Epilogo: Like a virgin

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Nathaniel no pudo evitar sonreír al ver el número noventaiocho encerrado en un círculo sobre su examen de Historia Nacional de la Literatura. Busco la mirada de su compañero castaño, el encontrarse este le sonrío mostrándole la misma calificación. Algunos podrían decir que se estaban conformando, pero solo eran relistas; todo el embrolló ocasionado por Alexy y su travesura les había hecho perder clases, y por consiguiente temas. Estaban felices por su calificación.

Se reunieron en la entrada del salón para poder salir después de haber visto su promedio final asentado en la lista de su anciano profesor. Al abandonar el aula los ojos miel se toparon con su novio; vestido de manera desalineada, con las raíces negras y su estuche de guitarra a cuestas. Tenía la apariencia de un chico malo y al rubio le encantaba.

—Castiel—llamó al otro, el de ojos grises le dedico una sonrisa sacando sus audífonos.

—Hola ¿Cómo les fue?—pregunto, intentando ser cortes. Ambos interlocutores respondieron, mostrándose contentos—A mí también me fue bien, ventajas de estudiar lo que te gusta—bromeó—Y ¿Quieren ir a un lado? A beber o yo que sé—pregunto más por amabilidad que por realmente tener ganas de salir.

—A mí me gustaría, pero Alex tiene el desfile de su proyecto final y me invito. Deber de novio supongo—se encogió de hombros.

—Con razón decía que venías muy elegante para haber escogido tú ropa—le picó el blondo. Ganandose una mala cara por parte del otro. Quien después de una serie de bromas más se despidió de ellos—¿En serio quieres ir a un lado?—pregunto observando a su pareja.

—La verdad no, estoy agotado—le dirigió una mirada cansada a su interlocutor. El exdelegado solo le sonrió comprensivo y le tomo la mano, acariciándola lentamente con el pulgar—Y si vamos a mi casa a que veas una película mientras duermo—el blondo se río, siendo correspondido por una sonrisa divertida del teñido.

—Claro, me encanta ese plan—respondió, mientras reía divertido. Ambos emprendieron camino a la casa del guitarrista.

Al llegar, a Nathaniel le sorprendió ver la casa oscura con la excepción del foco que alumbraba la puerta de entrada. Acarició la cabeza de Demonio mientras esperaba a que el otro dejara de jugar al tiro al blanco con la cerradura, se río por lo bajo ante la escena. Y aplaudió cuando el otro consiguió abrir la puerta.

—Nunca había visto una batalla tan épica—se burló.

—Es por el cansancio, no te burles rubia—regaño.

—Claro ¿Y Lys? Yo esperaba verlo por aquí. Incluso esperaba ver a Joy, así Lysandre y yo podríamos ver la película, mientras tú y ella duermen—bromeó, esperando una respuesta.

—Ambos salieron corriendo después de los exámenes—contesto—Querían alcanzar el último tren, van a ir a ver a la madre de Lys. Leigh y Rosalya los encontrarían en la estación de allá—explico.

—Entonces ¿pasaran las vacaciones con ellos?—siguió con la conversación, mientras el otro bebía un poco de agua.

—Solo la primera semana, después regresan—acotó—Al parecer el gamberro del amigo de Joy amenazó con visitarlos, no tengo que decirte que a mí amigo no le agrado mucho la idea—agregó.

— ¿Dakota?—el pelirrojo asintió mientras tomaba un poco más de agua—Ya veo, Kentin me había comentado algo. Al parecer salé con su ex-novia—comentó.

— ¿Con una de las gemelas?—cuestiono sorprendido. El rubio solo afirmó—Vaya—

—Si—y así dieron por finalizada la conversación.

Con derecho a roceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora