética por lo que soy licenciada y actualmente vivo en una ciudad muy fría llamada Bogotá. Vivo sola, cosa que amo porque soy muy intensa con mis cosas y mi espacio. Mis padres viven en Cartagena y bueno estoy acá sola porque mi trabajo es algo demandante así que he aprendido a tratarme, cuidarme y entenderme. Tengo 2 excelentes amigas, Amalia y Zoe, las conocí por mi trabajo y desde hace 3 años somos inseparables.
Terminé mis ejercicios, me di una ducha, desayuné algo rápido y me dispuse a salir en mi moto al trabajo. Algo que odio de esta ciudad es el tráfico, es tan pesado que desde hace un año decidí comprar mi moto porque prefiero mojarme cada vez que llueve (que es casi siempre) a no tener que tomar transporte público porque es desesperante, literalmente una diligencia de 30 minutos se puede convertir en 3 horas y eso no lo tolera mi cerebro, así que aquí voy con mi pequeño Louis como llamo a mi moto y mi súper casco con mi música favorita.
Al llegar al estacionamiento me ubico en uno de los espacios para motos y escucho que gritan, esa voz es inconfundible.
¡Hey guapa! me das un aventón o qué? Grita Amalia mientras viene comiendo un sándwich hacia mi.
Ja ja, muy graciosa ¿Por qué llegaste tan temprano? Le dije mientras me quitaba el casco.
Hoy fue una mañana muy particular, nada de trancones y me rindió tanto que me desperté justo cuando debía bajarme - Reía con triunfo mientras devoraba su comida
Bueno eso si es algo nuevo considerando como son las mañanas aquí- Dije mientras caminábamos a la entrada de nuestro empleo. No entiendo aún como es que duermes todo el camino, yo jamás podría. Y ¿Dónde está Zoe?
Seguro tarde como siempre, pero ni modo, ya veremos como la ayudamos.
Llegamos a nuestra oficina, la cual era un espacio muy grande con computadoras por doquier y cubículos, siempre nos sentábamos juntas las 3, así que dispuse a dejar mi morral con mis cosas mientras fuimos por un café para Amalia y Zoe ya que yo no tolero la cafeína ni sus derivados, pero eso se los contaré más adelante.
Y ¿Cómo te terminó de ir ayer? Me preguntó Amalia mientras servía café .
Bien, normal- Dije sin ganas
Ay parce ¿A lo bien? Hasta a mi me dio fastidio esa respuesta- Dijo Zoe acercándose a nosotras agitada por correr.
¿Cierto mk? Me quitaste las palabras de la boca. Reía Amalia y yo la fulminaba con la mirada. Algo interesante de mi es que soy extremadamente tímida, solo en ocasiones logro contar el cómo me siento en realidad y prefiero evitar esos temas, pero mis amigas me conocen muy bien y no me insistían cosa que amaba profundamente ¿Y ese milagro tú a esta hora aquí?
Pues que te dijera, me levanté temprano hoy- Suspiraba Zoe mientras se sentaba a mi lado.
¿O es que no te dejaron dormir? Reía Amalia y yo no pude aguantar la risa al ver a nuestra amiga sonrojada.
Siii ella sola se descubrió. Normal Zoecita- Traté de calmarle sus mejillas rojas- El sexo no es algo que deba avergonzarte.
Ay déjenme en paz. Reía junto a nosotras.
La mañana pasó equis, normal como siempre, números, estructuras e implementación para que esta empresa no se venga abajo. Mientras trabajo me gusta mucho usar mis audífonos, para mi es tan importante la música como respirar, y con mis amigas tenemos un grupo en donde nos distraemos de la ya pesada rutina.
Al finalizar la jornada me coloqué mi chaqueta de cuero Vinotinto, tomé mi mochila y salí con mis amigas, me despedí de ellas y emprendí rumbo a mi preciado apto. Algo que amo es mi casa, mi espacio, no hay nada para mi como llegar a un sitio donde tengo el control de las cosas, quizá sueno un poco obsesiva, y bueno la verdad si lo soy, pero es que nada como mi casa, claro está, no es mía, es arrendada pero lucharé para tener mi apartamento propio en cualquier momento.
Al llegar a casa dejo las cosas en una mesita y me quito mi ropa para darme una ducha reparadora, al finalizar mi aseo me coloco una pijama que básicamente se compone de un sweater y un pantalón muuy cómodo, y luego de esto voy a mi espacio favorito, mi estudio. No les conté temprano pero en mi estudio tengo mis instrumentos, una guitarra y un teclado, también un escritorio con mi laptop y unos audífonos muy grandes donde me pierdo en mi música, así como tengo también una mesa de dibujo porque amo dibujar, no lo hago a diario, es una cosa de necesidad y me encanta porque me concentro muchísimo y me quita la ansiedad, porque si, soy una persona ansiosa, con miedos, con dolores irreparables pero con la fe puesta en poder avanzar. Mi vida no es la misma desde que una persona muy importante para mi se fue...
Audífonos los extrañé, me siento mientras me los coloco y me sumo con los ojos cerrados a la melodía que no me deja en paz desde hace un tiempo. ¨Paris¨ de Ingratax.
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¡Hola! Tiempo sin leernos. Espero que disfrutes esta historia tanto como yo, viene cargada de mucho peso emocional
IC
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Existencial
General FictionSi la vida no tuviera tantos matices no podría llamarse vida. Conoce a María José y su impactante historia.