Simplemente pasan

14. Insomnio

- Tiene que dormir, Villaco – Me regaña Simón

- Ya sé, pero no puedo. Ahora me tomo alguna pastilla o alguna mierda – Prometo

- Más le vale. Parece un muerto – Indica mi amigo

- Gracias, perro. Usted si sabe como ayudar a la gente – Comento, rodando los ojos. Él se ríe

El insomnio no es nuevo para mí.

No me gusta recurrir a las pastillas para dormir, porque me inducen a un sueño tan pesado que no puedo despertarme cuando tengo pesadillas, lo que no es poco común.

Pero necesito descansar, y creo que estamos en el punto de la inducción química del sueño, lo que es una mierda.

Me recuesto en la ventanilla del bus de gira y me distraigo mirando el paisaje, mientras el resto del bus duerme.

Simón y Nath son los únicos despiertos además de mí, pero solo les quedan un par de días juntos, así que no quiero meterme en su momento de pareja.

Me suena el celular.

Un mensaje.

Lola: ¿Estás?

Villa: Hola

Lola: Me dormí anoche, lo siento

Villa: Tranquila

Lola: ¿No es de madrugada allá?

Villa: Son las 3:45 am

Lola: ¿Estás de fiesta?

Villa: Nop

Lola: ¿Entonces?

Villa: Insomne

Lola: ¿Desde cuándo?

Villa: Desde siempre

Lola: Mentiroso

Villa: Pregúntele a Isa

Lola: No necesito preguntarle. Dormí contigo, ¿recuerdas?

Villa: ...Y siempre estaba despierto cuando se despertaba, ¿no?

Lola: Pero te vi caer dormido como un lirón

Villa: Bueno. Dormía muy bien en su casa, es cierto. Me encantaba dormir con usted

Lola: ¿Por qué no puedes dormir?

Oh, cambio de tema.

Lo acepto.

Villa: No lo sé

Lola: Villa, ¿tú estás bien?

Villa: Si, ya le dije

Lola: ¿Somos amigos o no? Habla conmigo

Villa: Estoy enojado conmigo mismo porque tengo todo lo que soñé. Más, de hecho, porque nunca me imaginé que Morat llegaría hasta aquí. Y me siento vacío todos los putos días, Lola. Y no sé con que llenarme. Me bajo de un escenario eufórico, y media hora más tarde estoy en una habitación de hotel y estoy completamente solo

No me responde nada. Me doy un golpe en la cabeza con la ventanilla.

Idiota. Sé como suenan mis quejas: Pobre niño estrella. No debería estar quejándome, cuando hay tanta gente que no lo logra.