La voluntad de luchar [Parte 1]

Capítulo 180 : Flor de Veneno...

Ritsuka corrió por el pasillo, manteniendo el ritmo de Mash y los otros Servants de su grupo. Sintió que el suelo temblaba ligeramente sobre su cabeza y se llevó el comunicador a la boca.

"¿Qué está pasando ahí arriba, doctor Roman?"

"Estoy detectando un movimiento a gran escala en la superficie", respondió rápidamente el médico pelirrojo. "Hassan de las Cien Personas debe haberse enfrentado al enemigo con su ejército de duplicados. Además, parece que se han lanzado una serie de poderosos ataques a distancia. Con todo lo que sabemos actualmente, me temo que eso sólo significa una cosa".

"Sir Agravain ya está aquí", dijo bruscamente Brazo Maldito. El Asesino enmascarado maldijo enojado en voz baja en árabe, antes de mirar a Ritsuka. "¡Debemos darnos prisa, Ritsuka!"

"¡No es necesario que me lo digas dos veces! Mash, ¿recibes algo?

"¡Si señor!" Su novia respondió rápidamente. Detecto varias señales de vida más adelante. ¡Cinco de ellos son Caballeros Ejecutores, y parece que el sexto es una firma de Sirviente!

"Hay una cámara enorme más adelante", añadió amablemente el doctor Roman. Ritsuka asintió con la cabeza, gruñendo suavemente en reconocimiento. Mirando hacia un lado, el maestro japonés sintió la necesidad de vomitar violentamente.

"Las paredes... Y el suelo..."

"Están manchados de sangre", finalizó Mash, haciendo una mueca de horror y disgusto. "También parece haber todo tipo de herramientas en la pared". En contra de su mejor juicio, Ritsuka rápidamente miró hacia atrás. No pudo ver ni identificar todas las herramientas, pero vio varios martillos, limas y clavos, muchos de los cuales tenían incrustaciones de sangre seca. Nightingale se habría vuelto loco por el estado de este lugar. "Esta... Esta no es una prisión ordinaria..."

"Sir Agravain también era responsable de interrogar a los prisioneros para obtener información", admitió Artoria, negándose a mirar los horribles instrumentos de dolor y tortura. "Nunca aprobé muchas de sus medidas, pero nadie podía negar que eran tan efectivas como brutales. La cámara que detectó el doctor Roman debe ser una cámara de interrogatorios para la Ciudad Santa".

"Eso tendría sentido", supuso Brazo Maldito. "Sólo los 'puros' pueden entrar a la ciudad, y si alguien necesitara ser interrogado, seguramente habría sido descalificado de entrada. Sin embargo, se les habría exigido que permanecieran retenidos en algún lugar hasta que finalizaran los interrogatorios". El Asesino hizo una pausa y cuando volvió a hablar, lo hizo con un tono sombrío y pesado. "Ahora entiendo por qué nadie más ha logrado regresar con vida de este lugar".

"Seremos los primeros, Brazo Maldito", prometió Ritsuka, sus labios formaron una línea apretada mientras miraba hacia atrás, acelerando el paso junto con Mash y los demás. "¡Después de todo, todavía tenemos otra misión que completar!"

Aproximadamente ocho minutos más tarde, Ritsuka se detuvo a corta distancia ante un gran par de puertas de madera. Sin embargo, no fueron las puertas mismas las que lo detuvieron. Más bien, fueron los cinco Caballeros de la Ejecución los que Mash había informado anteriormente. Estaban formados en cuña, todos armados con una espada y un escudo.

"¡Detener!" Ladró el Caballero Ejecutor líder, agitando su espada hacia ellos antes de adoptar una postura más defensiva una vez más. "Ríndanse ahora y sométanse al Juicio del Rey León. Rehúsate y perece".

"No tenemos tiempo para esto", dijo Ritsuka sombríamente, contento de que no se enfrentaran a los soldados más humanos de arriba. Era más fácil ordenar la muerte de enemigos sin rostro que ni siquiera eran verdaderamente humanos, para bien o para mal. Incluso entonces, Ritsuka tuvo que soportarlo con un corazón bastante apesadumbrado, ya que no obtuvo ningún sentimiento de alegría o satisfacción con la violencia. Sin embargo, como dijo una vez Jacob, éramos "nosotros o ellos", y demasiadas personas contaban con que Ritsuka tuviera éxito esta noche como para que él se contuviera. "¡Derríbalos!"