Cuando tenía 19 años mi vida era plena, mis padres eran dueños de una empresa de exportación, mi hermana y yo éramos inseparables, de esas de no creer porque normalmente sucede que con la diferencia de edad haya muchos roces, pero no era nuestro caso, nos contábamos casi todo y yo trataba de protegerla lo más que podía, mis padres viajaban mucho y teníamos una nana que estaba 24/7 con nosotras; bueno más que todo con Mía porque ya me encontraba en la Universidad, andaba en mi carro y era más independiente. Nunca fui una persona fiestera pero si solía salir con algunos amigos en ocasiones y empezaba a enamorarme de un chico que estudiaba la misma carrera que yo, su nombre es Esteban, era un chico muy atento, siempre se sentaba junto a mi y me hacía reír, me contaba parte de su vida, era hijo único y amaba mucho estudiar. Oficialmente teníamos 6 meses de novios y mis padres lo conocían y aceptaban.
Mi vida se desenvolvía entre la Universidad, amigos, mi hermana, familia y mi novio. Mía tenía 14 años, era una chica vivaz, siempre sonriente, amaba dibujar tanto como yo, era excelente nadadora por lo que entrenaba a diario y formaba parte de uno de los equipos más importantes de nuestra ciudad, había participado en muchos concursos y se encontraba entre las mejores de su curso. Siempre decía que quería ser nadadora olímpica, que ganaría una medalla de oro y que nada ni nadie la iba a distraer de su meta, cosa que me llenaba de orgullo porque se levantaba cada día a las 5 am para estar entrenando a las 6.
Nuestros padres eran las personas más amorosas, humildes y con un corazón de oro. A pesar de estar rodeadas de lujos hacían que nos ganáramos las cosas con esfuerzo y dedicación, nuestra única labor era ser excelentes estudiantes y si queríamos algo debíamos luchar para conseguirlo, por eso ambas éramos muy determinadas con lo que queríamos y sabíamos bien hacia donde nos dirigíamos. Siempre me vi como una gran ingeniero, mi pasión siempre fueron las computadoras, el sistema, el cómo se desarrolla toda la interfaz y me enfocaba en ser la primera de mi clase.
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Mariposa, mamá dice que si vas a comer ya- Me decía Mía mientras entraba a mi habitación sonriente.
Mmm no tengo hambre- Continuaba con la vista en mi laptop
Y que ¿Cómo vas con Esteban? ¿Mucho amor desenfrenado? Reía a carcajadas
Oye que te pasa- Reía con ella- No estás en edad de decir esas cosas
Ay no seas aburrida ¿prefieres que le pregunte a alguien más que no sea mi hermana? Porque puedo hacerlo
Hey hey, eso jamás- Tomé sus mejillas- Óyeme bien, soy y seré la persona a la que más confianza puedes tenerle ¿ok? A mi puedes preguntarme lo que sea y también contarme, para eso nos tenemos, somos un equipo.
Gracias sis, sé que es así ¿Y entonces, me vas a contar? Rodé los ojos por su insistente pregunta pero sonreí. A pesar de que quiero que me tenga mucha confianza es mi hermana y no es tan fácil hablar libremente de esas cosas porque soy tremendamente tímida pero con ella trataba de no serlo.
A ver- Me acomodé en un sillón de mi habitación y ella junto a mi- ¿Qué quieres saber?
Pues- Se miraba las manos, pero estaba decidida a hablar- ¿Ya tuvieron sexo?
Bueno, es muy diferente tener sexo a hacer el amor, entregarte a alguien que realmente ames
¿Eso es en serio? La verdad siempre leo mucho eso de que el sexo es distinto a hacer el amor pero no entiendo como
Lo que sucede es que a veces hacemos cosas por impulso, es como que tu meta ahorita sea prepararte para ganar una medalla olímpica cierto?- Ella asintió atenta- Exacto, entonces entrenas cada día con pasión porque vas con todo por ese sueño, pero sería muy diferente si lo hicieras solo por un capricho o por quitarte las ganas y solo decir tengo una medalla. ¿Me entiendes?
Oohh comprendo, no lo había visto desde ese punto de vista. ¿Entonces es malo tener sexo?
No para nada, de hecho tener sexo te llena de mucha adrenalina si es con la persona correcta, pero cuando haces el amor es porque hay una conexión tremenda con tu pareja y fácilmente puedes tener sexo con esa misma persona y sentirte plena. Sé que suena un poco enredado enana, pero créeme que todo tiene sentido una vez sucede.
La verdad si te entendí, en definitiva era contigo con quien debía hablarlo-Sonrió- ¡Pero oye! No me contestaste la pregunta, siempre buscas la manera de evadirlo- Su comentario me hizo reír.
Pues creo que la respuesta está explícita en lo que te acabo de decir ¿no? Pero respondiéndote abiertamente, si hermana, Esteban y yo nos entregamos el uno al otro.
Es decir que ¿él también era virgen? Abrió los ojos sorprendida
Si, así es ¿sabes? a veces no importa el tiempo, la edad o la presión social, lo importante es tener a alguien con quien compartir experiencias que te llenen y que nunca olvides, básicamente saber tomar decisiones que te ayuden a futuro.
Wow sis, muchas gracias por compartirlo conmigo, la verdad me ayuda mucho para el fututo.
Y bueno, ¿hay algún galán por ahí?- Pregunté y escuchamos cómo mamá nos llamaba que fuéramos a comer porque era tarde- Te salvó la campana enana, luego me dices- Sonrió victoriosa y me tomó la mano para que bajáramos a comer.
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No sabía que la vida tenía tantos matices, sé por excelencia que hay sube y bajas pero nunca imaginé que mi vida diera el vuelco tan tremendo que dio, y lo peor es que fue para mal. Ya nada sabe igual, ya nada lo veo de la misma manera. A veces me siento un zoombie en un camino de humanos existiendo. Siento que el tiempo se detuvo, que me quedé ahí, justo en ese momento cuando me dijeron tu hermana no está.
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Existencial
General FictionSi la vida no tuviera tantos matices no podría llamarse vida. Conoce a María José y su impactante historia.