U N O

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Al comienzo de la jornada de estudio se me pidió pararme al frente para presentarme formalmente frente a quienes serían mis nuevos compañeros de clase, miré uno a uno los rostros que me veían intrigados, todos se veían ciertamente algo bobos a mis ojos, podría decir que lucian como unos completos incompetentes, o al menos eso quería pensar al respecto.

- Baji Keisuke

Dije sin apuro y algo abrumado por tantos ojos encima mío, me molestaba que me vieran tantos tipos con ese deje de superioridad; ya sabría cómo bajarles esos humos a golpes si era necesario.

Chifuyu me había convencido de cambiarme de escuela junto a él, y a mi madre le parecía perfecto para dejar atrás los problemas de mi anterior escuela, pero al mismo tiempo tenía un gran enredo, ya que tendría que domar mis emociones y acciones para dejar de meterme en un problema tras otro, aunque a mí parecer los pandilleros de mi grado no darían problemas, al menos no a mí.

Me dirigí a mi asiento con desgano, finalmente había dejado atrás mi apariencia de ñoño ya que Chifuyu había insistido que eso no me haría más listo, yo también llegué a esa conclusión ya que a mi edad aún no sabía escribir ciertas cosas, ¿Soy malo en la escuela?, claro que sí, pero cuando me empeño en algo puedo hacer cosas increíbles, al concentrarme bien en mis estudios logré pasar la secundaria y pase al Bachiller, en el final de mi segundo año me metí en una gran pelea, por lo que Chifuyu me arrastró hasta aquí para alejarme de toda la Toman, al menos por este momento, ya que realmente volví a hacer llorar a mi madre.

Miré de derecha a izquierda mientras la profesora comenzaba con su clase, y mis ojos pararon cuando me crucé con otros, un par de ojos verdes seductores, al igual que una sonrisa juguetona, si, una chica.
Pero no parecía ser una chica cualquiera, si no, más bien, una busca pleitos como yo.

También le sonreí de vuelta y ante eso levantó un poco su falda dejándome ver el tatuaje en su muslo, era una serpiente, sonreí y me pareció divertido que justo en mi primer instante había encontrado a alguien que me gustara.

***

- Me llamo Hari...- Exclamó frente a mi pupitre bastante juguetona.

Los ojos verdes de Hari y piel clara la hacía lucir como una chica de revista extranjera, era delgada y tenía la forma de hablar de una pandillera, claro que lo era.

Sus compañeras estaban rodeando mi lugar, todas chicas con faldas cortas y caras bonitas, peinados a la moda y de cierta forma desprendían esa aura maliciosa, muy diferente a Emma o incluso a Hina, que siendo chicas fuertes no dejaban de ser amables y tiernas.

- Pero si yo lo conozco... - Expreso una de sus tantas amigas que también estaba parada frente a mi.- Es el tipo que mencionó Kana, el que... Se vende...

Mis ojos voltearon a ver a la chica, si, yo también la había visto un par de veces, ella acompañaba a Kana, la chica que requería de mis servicios muy continuamente, no me avergonzaba que se supiera, era mi pequeño trabajo para alimentarme a mi y a todo animal callejero que pudiera encontrar en mi camino, se escuchaba mal decirlo pero me prostituía bastante bien y lo suficientemente caro como para darme mis pequeños lujos, en este caso, quería rentar un departamento para Chifuyu y para mí , ya que la escuela si que nos quedaba lejos, igual estaríamos más cerca de el este de Tokyo por lo que podría alejarme aún más de los problemas de la Toman.

No puedo decir que me enorgullecía de esto, pero si alguna de estas perras necesitaba servicio lo haría sin pensarlo, sin embargo también tenía clientas a las que apreciaba, chicas finas de instituto, chicas que saben de modales.

-Así es, me vendo bastante bien y caro.- Aclaré, no tenía intención de aceptar menos de lo que usualmente pagaban por solo unas horas de compañía, mi cuerpo y tiempo lo valían totalmente.

Los ojos de Hari me vieron traviesa y yo apliqué una técnica de seducción para poder obtener una cliente más, me lamí el labio lentamente y sonreí de forma ladina, sabía que eso le gustaba a las chicas.

-¿Cuánto cuestas?.- Preguntó una chica sin titubear  ni un instante.

- Nueve mil yenes el servicio completo.

Mi servicio era bastante simple, las acompañaba medio día en una pequeña cita no muy lujosa, las dejaba hablar cuanto quisieran y yo solo me limitaba a asentir y responder cortamente, al igual que hacerle cumplidos, después de ello las llevaba al hotel más cercano y decente, una hora era más que suficiente, recibía el dinero y me iba agradecido, eso era todo; parecía que podía haber un poco de interés pero la única verdad era que yo no era ese tipo de persona, no era que no me importaran mi clientas, más bien no sentía nada, no del todo, sabía que me buscaban solo por mi apariencia, si les compartiera mis pensamientos y metas sabía que no me tomarían enserio, nadie que se vende así es escuchado de forma seria. 

-¿Eres bueno?.

- Pregúntenle a Kana.

Sonreí seductor, las chicas soltaron un chillido de emoción y los chicos de la clase me vierón bastante molestos, tal vez porque tendría a estas bellezas para mí.

-Mmmm, Hari, tu jugo...

Una voz apagada y temerosa sonó entre el alboroto de mi alrededor, volteé para ver de quien era, y una chica bastante común se asomó entre las demás, era bajita y su cabello era corto como el de los chicos, su nariz estaba roja al igual que sus ojos, parecía que había llorado, sin embargo lo que llamó mi atención fue su brazo enyesado que descansaba bajo su pecho, al igual que los pequeños moretones que se divisaban en su cara y manos.

- Te tardaste perrita.- Dijo Hari tan pronto la vió.

-¿Quieres ser golpeada de nuevo?.- Preguntó otra de sus amigas alzando su mano de forma amenazante.

- Chicas, no debemos tratar mal a Hachiko... Takahiro dijo que la necesitaba un poco más presentable; estas salvada Hachi.

Hari acarició su cabeza y la chica instintivamente cerró los ojos y se encogió en su lugar, sus manos estaban temblando, claro que si, estaba siendo intimidada, pero ese no era mi problema ni mucho menos, no pretendía ser el héroe de nadie, pero lo que si me molestaba es que era un colectivo completo que la molestaba.

"Que cobardes" 

Pensé  y entonces la chica me miró, pero en cuanto cruzamos mirada me evadió mirando al piso, d3 igual forma habia visto ese color, ojos negros totalmente,  tan negros que se reflejaban las cosas en ellos, y aunque solo me vi en ellos un microsegundo sentí que perdia el aliento lentamente.

Que estupidez.

*****



P U R E  || Baji Keisuke ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora