remediarlo con olvido.

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No le gustaban las cafeterías en lo absoluto, pero era la única manera de ordenar sus pensamientos sin que alguien interrumpiera. Sólo él, la taza de café y desconocidos que parecían estar a gusto con sus propios problemas.

Jugaba con la cuchara de lado a lado, revolviendo el líquido con el azúcar mientras observaba por la ventana del local; siempre prefería la mesa que diera hacía afuera y no tenía una razón específica.

En un pestañear de ojos, una pareja entró, conversó entre sí y se sentaron con él, esperando a que se diera un saludo por su parte. Ahora se arrepentía de elegir un puesto con tres sillas.

Maldijo; sabía de quienes se trataba y no tenía la voluntad de enfrentarlos. Sólo se hizo el tonto y continuó con su mirada fija en la calle frente a sí, cómo si fuera interesante. Y creyó que con esa acción quedaría más que claro que no deseaba la presencia de esos dos, pero el más bajo era sumamente insistente que no movió ni un sólo dedo.

—Qué casualidad verte aquí, Togami. —empezó la chica, después de haber susurrado algo con su novio.

—Sí, ¡no esperábamos encontrarte!

Se mantuvo en silencio, siguiendo con la acción de antes; mostrándose indiferente a la situación. Pasaron unos minutos así en los que se formó un ambiente bastante incómodo, uno que arruinó su "desayuno-almuerzo-cena" por completo.

Le dedicó una mirada frustrada Makoto, intentando culparlo por aquello y mucho más y sin hallar reacción, dejó sobre la mesa lo que costaba el café, sin siquiera haber bebido una sola gota de el y abandonó el lugar. Porque no podía, por más que quisiera, entender la tranquilidad con la que se acercaba el castaño junto a Kyoko.

oneshots: 𝗻𝗮𝗲𝗴𝗮𝗺𝗶 / thh.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora