Pasé mis manos por mis pantalones por lo sudadas que estaban, me miré al espejo una y otra vez pensando si me veía lo suficientemente bien, estudié mi rostro, que no tuviera alguna imperfección, abrí la boca para ver que mis dientes estuvieran bien limpios, y por supuesto me olí por milésima vez.
¿Te gustaré de esta forma? ¿Te gustaré si me esmero como hoy?
- Joder Baji, vámonos de una vez.- Chifuyu estaba frustrado acostado en mi cama, él no podía entenderlo, Hanako y yo íbamos a montar la moto juntos, quería verme bien, que se fijara un poco más en mi persona, quería que por esta vez me eligiera por encima del idiota con el que salía.
-En un puto momento.- Acomodé la playera fuera de los pantalones y ajusté las botas a mis pies, estaba todo limpio, me miré al espejo y sonreí, hoy me había lucido.
-Vamos, sé que quieres verte bien, pero ya casi es hora.
-La casa de Hanako está cerca, llegaremos en un par de minutos.
La curiosidad me estaba matando, quería ver el tipo de ropa que se pondría, quería ver si se peinaría o haría algo diferente para que la adulara, pero eso no pasaría, no en mis cinco sentidos, mi orgullo me impedía coquetearle tan descaradamente a alguien con compromiso.
Aunque estaba muerto de ganas por decirle lo preciosa que era abiertamente, quería que supiera que pensaba que era lo más bello que a pisado este mundo.
-Vamos.- Dije finalmente al verme aprobatoriamente.
Chifuyu se levantó de mi cama y se estiró, él llevaba una sudadera simple negra con unos pantalones bastante comunes de mezclilla, sin embargo el día de hoy se había teñido el cabello negro como lo es originalmente, por la mañana me había sorprendido cuándo lo vi salir del baño, eso me hizo pensar en que tal vez debería de probar con un estilo nuevo solo para saber si me quedaría algo fuera de lo común.
¿Será que te guste si me rapo como el malnacido con el que estás? ¿Voltearás a verme y me dirás qué te gustó? Me seguras como lo sigues a él, ó... simplemente me dejarás del lado como hasta ahora.
Hace unos días habíamos pedido permiso para poner las motocicletas en la bodega de la lavandería, la dueña que era una señora algo mayor nos permitió hacerlo si le ayudábamos una vez por semana a descargar sus pedidos de detergentes. Efectivamente aceptamos de inmediato; y justo ahora después de tanto tiempo al fin había podido arreglar muchas cosas, mi preciosa moto se encontraba mejor que nunca y la sacaría a pasear con Hana.
Inmediatamente montamos las motocicletas y nos dirigimos unas calles atrás de la nuestra para buscar a nuestra invitada, casi al llegar paramos para que todo fuera sigiloso.
-Anda a ver si ya está lista.
-Chifuyu, si su maldito viejo sigue despierto...
-No lo está, anda, vé.
- Es que... tal vez le dio miedo y no lo hizo...
-No creo, ella de verdad quería hacerlo, anda, no lo dudes ¿O acaso le tienes miedo a su papá?
-Vete a la mierda Matsuno.
No tenía miedo de él, sin embargo si tenía algo de miedo respecto a lo que podría hacerle a Hanako, incluso tenía miedo de mi mismo, cuando me enojo me desconozco y no sabría si reaccionaria como la vez que él la golpeó. Ahora con mis sentimientos cada vez más fuertes estaba seguro que mataría al jodido viejo a golpes si se atrevía a lastimarla nuevamente.
Nunca podría olvidar esa amoratada cara sonriendo, dime Hanako, ¿Cuánto más aguantarás? ¿Cuánto más estás dispuesta a dar antes de que seas libre?¿Cuanto llevas cargando con todo tu sola?.