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BAILEY

«seis semanas de embarazo»

Al leer esas palabras que aparecen en el reporte quedé impactada y conmocionada.

¿Qué carajos voy a hacer?

La doctora me explicó que al haber tenido un aborto mi matriz estaba frágil, por esa razón fue fácil embarazarme de nuevo. Me regaño como si hubiese sido mi culpa ¿Cómo iba yo a saber eso? Martín nunca me llevó a un hospital. Pude morir por eso, me pudo haber dado una infección, él solo me compro antibióticos y ya. Según él eso me iba a ayudar. Dios mío, qué irresponsabilidad.

Para nadie es un secreto que sí quiero ser madre, pero...

Estoy sola, ni siquiera tengo un lugar decente para recibirlo, no quiero traerlo al mundo para que sufra. Me hace mucha ilusión tenerlo...

— Llegas en el momento menos indicado—. acaricio mi vientre mientras le hablo. 

Salgo del consultorio y afuera hay un McLaren con la ventana un poco abierta y apenas se alcanza a ver alguien dentro. Me pongo alerta, Martin no puede estar vivo, yo le di con un jarrón en la cabeza eso debió ser suficiente para matarlo ¿o no?

Retorno dos pasos y cuando logró dar la vuelta para volver a ingresar al consultorio, oigo la puerta del carro abrirse. Me apresuro a la entrada y...

— ¡Oye!— es Matt.

Giro lentamente, aliviada porque es él pero molesta por la misma razón ¿es que me lo tengo que encontrar hasta en la sopa?

Intento transmitirle mis pocas ganas de hablar pero al parecer él no captó el mensaje y en su lugar me dedico una sonrisa que intente con todas mis fuerzas no corresponder pero no pude ¿Cómo me resisto a esos hoyuelos? y ahí me tienen sonriéndole a la persona más irritante; y no, esta vez no es  una sonrisa forzada.

— ¿Salió todo bien?— cuestiona, sus manos en los bolsillos traseros del pantalón negro rasgado de las rodillas, trae una camisa blanca con las mangas dobladas arriba del codo y las botas negras estilo militar que traía en la mañana. Al parecer solo reemplazó el polo por la camisa.

— ¿Disculpa?— creo que la confusión en mi rostro es evidente.

— Yo te traje— confiesa y mi boca forma una O— creí conveniente dejarte sola con la doctora— me dice y yo solo le doy una pequeña sonrisa.

— Gracias— le digo tocando su hombro y dando un suave apretón.

— No hay nada que agradecer — dice acomodándose el cabello con los dedos, puedo notar que trae anillos—en parte siento que fui mi culpa por el portazo que te di.

La carcajada que suelto lo toma por sorpresa y a mi también me sorprende ¿por que carajos me rio?¿será el embarazo? Pero es que es inevitable, la forma en que lo dijo sumado a eso la cara de culpabilidad es inevitable contener la carcajada.

Cuando logro recuperarme le repito que esta todo bien, que no tiene de qué preocuparse y que el golpe no dejó consecuencias. Afortunadamente.

— ¿Te llevó a casa?

Mi vista va de el auto a él y me observa divertido.

— Solo tienes que decir sí o no— dice en tono de burla— empiezo a creer que no fuiste del todo honesta conmigo y el golpe si te afecto.

— Esta bien— acepto— te concederé el deseo de llevarme a casa— paso por su lado empujándolo con mi hombro pero no logro desestabilizarlo. Es demasiado grande. Él solo sonríe negando con la cabeza

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⏰ Última actualización: Jul 05, 2022 ⏰

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