La voluntad de luchar [Parte 1]

Capitulo 25: Batalla de Orleans III

 Capitulo 25: Batalla de Orleans III

"Bienvenido, ratoncito", me miró Jeanne Alter, "a tu muerte. Tú y tus amigos no me molestarán más".

Ante esas palabras, Mordred y Jeanne se giraron para quedar protectores frente a mí.

"Vaya, has sido un ratón bastante persistente y, sin embargo, no dices nada?"

"¿Qué puedo decir? ¿Que te han hecho daño, pero que tus acciones no están justificadas? ¿O que debería maldecirte por tus acciones, por tus intentos de matar a mis amigos ya mí?" Dije con firmeza, pillando desprevenida a la Bruja Dragón. "¿Quieres que te diga que te odio y que veré con gratitud tu muerte? ¿O quizás quieres que te insulte pidiendo tu rendición?" Continué, cruzando los brazos sobre mi pecho, sin querer moverme. "Si mi tiempo aquí me ha enseñado algo, la ira y el odio rabiosos no traen nada. Dime, Juana de Arco, la Bruja Dragón ... ¿Tus acciones realmente te han traído satisfacción? ¿Te sientes feliz contigo misma?" Pregunté, refiriéndome a cada palabra. No estaba tratando de insultar a nuestro enemigo.

Sin embargo, hay algo que no se siente bien en su situación. Con la cantidad de wyverns que tenía al comienzo de la batalla, no debería haber quedado ningún pueblo intacto. Pero aún así los había, y una parte de mí se preguntaba si su corazón realmente no estaba en lo que decía desear. Jeanne Alter no dijo nada durante unos largos segundos, mirándome inexpresivamente. Mientras tanto, todavía podíamos escuchar los sonidos del combate detrás, y la tensión aumentaba aún más.

"¡Tch! ¡Qué maldita tontería!" La chica pálida finalmente dijo con una mirada. "No importa. Lo admito, llegaste más rápido de lo que yo pensaba. Ni siquiera tuve tiempo de modificar el hechizo..." Las quejas de Jeanne Alter fueron interrumpidas agradecidamente.

"Bruja Dragón". Esas dos palabras, o mejor dicho, el que las dijo hizo que la Gobernante caída cerrara la boca y mirara a Jeanne, quien le devolvió la mirada sin inmutarse. La expresión en la versión alternativa de Jeanne pareció finalmente haberla notado por primera vez, su atención se centró únicamente en mí.

"Entonces, finalmente llegaste aquí, ¿eh? Parece que Gilles está preocupado tratando con tus otros amigos", dijo, antes de encogerse levemente de hombros. "Supongo que está bien. Todo está listo". A mi lado, podíamos escuchar a Jeanne murmurar en voz baja.

"Dile lo que necesita escuchar. Esa fue la instrucción que me dio Marie", dijo la Doncella de Orleans antes de hablar más alto una vez más. "Tengo otra cosa que pedirte también." La Bruja Dragón negó con la cabeza mientras se encogía de hombros.

"Es demasiado tarde para hablar-"

"Es una pregunta muy simple", dijo Jeanne con insistencia. "¿Te acuerdas de tu familia?" Ok, eso fue inesperado. De hecho, la única que no fue tomada por sorpresa fue la propia santa.

"¿Qué?" Mordred gruñó bajo su casco.

"...¿Eh?" Jeanne Alter finalmente logró decir, su cabeza inclinada ligeramente hacia un lado en confusión.

"¿Jeanne?" Yo pregunté. La Gobernante no me respondió, sus ojos estaban fijos únicamente en su yo caído.

"Te hice una pregunta simple. No importa cuán vívidos sean mis recuerdos de la batalla, recuerdo mucho más de mi vida como una simple chica de campo", dijo Jeanne con una sonrisa suave, sin duda recordando momentos tan tiernos incluso ahora. "Incluso mi lado oscuro debería recordar esos días pacíficos. No, es precisamente porque ella los recuerda, que el odio y la traición le trajeron tanto dolor", agregó, mirando con simpatía a su yo alternativo.