¡Mi amor! ¿Qué lugar tan hermoso es este?- Corrí a una pared de cristal que rodeaba toda la suite, se veía la ciudad entera desde el inicio hasta el final de la habitación, millones de luces se contemplaban, y ni que decir de la luna majestuosa y las estrellas con ella.
¿Te gusta mi amor?- Me abrazó por la espalda y hundió su nariz en mi cuello- Tu aroma me enloquece
Me encanta, es hermoso, perfecto
Así como tú- Me volteó para que lo mirara- Hoy quiero que seamos solo tú y yo mi amor, que el resto del mundo se quede detrás de esa puerta, no me importa nada más, solo tú, quiero amarte hoy, mañana y todos los días de mi vida- No dije nada y me alejé sin dejar de mirarlo, busqué el primer interruptor que hubo cerca de mi, bajé las luces, él no dejaba de mirarme, volví a acercarme peligrosamente a sus labios y cuando iba a besarme le tomé las manos y me alejé guiándolo a la cama, una vez frente a ella puse mis manos en su pecho y lo empujé para que cayera, él se dejó ir y se apoyó de sus codos para continuar mirándome, volví a alejarme pero no demasiado, quería que me viera por completo. Tenía un vestido color verde aceituna con un cuello en V, con una abertura pronunciada en una de mis piernas, y lo más interesante del vestido es que tenía un aparente diseño en el centro con un nudo, pero al deslizar una cinta alrededor de él se caía a mis pies, miraba a mi novio en todo momento, así que puse mi cabello a un lado y deslicé mis manos por mi pierna más descubierta, continué con mi mirada fija en él y noté como tragó saliva. Mis manos continuaron su recorrido, no había prisa, disfrutaba lo que lograba en él, sabía que lo enloquecía tanto como él a mí. Terminé de subir hasta llegar al nudo, me mordí los labios y tiré suavemente de la tela, el vestido cedió y cayó a mis pies. Nick me miraba con deseo, como una bestia tras su presa, se lamía un poco los labios y noté como su respiración aumentó el ritmo, me dejé ver ahora en un liguero color negro con encaje y pasé lentamente mi lengua sobre mis labios, él no soportó más y se levantó para tomarme por la cintura- ¿Qué fue lo que hice para merecer tan hermoso regalo?- Besaba mi cuello con desespero y pasó su mano por mis pechos
Amarme- Dejé ir mi cabeza atrás para darle más acceso a sus labios sobre mi cuello
Cada segundo de mi vida- Subió a mis labios y los devoró como nunca, la necesidad por amarnos no daba espera, así que rápidamente quité su blazer y su camisa, él por su parte me mordía, lamía y pegaba más a él. Me levantó es sus brazos y me acostó en la cama, se quitó el pantalón y su bóxer, volvió a mi y me despojó de mis últimas prendas, las lanzó en algún lugar de la habitación y me recorrió con su lengua desde mis piernas hasta llegar a mi zona más íntima, me hizo soltar un gemido fuerte cuando sentí los círculos que hacía en mi clítoris. Este hombre me enloquece con cada cosa que hace y esta vez no es la excepción.
Necesito sentirte ya, ámame- Solté aferrándome a sus brazos para subirlo conmigo
Como ordene mi princesa- Se unió a mí rápidamente, se encontraba entre mis piernas y acerqué más mi pelvis a él, por lo que con mucha delicadeza entró en mi, haciéndome encorvar mi espalda ante el contacto- Eres mía María José
Y tú sólo mío. Te amo- Y como si mis palabras le dieran órdenes empezó a moverse con más rapidez, salía, entraba, me besaba los pechos, mordía un pezón, yo me aferraba a su espalda, mordía el lóbulo de una de sus orejas, nuestras bocas se encontraban, se volvían a dejar y sus movimientos aceleraban y desaceleraban. Luego con un rápido movimiento quedé encima de él y baje a su miembro- Eres mío
Solo tuyo- Respondió entre jadeos y deslicé mi lengua por todo su miembro, él inclinó su cabeza hacia atrás y soltó un gemido, empecé a jugar, a saborearlo, deslicé mis labios por todo él, subiendo y bajando rápido, sus gemidos eran música para mis oídos, hasta que me tomó por los hombros y me alzó para quedar nuevamente encima de mi, sin permiso introdujo 2 dedos, esta sensación no podía ser más perfecta. Luego me penetró fuertemente, sin piedad- Te- Embestida- Amo- Embestida- Demasiado- Una embestida tras otra, el mundo podía caerse a nuestro alrededor y nada nos detendría, esto va más allá de nosotros, es el ser cómplices de un amor genuino, que puede ser el más noble hasta el más ardiente como en este momento. Sencillamente no podíamos aguantar más, sus movimientos aumentaron con tanta fuerza que sentí como mis uñas se deslizaron por su espalda con más fuerza de la debida, eso solo provocó que él se aferrara más a mi, era todo lo que necesitaba, me embistió una y otra vez hasta que nos perdimos al mismo tiempo del mundo en un maravilloso orgasmo, caímos exhaustos, apoyó su cabeza en mi pecho e intentábamos recuperar el aliento- Eres la mujer más increíble del mundo mi amor- Se levantó para besar mis labios y luego se acostó a mi lado para abrazarme y dejar caricias en mi espalda
Y tú el hombre más ardiente- Le sonreí y volví a besarlo. Esta noche no podía ser más perfecta, este año junto a él tampoco, he conocido y entendido que las nuevas oportunidades demuestran que si nos arriesgamos a explorar que hay después del miedo podemos encontrarnos con grandes regalos. Hoy soy una mujer más valiente, con miedos y declives emocionales, pero he aprendido que todo lleva tiempo y que al que sabe esperar todo le es posible.
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Existencial
General FictionSi la vida no tuviera tantos matices no podría llamarse vida. Conoce a María José y su impactante historia.