2: Des-Conocidos

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❀ ፧ POV: Emma Anderson.

Mis padres siempre han sido sobre protectores y debido a ello me han prohibido ciertas actividades comunes como visitar un parque o ir a la escuela.

Tuve tutores hasta los quince años así que cuándo entré entré al instituto, fue un duro golpe de realidad. Gracias a dios conocí a Ivy y Adam y ellos me ayudaron muchísimo.

Mis padres saben de mis amigos, de hecho, hemos hecho cenas con las familias pero sin duda con mi madre tienen más confianza. Ivy la adora y Adam cuando la ve, le apunta con un dedo negando.
Mi madre siempre quiere arreglarle el pelo.

Actualmente estoy en las gradas del instituto, sola, leyendo mi libreta.

De repente siento que gritan mi nombre y levanto la mirada. A lo lejos veo a Adam haciéndome señas y dejo mis cosas en las gradas y voy hacia él.

Cuando estoy a algunos pasos él me mira muy nervioso y lo veo confundida.

—¿Estás bien?

—Sabía que te encontraría acá —me dice muy agitado—. Necesito tu ayuda.

—¿Qué necesitas? —me cruzo de brazos esperando una respuesta.

—Sabes que la próxima semana es el cumpleaños de Ivy —ah, así que era eso—. Necesito que me digas que te parece lo que estoy preparando.

Yo soy, por así decirlo, la que siempre comprueba los regalos o sorpresas del otro. Lo que más me sorprende es lo bien que sé conocen. Al principio pensé que no comprarían lo que el otro deseaba, pero me equivoqué.

Vuelvo a la realidad cuando él me enseña, en su móvil, un lugar hermoso. Todo está lleno de fotos de ellos. Me muestra otra foto y entonces veo el regalo y sé, que sin duda, es lo que más anhela Ivy ahora mismo.

—Es Perfecto —le digo con toda la sinceridad del mundo.

—¿Tú crees? Pero, —oh no, ahora empezará a ponerse paranoico—. ¿Y si no le gusta? ¿Y si espera más? ¿Y si...?

Lo corto y lo tomo por el mentón. Tuvo que bajar la mirada ya que él me lleva como dos cabezas.

—Escúchame bien, Adam Jones. Es Perfecto.

—Gracias Emma.

—Siempre a la orden.

Lo veo irse emocionado y vuelvo a las gradas. Al llegar veo mi libreta abierta. Seguramente el viento. Guardo todo y camino hacia adentro del instituto.

Entonces siento que alguien me observa.
Me giro pero no veo a nadie. Es una sensación de que sabes que te están observando pero no sabes desde dónde.

Ya incómoda y un poco asustada, me voy hacia adentro a buscar a Ivy.

Lo siento. Prefiero ser miedosa e huir.

Llego a la cafetería y ahí está, junto con unas porristas. Ella es la capitana y lo hace genial la verdad.

Solo basta una mirada desde mi posición hacia ella para que entienda y venga hacia mi.

—¿Pasa algo Emma?

—Si. Puede que suene raro pero hace un momento sentí que me seguían. Me sentía observaba.

—Seguramente son ideas tuyas —me dice poniendo los ojos en blanco—. Tranquila.

—Vale, pero no te alejes mucho.

—Está bien Em —dice mirándome con ternura—. Te ves tan linda asustada.

—No te burles pelirroja —digo en modo de regaño—. No estoy loca.

Mil Tormentas Donde viven las historias. Descúbrelo ahora