Solo puedo llorar, me encuentro sentada en el mismo lugar, estática, no sé que va a ocurrir. Observo como Bruno continúa celebrando hay mucha gente a su alrededor. Intento limpiar mis lágrimas, debo calmarme, no puedo perder la cordura, este es solo un acto de amor, mi hermana lo vale. Respiro, inhalo y exhalo una y otra vez, logro tranquilizarme, me levanto y me dirijo a una mesa dispuesta con comida y tomo una botella con agua, llevo días sin alimentarme bien y ciertamente la palabra apetito ni siquiera existe para mi, pero me encuentro sedienta y por ello ingiero un poco de agua. Regreso al sillón, aclaro un poco mis ideas, debo esperar. Observo nuevamente el lugar y están colocando el escenario junto a arreglos de flores, dinero, mucho dinero, papeles y un enorme trofeo.
Pasa alrededor de una hora, todo está a disposición para la ceremonia, escucho que la puerta se abre y me pongo de pie para observarla, Bruno entra detrás de ella con el traje que traía puesto temprano y unas heridas aparentemente auxiliadas, una cinta que cubre parte de su ceja derecha y su labio hinchado de lado izquierdo, en cuanto me ve se dirige para colocarse frente a mi
Felicidades- Logré decir
Gracias- Se removía incómodo, el ambiente estaba tenso, yo no podía ni quería decir nada- Debemos irnos
Entiendo- Asintió e iba a decir algo pero sus palabras no salían, yo quería gritarle, terminar con lo que Mansur no pudo, pero debía estar tranquila por mucho que me doliera- ¿Puedo por lo menos ver a mi hermana? Es lo único que me importa además de mi sobrina, por eso estoy aquí
Haré todo lo posible María José
Pero si es un intercambio, ¿Por qué no?
Lo sé pero eso no depende de mi
¡Claro que si! Ahora eres el señor huevos grandes, ¿Lo olvidas?- Se lo dije con rabia y el frunció el seño, se quedó pensando un rato más
Tienes razón, puedo pedirlo- ¡Por fin algo bueno! Les juro y les repito que si puedo verla me pueden matar ahí mismo- Vamos
De acuerdo- Me dejó seguir y salimos, nos esperaba una señorita con antifaz que nos guio por todo el lugar, varias personas se acercaban a nosotros y felicitaban a Bruno, supongo que son parte de los narcotraficantes que perdieron este inútil juego sin sentido. Salimos a la plazoleta donde jugó con Mansur, el piso ya no era arena sino que tenía nuevamente esa lona que la cubría, habían flores por todos lados, algunas estatuas y una alfombra roja. Ahora habían sillas dispuestas frente al escenario donde se encontraban varias personas. Habían dos hileras de sillas en primera fila, una donde se encontraban los Adsuar y otra donde se suponía debían estar los Villaroel. La señorita se detuvo en la hilera de nuestras sillas y nos hizo un gesto indicándonos que debíamos tomar asiento, me senté y todas las miradas se posaban en mi, sentía como me observaban y empezaba a sentirme incómoda, Bruno se sentó a mi lado y por fin me habló
Tranquila
¿Cómo se supone que lo esté? Parece que soy la comidilla de este lugar
Lo siento, perdóname de verdad. Todos saben lo que ocurrirá y Mía se parece demasiado a ti, por eso están sorprendidos
Por eso y por tu maldito jueguito
Perdón. Permíteme un segundo por favor- Se levantó y se dirigió al jeque, intenté de la manera más disimulada que encontré buscar a mi hermana pero no estaba ¡¿Dónde putas la tienen?! Empezaba a frustrarme, ya es demasiado esto. Vi como Bruno y el jeque se alejaron, estuvieron conversando un rato y luego regresaron a sus asientos
¿Dónde está mi hermana Bruno?
Está con sus guardaespaldas, ella no sabe que estás aquí
¿Por qué?
Porque de otra manera simplemente no estuviera aquí, ella no habría permitido este cambio y lo sabes
Pero ¿Podré verla?
Aparentemente si, esperemos que la ceremonia termine y haré todo lo posible- Comenzó el evento, la mujer que dio inicio al juego ahora nos contaba los premios, deberes y derechos de la familia Villarroel por el título de jeque mayoritario que se les otorgaba a partir de hoy y por los próximos dos años, así mismo indicaba los vienes que perdieron el resto de participantes y que ahora se encontraban en su poder. Todos aplaudían felices y emocionados. Yo estaba perpleja y furiosa, esta gente perdió la cordura, de eso no hay duda. Finalmente llamaron al centro del escenario a Bruno y todos se pusieron de pie para ovacionarlo y me tocó seguirlos. Cuando tomó el micrófono pudimos sentarnos nuevamente- El día de hoy es muy especial para mi y para mi familia, que aunque no están todos por motivos personales, es mi deber hacerles saber que hemos luchado año tras año por este momento, por lograr no solo este título, sino por mi hermano que se encuentra en otro plano, era una promesa y hoy nos sentimos supremamente complacidos. Al final del día el dinero y el poder se desvanece, pero la familia es lo primero y hoy, en nombre de la familia Villarroel agradecemos su confianza, la oportunidad que nos han brindado de formar parte de este lazo de unión. Muchas gracias- Nuevamente todos se pusieron de pie, aplaudían, gritaban y el jeque subió para entregarle el trofeo, lo abrazó y finalmente Bruno levantó el trofeo y con ellos todos empezaron a ovacionarlo una vez más. Al concluir, la señorita invitó a todos a dirigirse al salón donde los esperaba una mesa de degustación, fuimos al lugar y había una banda en vivo, una mesa enorme con los platos dispuestos, una pista de baile y mucha felicidad encriptada en esta maldita locura.
Necesito ver a Mía ya, necesito que esto se acabe, solo me estás torturando- Estaba sentada al lado de Bruno quien comía y conversaba con las personas que tenía cerca, yo no podía probar bocado, me estaba volviendo loca, el tiempo transcurría
De acuerdo María José, ya mismo hablo con el jeque- Se levantó y se acercó a este hombre que me veía sonriente, se puso de pie y luego Bruno se acercó rápidamente a mi- Ven rápido- Lo seguí y me uní a ellos
¿Estás ansiosita belleza? Ya casi nos vamos, tú tranquila- ¡Maldito! Mil veces maldito, me encantaría poder decirte cuanto te odio- Esos gestos me enloquecen- Sonreía con grandeza y me provocaba escupirlo, me da asco. Continuamos caminando hasta llegar a una limosina, en cuanto los guardaespaldas lo vieron abrieron la puerta del carro- Bueno amigo, hemos llegado. Por favor, entra a la limosina hermosa
Espera Tamim, ¿Dónde está Mía?
Tranquilo hermano, está en otra limosina, sabes que soy un hombre de palabra y no te fallaría, además, perdonaste la vida de mi sangre y eso no lo olvidaré. Ya te llevo con ella
Gracias, ¿ella puede verla?
Mmm no lo sé, será complicado porque Mía no lo sabe. Entra al carro por favor- Volvió a decirme y esta vez lo hizo en un tono más rudo, maldición, que impotencia. Vi a Bruno quien me observaba intentando decirme un millón de cosas y entendí que debía subir a la limosina. Cuando me disponía a entrar escuché un grito, esa voz, esa palabra, ese sonido me devolvió la vida en un instante
¡MARIPOSA!- Mi ángel volvió
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Existencial
General FictionSi la vida no tuviera tantos matices no podría llamarse vida. Conoce a María José y su impactante historia.