❀ ፧ POV: Emma Anderson.
Habían pasado algunas semanas desde la noche de la gala, todo fue realmente ameno, compartí demasiadas risas con Hugo, y algunas palabras con su padre. Entendí en ese momento que ambos podían ser los malos de su propia historia. Mientras todos conversaban, descubrí que mi padre y el suyo iban al mismo instituto, pero su relación había mejorado con los años.
Viendo la escuela con mis auriculares, pensaba en todo eso. A pesar de tener una relación mucho más íntima con Hugo, jamás mencionaba algún nosotros y eso escurría de a poco. No había pasado mucho tiempo, pero pasábamos el día juntos, y salíamos cada fin de semana. Me pregunté entonces que éramos.
¿Amigos? No. Soy amiga de Adam, y no me siento así con él.
¿Novios? Tampoco. Jamás había mencionado eso.
¿Los famosos casi algo? Quizás, pero no lo tenía tan claro.Lily me brindó una sonrisa, sacándome de mis pensamientos, cómo de costumbre. Compartíamos algunos gustos, y comenzaba a ser grata su presencia. Me había contado cómo había llegado aquí, de su familia, y su vida en general. Se estaba volviendo cercana, y a pesar del miedo ante lo desconocido, me gustaba tener otro punto de vista.
—¡Buenos días! —soltó en un chillido. Siempre se mantenía de buen humor, sin importar qué.
—Buenos días, Ly —sonreí al recordar cómo Ivy había creado aquel apodo en su nombre.
—Recuerda que hoy con Ivy tenemos nuestra girls party.
—A las ocho en su casa, si me atraso un minuto, me descuartizas. Lo has dicho durante una semana.
Negó y solo se fue, la notaba nerviosa, más que de costumbre. Había dicho que tenía algo importante que decirnos, y eso me inquietaba. Ella aún no sabía de la situación actual que tenía con Hugo, y quería contarle de una vez.
Sin pensarlo, volvía al tema inicial, y ya era molesto. Me centré en la música que se reproducía, sonaba Ya no estás tú de Morat, una de mis favoritas de la banda, a pesar de ser algo antigua. Tenía ganas de ir a algún concierto, pero jamás había podido coincidir en mis vuelos. Era triste.
El día continuó como siempre, aunque Oliver estaba tenso, demasiado, y evitaba mi mirada a toda costa. Eso me preocupaba, adoraba las conversaciones que teníamos a diario, y nunca se comportaba de esa forma, al menos no conmigo. A la chica que veía, le dejó claro que no estaba interesado, y luego de un pequeño teatro de ella diciéndole mil infiernos en la cafetería, volvió a la normalidad.
No trataba demasiado a Lily, mientras que con Adam parecían hermanos perdidos. Recuerdo incluso un momento donde ambos estuvieron coincidiendo en sus palabras por treinta minutos. Fue desquiciante, pero entretenido. No me había fijado nunca, pero incluso vestían de la misma forma. Hugo no, él iba más a su estilo, y últimamente no abandonaba el rojo, mientras que ellos se rehusaban a dejar el blanco.
Sin decir nada, solo me acerco y arrebato de las manos de Oliver un libro, a lo que enseguida pone mala cara y pide que lo devuelva.
—Emma, el libro —demanda y sonrío.
—Te lo devolveré si me cuentas que ocurre —pauso, y noto que algo sobresale y cae al suelo, tomando rápidamente entre mis manos dicho contenido—. ¿Qué es...?
Una fotografía de dos niños pequeños, vestidos igual, exceptuando la diferencia entre falda y pantalones, puedo jurar que eran iguales. Observo el rostro de la niña, y un ligero sentimiento de familiaridad me recorre cada rincón del cuerpo. Conocía esos ojos azules, los había visto en otro lugar.
Me detengo y hago el intento de observar al niño, pero antes de hacerlo, siento que me arrebatan la fotografía, y el libro. Hice un ademán de hablar, pero no sabía que decir, no tenía palabras. Necesitaba saber quienes eran, quizá los había visto en algún show, o eran familiares lejanos de él.
ESTÁS LEYENDO
Mil Tormentas
Teen FictionElla tiene un pasado oculto. Él vive un presente asfixiante. Ella no sale de su rutina. Él siempre va rompiendo las reglas. Ella tiene su futuro escrito. Él no sabe que hacer con su vida. Ella quiere huir, gritar y escapar. Él solo quiere sanar. C...