11: La cara oculta de la luna

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❀ ፧ POV: Emma Anderson.

Veo a través del retrovisor del extraño auto, pequeñas gotas de lluvia caer en el, cubriéndolo por completo. Observo mi móvil con algo de añoranza mientras niego, alejando todos esos pensamientos, y concentrándome en la realidad que me encontraba. Observo la fecha y pienso en lo rápido que podía pasar el tiempo, o bueno, al menos para mi, había sido la semana más angustiante de mi vida.

Actualmente me encontraba fuera del país ya que, según el doctor de mi abuelo, se encontraba bastante mal, y quisimos pasar tiempo con él. Me niego a la idea de que el tenga que morir, siento que no ha vivido lo suficiente, aunque así sea, también quiero que me siga llenando de sabiduría cómo solía hacerlo, o que cada noche me recordase quien quería ser realmente.

Mis manos se encontraban temblorosas ante la idea de no verle más, y mientras regresaba al hospital, por un segundo, pensé en Hugo, y me entristecí aún más.

Luego de esa noche, tuve que partir al siguiente día, y ni siquiera pude despedirme, tan solo logré pasarle un breve mensaje de texto y cuando volví a parpadear, ya me encontraba a millas de distancias de él.

La inseguridad me ha estado carcomiendo lentamente ante el pensamiento de que cuando regrese, ya nada sea igual, porque aunque sea por poco tiempo, sé que la distancia afecta, y tal vez toda la confianza que habíamos adquirido con meses, la habríamos perdido por mi culpa.

El taxista me habló, y sacándome de mis pensamientos, torpemente pagué y comencé a caminar hacia el hospital que ya conocía, lo había estado visitando por toda una semana.

De igual forma, aunque por un momento llegué a sentir culpa por haber venido tan de repente, el pensar en la situación las restaba, y también sé que Hugo piensa así.

De todos modos, hemos hablado algunas veces, aunque las conversaciones no han sobrepasado el minuto.

Llego a la habitación de mi abuelo y luego de tocar tres veces, y escuchar un leve "pase", me adentro en la misma con una sonrisa. Voy hacia él y beso su mentón, me coloco en el asiento a su lado y tomo sus manos con delicadeza.

—Hola, ¿cómo te encuentras hoy? —le pregunto mientras lo veo con cuidado.

—Ay hija, mírame, estoy lleno de máquinas, ya diles que me dejen en paz —comentó un tanto fatigado y negué sutilmente.

—No te vamos a desconectar, mejor, hablemos de lo hermosa que es la lluvia hoy —le dije tratando de animarle de alguna forma y solo me dedicó una pequeña sonrisa de boca cerrada.

—La lluvia muchas veces trasmite tristeza, y ahora mismo, logro comprender por qué dicen eso —me dijo viendo la ventana algo afligido.

—Para mi trasmite paz, un lugar seguro, un sitio donde ser tu mismo, no necesariamente pensamientos negativos, la lluvia puede ser una nueva oportunidad, un nuevo comienzo —comento distraída mientras le sonrío y asintió.

—Ahora, solo debes convencer al mundo de que lo que piensas puede ser cierto —murmuró riendo.

—Sería imposible hacerlo, supongo sólo podré transmitirlo a unas pocas personas —aseguro.

Él no dijo nada. Se limitó a guardar silencio. Y yo tampoco quería comentar algo al respecto. Di la conversación por terminada.

Horas después me encontraba en la habitación del hotel, hablando con Ivy, mientras observaba a mis padres. Puse los ojos en blanco al contarme como habían estado los últimos días. ¡Incluso habían asistido a una fiesta!

—Em, ya te dije todo lo que ocurrió —comentó Ivy a través del móvil, alargando las palabras.

—Esta semana regreso, pero tengo miedo —le dije y me dejé caer encima de la cama.

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