Un "pelirrojo" enamorado.

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Estaba que arañaba las paredes...el pelirrojo no podía creer que hubiese pasado un mes. Al menos no era el único que sufría, Alexy estaba en voto de castidad obligado por su, ahora, dominante novio castaño.

«Hombres» fue lo único que pensó su "novia" al ver al muchacho agonizar sumergido en su monologo mental.

-Yo sabía que no iba a funcionar-murmuro de mala gana.

- ¡¿Y por qué a ellos si les funciona?!-cuestiono histérico el pelirrojo, señalando a la linda "pareja" a la lejanía...podía jurar que desprendían una encantadora aura rosa, llena de amor y esas cosas.

-Son buenos fingiendo ciertos papeles-afirmo, recordando el lado oscuro de Nathaniel y que "Demonio de Tasmania azul" era el apodo que se le había quedado a la pequeña, y delicada chica.

-Podríamos tratar de hacer una actuación más convincente-susurró el chico, tratando de sonar sutil. Realmente nadie se tragaba que ellos eran pareja de nuevo, no se podía...lo habían intentado una vez y fallaron penosamente-Logramos fingir varios meses en el instituto ¿Por qué ahora no?-cuestiono.

-Fueron tres meses Castiel-lo miró con una ceja alzada-Además, fue más una etapa de autodescubrimiento para ambos...Señor "no soy homo, soy muy macho" Valois-dijo de manera divertida.

- ¡PUES NO LO SOY!-la chica le dedico una mueca divertida-Yo no tengo la culpa de sentirme así por la rubia-un "no me lo creo" se formó en la cara de la chica-En todo caso, no sé qué hacer para que el imbécil deje de comportarse hostil conmigo-sentenció.

-Quizá, podrías empezar por dejar de decirle "rubia"; Castiel, Nath es un chico-afirmo- ¿Crees que es agradable para él que lo nombres con un apelativo femenino? Yo no lo creo. Y puede que no seas gay, pero intentar conquistar a alguien de tu mismo sexo no es lo mismo que hacerlo con alguien del sexo contrario-finalizo frunciendo el ceño.

Posó sus ojos grises en la mueca de la chica, sabia de primera mano lo mucho que ella había sufrido negándose a sí misma lo que realmente era y sentía, había estado allí, intentando ayudarla e intentando consolarla; al mismo tiempo, ella le había ayudado a él a darse cuenta de muchas cosa, principalmente, el porqué no podía mantener una relación estable con ninguna chica.

- ¿Qué propones?-pregunto, dándole su voto de confianza.

-Para iniciar...cambiemos la estrategia-señalo con una media sonrisa adornando sus finos rasgos.

-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-CDM-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-

Nathaniel se sentía algo estúpido, bueno, completamente estúpido. No supo cómo ni cuándo, se le pudo haber ocurrido una estrategia tan infantil y fuera de sí; prácticamente había forzado a la chica de locos cabellos azules a fingir ser su pareja ¡¡Se aprovecho de que ella nunca puede decirle que no a nadie!! Se sentía mal y culpable.

Aunado a eso, el principal culpable de todo esto se había vuelto a juntar, también, con Nekotanmi...Bueno, al menos eso parecía; porque de pareja, nada más el mote tenían. Sin embargo, el hecho le molestaba. Ahora que tenía la cabeza fría y había pensado mejor las cosas, pudo haberle contestado algo ingenioso al pelirrojo como "Tuya...no veo tu nombre en ningún lado de mi hermoso ser" o "Tranquilo viejo" aunque sonara un poco ridículo; Pero no, tuvo que dejarse llevar por sus sentimientos y hacer todo un drama por eso.

Pero ¿Qué podía hacer? A él le gustaba Castiel, y mucho para ser sinceros, y lo que le dijo le dolió...Tal vez si le hubiera dicho "No quiero ser solo tu muñeca inflable", las cosas hubieran tomado otro rumbo. Suspiro cansado y derrotado, subiendo los codos en la mesa y recargando su cabeza en sus manos, ajeno a todo lo que pasaba a su alrededor y bajo la atenta mirada de la chica frente a él.

Con derecho a roceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora