La voluntad de luchar [Parte 1]

Capítulo 81: Caras nuevas y viejas

No fue sin cierta vacilación que me encontré fuera del taller de Leonardo Da Vinci. Si bien conocía la ubicación general, nunca antes había estado dentro. Incluso cuando le estaba entregando la solicitud para que hiciera de Rits una espada adecuada y confiable para que él la usara en defensa, la conversación había tenido lugar fuera de su casa.

Yo no era el único que parecía bastante aprensivo. De hecho, solo Mash parecía tranquilo. Por supuesto, ella tuvo la ventaja de conocer a Da Vinci más que nosotros. Al ver nuestra vacilación, la chica de cabello rosa puso los ojos en blanco de una manera bastante diferente a ella mientras daba un paso adelante y cortésmente golpeaba con el puño la puerta de metal.

La chica con gafas apenas había empezado a retirar la mano cuando la puerta se abrió de golpe . En toda su gloria con capa estaba Da Vinci, sonriéndonos casi como un lunático.

"¡Ah, Ritsuka! ¡Qué bueno que recibiste mi mensaje! ¡Adelante, adelante!" La Caster dijo enérgicamente, dándose la vuelta y señalándonos que entráramos a su taller. Mientras Ritsuka y Mash la siguieron de inmediato, Mordred y yo intercambiamos miradas cautelosas antes de seguir al trío.

El espacio de trabajo de Da Vinci se veía sorprendentemente hogareño. Las paredes estaban cubiertas de papel. Parte de ella estaba envejecida y amarillenta, mientras que otras eran brillantes y nuevas. Algunas tenían dibujos y diagramas, algunas tablas y gráficos, y otras estaban llenas de palabras.

Haciendo una pausa por un momento, me encontré incapaz de descifrar la letra de Da Vinci al principio. Parecía inglés, pero las letras parecían haber sido escritas al revés. ¿Eh, entonces realmente hubo un 'Código Da Vinci'? Negué con la cabeza levemente y continué mirando alrededor.

En un extremo de la habitación colgaban un par de marcos de madera con una lona sobre ellos en forma de alas. Otros modelos de las famosas ideas de Da Vinci también estaban repartidos por la habitación y en varios grados de terminación. Sin embargo, fue el objeto largo y delgado cubierto de lona blanca y descansando sobre lo que parecía ser el banco de trabajo central lo que atrajo mi atención.

Había recordado la conversación que tuve con Ritsuka antes de irnos a la Tercera Singularidad. Había sido sobre qué tipo de espada sería la más adecuada para mi compañero Maestro. Tenía un cuerpo ligeramente más delgado en comparación con el mío. Musculoso, pero no tanto como yo. Por lo tanto, una espada ancha de estilo europeo como la mía hubiera sido desaconsejada. Un estoque también estaba fuera, más debido al hecho de que la mayoría de los oponentes que podríamos encontrar tendrían armas que podrían atravesar la hoja delgada de un verdadero estoque.

Rits luego sugirió una katana, lo que me hizo levantar ambas cejas hacia él. Primero otro jugando con el estereotipo de katanas y Japón. El segundo, sin embargo, se debió más a su habilidad actual. Le recordé que la katana era mortal debido a que la estaba demandando. En teoría, Ritsuka podría convertirse en un maestro de la espada Samurai algún día, pero no teníamos tiempo.

Finalmente, un Rits frustrado sugirió una espada llamada chokutō . No había oído hablar de la espada antes, así que la busqué rápidamente mientras Rits trabajaba para controlar su frustración.

Resultó que la espada en cuestión era una espada larga, de un solo filo y de una sola mano anterior a las espadas katana o tachi de los samuráis. Después de leer un poco más al respecto, me dirigí a mi amigo y le dije que esta sería una buena espada inicial.

Ahora era el momento de ver si habíamos tomado la decisión correcta.

Ritsuka dio medio paso nervioso hacia adelante, moviéndose ligeramente. Lentamente extendió una mano para agarrar la tela. Da Vinci debe haber sentido que el muchacho no se movía lo suficientemente rápido, o (más probablemente) quería ser el que hiciera la gran revelación. Agarró una de las esquinas de la tela y la arrancó con su típico estilo teatral, haciendo que la tela blanca se ondulara cuando la levantó.