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— ¿Qué tal si nos divertimos un rato rubia?— le dijo con sorna, mientras volvía a besar con hambre los labios rosas del contrario.
Este respondió de manera apresurada el húmedo y salvaje beso. El pelirrojo sí que sabía usar la boca, ahora entendía por qué tantas chicas le seguían, por un momento se sintió celoso cosa que le atribuyo a su repentina “calentura” y a las ansias retenidas.
—Auch—se quejo el ojimiel al recibir una poco delicada mordida en su labio inferior, escuchando una leve risa del guitarrista como respuesta a su quejido.
El pelirrojo paso sus brazos por detrás del cuerpo ajeno acercándolo más al propio haciendo en el proceso que quejidos placenteros salieran de la boca del blondo debido al roce de su ahora sensible piel contra la tela, no dudo en recorrer la esbelta espalda con ambas manos deleitándose con los gemidos que ocasionaba con solo eso, en verdad que ese liquidito demoniaco era una monada.
Con manos presurosas empezó a desabrochar la inseparable camisa blanca del ex-delegado que simplemente se dejaba hacer, no tardo en exponer el blanco pecho donde unos rosados y erectos botones se asomaban curiosos ante la lasciva mirada, con sus pulgares empezó a presionarlos recibiendo como recompensa un gemido placentero, su boca se transformo en una sonrisa burlona.
— ¿Te gusta?— pregunto conservando la misma sonrisa en su cara al ver la roja y jadeante del rubio, recibió solo un cabeceo afirmativo como respuesta, se sorprendió ante la respuesta rápida sin algún regaño o reclamo de por medio, esa cosa sí que inhibía a quien se la tomara, saco su lengua y la paso con rapidez sobre uno de los rosados pezones, para luego regresar su boca y succionarlo levemente, recibiendo varios y sonoros gemidos, con su otra mano continuo estimulando el otro botón rosa frotándolo con su pulgar y pellizcándolo levemente al mismo tiempo que mordía con suavidad el otro.
—Castiel—pronuncio el otro en un tono placentero que alentó al ojigris a seguir con su tarea, empezó a descender delineando con la punta de su lengua el torso del rubio llegando al ombligo en el cual metió su lengua para empezar a simular pequeñas embestidas que generaban suspiros leves en el otro, con sus manos comenzó a desabrochar hábilmente el pantalón ajeno sacándolo junto con la ropa interior lentamente, bajándolos hasta media pantorrilla.
Se sentó entre las piernas del blondo tomando sus tobillos para quitarle los zapatos y los calcetines, para así poder terminar de sacarle la parte inferior de su vestimenta, una vez terminada su tarea coloco una de las suaves piernas sobre su hombro y beso la parte interna del muslo, para luego depositar una leve mordida arrancando un jadeo de sorpresa del otro, siguió mordiendo repetidamente con suavidad sintiendo los temblores que invadieron el cuerpo ajeno ante sus acciones, con su otra mano inicio un recorrido por todo el largo de la otra pierna, comenzando con el pie el cual masajeo presionando con fuerza el puente ocasionando una contracción placentera en el rubio.
Bajo la pierna de su hombro y tomando ambos muslos lo atrajo con rapidez hacia su cuerpo, haciendo que la espalda del ojimiel fuera acariciada por la felpa de la alfombra provocando un jadeo de sorpresa por la violenta sensación que esta acción causo.
— ¿No me digas que te vas a venir solo por eso?—sonrió, para luego fingir estar ofendido—Me haces sentir inferior a una mugrosa alfombra—soltó ambas piernas y se paro con rapidez—me voy, los dejare solos para que den rienda suelta a sus pasiones—termino dramático yendo a sentarse al sofá de cuero.
—Castiel—llamo exasperado el blondo tratando de incorporándose, lográndolo apenas debido a la debilidad que mostraba su cuerpo—no… digas tontería—logro formular, llagando con el pelirrojo quedando entre las piernas de este usando sus rodillas como apoyo.
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Con derecho a roce
FanfictionAlexy es travieso por naturaleza; Pero, ¿Qué pasa cuando su más reciente jugada involucra a un delegado y a un afrodisíaco? Digamos que las consecuencias solo le convendrán a una sola persona.