Togami cuidaba las plantas de su jardín con constancia, todas las mañanas salía al patio a regarlas y verificar que hayan pasado la noche a salvo. Sin embargo, uno de esos días, un desconocido chico se encontraba observándolo desde la vereda contraria a su hogar; creyó que era impresión suya la mirada sobre sí, hasta que a los minutos, el castaño se acercó y dijo: "pareces odiar las plantas".
No entendió si su intención era dar un comentario sarcástico o simplemente, bromear. Levantó y dejó caer sus hombros en modo de respuesta.