❀ ፧ POV: Emma Anderson.
Llegar al colegio fue un duro golpe, se sentía diferente cada rincón, incluso las personas actuaban raro. El último semestre había sido duro, tal vez los exámenes habían cambiado el Aura de las personas, o simplemente era mi mente tratando de jugar sucio.
Vi a los chicos durante unos segundos pero mi mirada se desvió hacia una cabellera en especial. No le conocía, y eso era sumamente extraño, dado que aunque no fuese la más popular, tenía noción de cada persona que habitaba en este infierno.
Respiro tratando de disimular mi curiosidad y me acerco, con una sonrisa en el rostro. En seguida todos se sobresaltan ante mi presencia y me dedican una pequeña ojeada, todos, menos ella.
—Lily, ella es Emma, la chica que te comentamos hace un rato —murmuró la pelirroja viéndome, y la chica nueva me escaneó, para segundos después sonreírme y briendarme su mano.
—Un gusto, estaré las últimas semanas de intercambio, y es bueno socializar un poco —soltó con una amabilidad que me dejó pensando, a tal punto de perderme en mis pensamientos, y dejarle sin respuesta.
La voz de Ivy me sacó de mis pensamientos, y le estreché la mano, brindándole una sonrisa algo forzada.
—Emma, el gusto es mio —me limité a decir y me volteé, poniendo mi atención en mi casillero.
Si mi mañana se tornaba particular al llegar, las miradas que intercambiaron Lily y Hugo solo empeoraron la situación. Él no me había prestado atención, como acostumbraba a hacerlo, alguien más parecía haberlo adquirido.
Solté el aire que había estado conteniendo en mis pulmones, sin notarlo, y caminé en dirección a las gradas, mi lugar seguro, aunque público.
Ver a Oliver no me inquietó, parecía sentirte tan cómodo que incluso me llamó la atención. Me acerco a él y a pocos metros de distancia, le hago percatarse de mi presencia con un carraspeo sonoro.
—¿Disfrutas la soledad? —pregunto viéndole directamente, para seguidamente ojear el lugar.
—¿Lo haces tú? —comentó de vuelta, y le sonreí, colocándome a su lado.
—Supongo que es la única que no nos abandona, imposible no disfrutarla —giro un poco mi cabeza, logrando hacer contacto visual con el contrario.
—Entonces, ¿estás preocupada por Lily? —soltó una risilla y quise lanzarle mi cuaderno.
—No se trata de ella, si no de cómo reaccionan ante ella, lo nuevo siempre es interesante —vuelvo mi mirada al suelo y puedo escuchar su respiración.
—O tal vez, es una chica que acaba de llegar a una nueva ciudad, y la están ayudando a no sentirse excluida. No te ciegues, no eres así —dijo y me hizo reflexionar, volviendo mi atención a él.
—¿Realmente sabes cómo soy? —enarco una ceja y me ve con una sonrisa ladina, que me hace sonreír.
—Emma, no es difícil descifrarte, pero si te hace sentir mejor, me gusta hacerlo, soy observador quizá —se encogió de hombros restándole importancia y resoplé.
—¿Nunca has sentido que ya nada es como antes? Esa sensación de extrañeza, que te va carcomiendo, te hace pensar, dime, ¿lo has experimentado? —explico cómo puedo logrando que su rostro se contrajera un poco.
—Si, hasta ahora, solo dos veces lo he sentido. La primera, cuando me adoptaron. Y la segunda, cuando te conocí —confesó y logró que quedara aturdida.
—Logro entender la primera, pero, ¿cuándo me conociste? —farfullo interesada pero solo se levanta y me da la espalda.
—Al menos esa respuesta te mantendrá un rato ocupada —comentó para luego desaparecer, camino a uno de los grandes pasillos de la institución.
ESTÁS LEYENDO
Mil Tormentas
Teen FictionElla tiene un pasado oculto. Él vive un presente asfixiante. Ella no sale de su rutina. Él siempre va rompiendo las reglas. Ella tiene su futuro escrito. Él no sabe que hacer con su vida. Ella quiere huir, gritar y escapar. Él solo quiere sanar. C...