La mañana fue a mi parecer, bastante calurosa, era cierto, es verano, por ende el calor es insoportable durante el día, Hana estaba a mi lado, recostada durmiendo, su boca estaba ligeramente abierta, sus bonitas pestañas se veían más oscuras y su semblante era pacífico.
Eres jodidamente preciosa, aún no puedo creer lo que pasó anoche.
Aunque quería continuar a su lado y acariciarla no podía, tenía el día muy ocupado como para quedarme tumbado.
Aunque preferiría quedarme tumbado a tu lado incluso si tuviera que ser para siempre, no me importa porque estaríamos juntos.
Me levanté al tiempo que me estiraba, bostece con algo de desgano, tenía que lavarme la cara; miré a Hanako, tenía que despertarla... me acerqué lentamente y le acaricie la cabeza para después moverla un poco.
-Hana, anda arriba, saldremos en un rato.
Ella abrió sus ojos despacio y cuando me vio sonrió.
-Buen día...
¿Quieres derretirme el corazón?
-Anda, pasaremos por un pastel en el camino.
Salí de la habitación y como todas las mañanas mi compañero preparaba el desayuno, pero en esta ocasión era para tres, y próximamente para cuatro.
Lo ví en la cocina de espaldas, su cabello negro se mecía con el viento que producía el ventilador, estaba haciendo huevos y unos emparedados de nato.
Que asco.
-Odio el nato.- Dije a su lado haciendo que se asustara por mi presencia.
-Joder, que susto.- Dijo tomándose el mandil de la parte de el pecho.
Le sonreí de lado mientras comenzaba a tomar las cosas para poner la mesa .
-No llegaste a dormir.- Dijo como las esposas enojadas después de esperar toda la noche en vela.
-Me quedé con Hanako.
-Claro que lo hiciste, te escuché.
Paré en seco, ¿Que tanto escuchaste tonto?
-Bueno...
-No escuché todo, solo algo... Bueno, igual no es de mi incumbencia, solo recuerda que las paredes son delgadas.
Sonreí y lo abracé por el cuello.
-Estoy feliz, no te imaginas lo mágico que fue...
-Me lo imagino .- Sonrió.
Hanako salió de la habitación con su vestido, era precioso, un vestido blanco con flores dimunutas flores en su estampado, le quedaba perfectamente, parecía un pequeño ángel.
Vas a matarme,te juro que lo harás, eres malditamente hermosa y estoy a tus pies, insisto en que solo te falta la jodida aureola u serías perfectamente un ser de el cielo mismo.
Se sentó junto a Chifuyu y esperó a que también me sentara, dimos las gracias y comenzamos a desayunar, aunque cada tanto le lanzaba miradas coquetas a Hana solo para avergonzarla Chifuyu parecía incómodo.
-¿Y Take?.- Pregunto ella de la nada rompiendo totalmente la tensión.
-Se fue temprano, Mikey le llamó para atender algo.
Miré a Chifuyu para que me diera una explicación, pero al no recibir absolutamente nada más supe que no era necesario, era un asunto con Takahiro, solo espera que me incluyeran en lo que fueran a hacer.
-Bueno, Mikey también quería que lo acompañara, así que me voy primero.
Chifuyu se levanto de su asiento y nos sonrió.