descifrar.

80 9 11
                                    

El cansancio no era nada nuevo en él.
Creer que en cualquier momento su cuerpo perdería su luz, sin previo aviso, tampoco.

Una actividad tan simple cómo agacharse y tomar un lápiz caído lo desgastaba tanto que el aire lo abandonaba. Incluso levantarse de una silla lo dejaba exhausto y ni hablar del despertar por la mañana con la dichosa y desmotivante voz diciéndole que ese día sería igual que el anterior.

Sin embargo, no detenía su método de trabajo ni mucho menos las horas que se dedicaba a éste; era su única forma para ignorar su propia mente, aunque la misma lo deteriorara.
Hablar de ello opción, no era. Se burlarían de él por su debilidad, bien lo sabía. Tantos años siendo reconocido por ganar gracias a su esfuerzo y dedicación cómo para que una "común sensación" lo echara abajo; creía. Pero "común" jamás fue sinónimo de "normal".

Su piel hace tiempo había perdido su vívido color y sólo yacía un tono grisáceo y sin vida, en el que las verdosas venas hacían presencia más que nunca junto a las ojeras que se le formaban bajo sus ojos azulados. Al no querer ser descubierto, las tapaba con maquillaje, algo muy fácil de hacer, por lo que no se preocupó de lo que podría venir después.

Seguramente, continuar tomando pastillas por toda su vida no llegaría a ser una misión que cumpliría y aún así, por primera vez le interesó nada más, ni nada menos que el presente, no el futuro. El hoy y ahora. Lo que podía ver, analizar y buscar una forma de arreglárselas en ese instante.

Suspiró, pensar en lo que se le pasaba por la cabeza a su pareja era completar un rompecabezas de cien piezas con cuarenta y ocho de ellas perdidas. Sólo suposiciones poseía, pues Byakuya nunca tocó el tema ni por casualidad.

Él, siendo la persona más cercana al rubio, jamás se le ocurrió que pasaría aquello.
El heredero era un excelente mentiroso, o Naegi muy estúpido; estaban juntos hace más de cinco años, lo suficiente para reconocer que no todo iba bien. Siendo exactos: reconocer que NADA iba en el orden correspondiente.
En una que otra ocasión, se dijo para sus adentros: "¿estará siendo muy estricto consigo mismo?" cuando lo veía laborar noche tras noche. No obstante, tratándose él de un alumno conocido por algo tan mínimo cómo su suerte, comparado con el heredero definitivo, "hablar a base de sus creencias no sería lo correcto".

Vivían en mundos completamente diferentes: lo que estaba mal para Makoto, estaba bien para Togami; lo que le parecía preocupante a Makoto, era normal a Togami; lo que le hacía temblar del miedo a Makoto, le producía nostalgia a Togami. Y así podríamos estar toda la tarde, nombrando más y más ejemplos que se acomodarían a la lamentable situación.

Soltó otro suspiro y mirando por la ventana hacia tal camilla, le agradó pensar que todo mejoraría cuando su novio saliera de ese cuarto; lo hablarían y arreglarían la falta de confianza en su relación cómo debieron haber hecho en un inicio. Por ahora, el cuerpo lleno de cables a su alrededor de Byakuya, descansaría al fin, dejando por otro lado su mente y pensamientos a los que, por más que intentara, no descifraría.

oneshots: 𝗻𝗮𝗲𝗴𝗮𝗺𝗶 / thh.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora