❀ ፧ POV: Emma Anderson.
Camino en dirección a los chicos mientras sonrío. Ivy me dedica una mirada curiosa mientras enarca una ceja y Adam se dedica a platicar con Oliver. Nos asignaron un proyecto y obviamente lo estamos haciendo juntos aunque ya sólo faltaba el final. Es un poco lamentable de nuestra parte que el treinta y uno de diciembre, estemos estudiando, lo sé, pero prefiero terminarlo hoy y olvidarme de ello.
Busco con la mirada a Hugo y me percato de que no está por ningún lugar del café. Ivy me hace señas para que me siente a su lado y voy mientras sigo mirando todo.—Dijo que se retrasaría un poco —comenta y asiento.
Ojeo nuevamente el lugar en el que estamos y no puedo evitar mirar a todos, no me había percatado del nombre del local.
—Entonces La princesita si existe —comento viéndolos.
—Emma, te lo dije ese día —dice Adam poniendo los ojos en blanco.
—Pues por eso mismo lo pensaba —le digo.
Él hace un ademán de hablar pero siento la puerta del lugar abrirse, pues esta tiene encima una campana de viento. Me giro y veo a Hugo entrar a pasos lentos. Cuando nos ve, viene hacia nosotros y vuelvo mi mirada al frente. Pasan los segundos y no lo veo e Ivy me señala detrás.
Cuando miro, me quedo muy quieta. Una chica lo interceptó, pero no cualquier chica, es la misma de hace un tiempo en el pasillo, Clara Byrne, rubia de ojos cafés, la más popular del instituto y con un cuerpo de infarto. Nuestras miradas por un segundo se cruzan pero rápidamente rompo el contacto visual. No puedo evitar sentirme mal y no es que me esté comparando pues, cada persona tiene un tipo de belleza distinto, pero no lo sé, se ven tan cómodos platicando, incluso puedo escuchar sus risas.
Tomo mi café y comienzo a beber para tranquilizarme. No he volteado más pero no es necesario, para mi desgracia o fortuna, tengo un espejo delante donde puedo ver cada movimiento que realizan.
Siento una mirada y veo a Oliver incómodo, él los mira y cómo está frente a mi, puede verlos sin necesidad de un espejo. Me quedo viéndolo y ¿siento que él está igual de molesto que yo? Eso es imposible, ¿por que lo estaría?
Niego mientras desvío la mirada y veo que mi café se está terminando y aprieto los puños. Observo cómo ella hace un ademán de irse y me incorporo porque ya se están despidiendo. El viene y se sienta a mi lado. Yo me dedico a mirar mis apuntes como si fuesen lo más extraordinario del lugar porque no me apetece verlo a él.
—¿Faltaba el final no? —pregunta y todos se le quedan viendo.
Entonces me pregunto ¿y si solo es una amiga? Tal vez estoy creando toda una historia en mi cabeza. Decido suspirar y mirarlo. Le comienzo a explicar lo único que nos falta y él asiente.
El ambiente al principio es algo tenso pero cuando a Adam se le cayó su café encima, todo volvió a la normalidad. Es muy torpe y aunque pienses que se va a molestar o algo así por burlarte, estás completamente equivocado, al contrario. Él siempre es el primero en reír de sus torpezas.
El juicio de sus padres lo pospusieron para el próximo año y él cree qué tal vez es porque todo vuelve a la normalidad. Con Ivy no pudimos cortar esa esperanza aunque la verdad, solo se pospuso porque el juez debía viajar. Me duele verlo reír porque sé que se viene momentos difíciles y el miedo de que esa sonrisa sea remplazada por un llanto, me está consumiendo.
Veo a Oliver y sonrío. Es un buen chico, he aprendido a conocerle. Adora a sus padres y nunca se ha avergonzado de su situación económica y lo estimo por ello. Es algo más callado aunque muy gracioso. Con la chica de aquella discoteca donde Adam e Ivy fueron encargados, él la sigue viendo. Resulta que está en el instituto pero es la típica invisible. Casi no hemos coincidido pero parece buena gente. Supongo que el tiempo se encargará de definir eso.
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Mil Tormentas
Roman pour AdolescentsElla tiene un pasado oculto. Él vive un presente asfixiante. Ella no sale de su rutina. Él siempre va rompiendo las reglas. Ella tiene su futuro escrito. Él no sabe que hacer con su vida. Ella quiere huir, gritar y escapar. Él solo quiere sanar. C...