La voluntad de luchar [Parte 1]

Capítulo 102: Tiempo de inactividad III

"Entonces, ¿escuché que Mash finalmente te confesó sus sentimientos?" Le pregunté a Ritsuka, sentándome en nuestra mesa para almorzar. Aparentemente, mi compañero Maestro había estado soñando despierto o algo así, ¡porque casi saltó de su piel!

"¡Ah, buenas tardes, Jacob!" dijo Ritsuka, recuperando rápidamente la compostura con una gracia que habría enorgullecido a Mash. Sin embargo, no fue suficiente para evitar que la sonrisa de Mordred se formara en mis labios. Dicha sonrisa solo se hizo más grande cuando vi a mi amigo palidecer y con los ojos muy abiertos cuando mi pregunta fue registrada completamente por su cerebro. "Espera, ¿'finalmente'? ¿Quieres decir que ya lo sabías?" Ritsuka preguntó (léase exigió) con incredulidad.

Ni siquiera me molesté en ahogar mi risa mientras juntaba mis dedos frente a mi cara. "Oh, sí. Casi todos lo hicieron. Todo el asunto ha sido un tema de conversación entre el personal y los Servants en los últimos meses. Y parece que acabo de ganar $ 50 de Drake, ya que no lo has negado, —añadí de manera amistosa pero burlona. Rits tomó su rostro con una mano y gimió en su palma, sus orejas estaban tan rojas que casi brillaban en este punto.

"¿Realmente apostaste por eso?" Sus ojos azules me miraron con desgana entre los dedos abiertos. Me encogí de hombros.

"¿No puedes culparme? Sinceramente, estaba empezando a ser doloroso". Sin embargo, mi expresión rápidamente se puso seria después de eso. "Está bien, el tiempo humorístico ha terminado por el momento. ¿Qué dijiste? Por favor, dime que si la rechazaste, lo hiciste con delicadeza". Si esto último hubiera sucedido, me sorprendería que él no hubiera sido amable al hacerlo, pero uno nunca podría estar realmente seguro al respecto.

Especialmente porque sabía que nunca habían invitado a salir a Ritsuka, por lo que no habría tenido una idea de la forma ideal de rechazar a una chica.

Para mi inmenso alivio y aún mayor placer, Rits sacudió la cabeza con vehemencia. "Todo lo contrario. Le dije que deberíamos intentarlo. Quiero decir, mírate a ti ya Mordred".

"Espero que no estés insinuando que esto es algo normal". Pregunté con una ceja arqueada. Por mucho que hubiera deseado lo contrario, si no fuera por la situación actual, era muy probable que Mordred y yo no nos hubiéramos convertido en pareja. Estábamos lejos de ser considerados una relación 'normal'.

Ritsuka volvió a negar con la cabeza. "No, en absoluto. Me refiero a salir con la pareja". Rápidamente asentí con la cabeza en comprensión. "Le sugerí a Mash que tuviéramos una cita antes de nuestro próximo despliegue". Tarareé y asentí de nuevo, más lento esta vez.

"No es una mala idea. Con toda honestidad, me imagino que ustedes dos tendrían un tiempo más fácil con esto. Si bien Mash todavía está un poco ... protegida, espero que no se ofenda por ella porque dije que ella sería menos complicada en este asunto que Mordred?"

Ritsuka negó con la cabeza. "No, en absoluto. Después de todo, Mordred es la definición ambulante de espinoso". Dejé escapar un breve ladrido de risa seca ante eso. Era bueno que el Caballero de la Rebelión no estuviera presente en este momento. Le gustara o no, Mordred estaba lejos de ser considerada como una persona accesible, por mucho que la amo.

"Entonces, ¿qué piensas de que sea tu primera cita?" Yo presioné. Normalmente, no era de los que chismorreaban, pero a estas alturas, consideraba que tanto Ritsuka como Mash eran familia, junto con muchos miembros del personal y Servants. Ritsuka levantó su vaso de jugo de manzana y tomó un sorbo lento antes de volver a sentarse. Volviendo a mirarme, se inclinó ligeramente hacia delante. Copié la acción, reconociendo que lo que mi compañero Master estaba a punto de decir era algo que no estaba listo para convertirse en conocimiento común.

"Estaba pensando en intentar lo que tú y Mordred hicieron. Una cita para cenar. Parece bastante simple", me dijo Rits en un susurro bajo. Asentí, tarareando suavemente mientras me recostaba en mi silla, esta vez Ritsuka siendo la imitadora de mis acciones.