C I N C O

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Akane estaba justo arriba mío, suspiraba fuerte y cada tanto soltaba un gemido seductor, estaba totalmente desnuda, en esta postura podía ver perfectamente la forma en la que su pecho botaba cada que iba de arriba a abajo montando mi mojado miembro, por mi parte la veía, pero al mismo tiempo no estaba poniendo atención del todo, estaba pensando en la invitación que le había hecho a Hanako, en la forma en la que nuestros ojos cruzaron, y por un momento la imaginé encima mío, con una sonrisilla seductora y su precioso cuerpo sudando y rozando con el mío, me pregunté como gemiría, si le gustaría rudo o dulce, no importaba, eso solo hizo que soltara un gemido totalmente extasiado por mi propia imaginación y  cuándo volví en mí fue cuándo mi miembro se sintió demasiado excitado justo a punto de culminar, me apresuré a tocar el clítoris de Akane para que acabara pronto, le sonreí porque sabía que eso le gustaba demasiado, y finalmente terminó soltando un sonoro gemido y fluidos que bajaron empapando mi entrepierna.

Akane se apresuró a bajar de encima mío con una sonrisa, ella llevaba algo de prisa, tenía una reunión familiar hoy, así que tomó su ropa y comenzó a vestirse con apuro.

- Estás extraño.- Mencionó al tiempo que me daba la espalda con el vestido puesto, quería que le cerrara la cremallera de la parte de atrás, me senté en la cama al tiempo que tomaba en cierre y lo subía, toqué brevemente su espalda, quería acariciarla un poco más.

Mi cita de una hora antes me había dicho lo mismo, que estaba un tanto extraño, y es que estaba algo impaciente para que dieran las siete, a esa hora Hana llegaría a casa, estaba pensando en comprar algo bonito ya que se había recuperado bastante bien.

-Estoy un tanto contento ya que tengo mi moto conmigo.- No quería hablar de Hanako, suficiente con que no la había hecho terminar más de una vez, me sentía un tanto mal por no brindar el servicio de forma correcta por tener la cabeza en las nubes.

-No me mientas.- Se acercó y me besó los labios sutilmente.

-No te miento.- la tomé por las caderas y baje mis manos a su trasero.- Joder, que buena estas.

Akane se alejó y levantó su bolso para sacar su teléfono, haría la transferencia de el día de hoy.

- Baji, me mudaré a otra cuidad en unos meses...

La miré, pero no dije nada, solo la contemplé, era una mujer hermosa, con dinero y hasta gentil, no podía decirle que no se fuera, no soy así, pero si que la extrañaría, pasamos buenos momentos juntos y justo ahora la comenzaba a ver más como una amiga muy personal, no había romance entre nosotros, solo una buena comunicación, la amistad que generamos me había hecho madurar un poco y también sesiones de sexo simplemente increíbles, aveces románticas y en otras ocasiones sacabamos a la luz nuestros más sucios deseos, me gustaba, pero era todo, no podía amarla, pero si quererla.

-Espero que te valla bien.- Dije poco, pero mi orgullo no daba para decir en todo lo que estaba pensando. "Te quiero Akane, en otra vida, me casaría contigo sin dudarlo, tal vez si no fueras tan mayor... Solo soy un mocoso y no puedo ofrecerte nada".

-¿Sabes?, desde nuestro accidental encuentro me doy cuenta de lo patética que soy, mi esposo ya casi no me hace caso, y ese día que nos conocimos, fue como revivir eso con él, mi marido no es pasional, o al menos ya no lo es, cuándo tuvimos hijos el sexo se convirtió en algo tan silencioso y rutinario que me hace sentir fatal, me gusta sentirme deseada tal como me siento contigo, pero creo que es momento de darle frente.

La mujer tan ambiciosa y amable de enfrente mío se veía hermosa y elegante, su vestido de oficina y grandes tacones me hicieron admirarla desde el principio, la brillante Akane dueña de una inmobiliaria, amada y admirada por todos, yo había sido afortunado de que me escogiera, y justo ahora, me estaba diciendo que todo se iba a acabar, aún así estaba agradecido infinitamente, gracias a ella, las cosas eran diferentes hoy.

P U R E  || Baji Keisuke ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora