13. Escribí Punto y aparte

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Me despierta el celular, que está sonando como loco hace como 15 minutos.

- ¿Qué quiere, huevón? Son las 6 de la mañana

- Espabílese, perro – Me dice Isaza – Lola me viene a traer el contrato en media hora. Y son las 10:30 de la mañana.

No escucho el final de su regaño.

Le cuelgo y salgo corriendo.

La casa de Isa no queda lejos de la mía, pero llego mucho más rápido de lo normal.

No lo suficiente, sin embargo. Ella se está bajando de su carro cuando llego, y se encuentra conmigo en la acera.

- ¿Te caíste de la cama? – Es su saludo. Me paso una mano por el pelo, pero creo que no está tan mal. Ella se ríe – Es un domingo antes de medio día, lo que es básicamente la madrugada para ti

Arrugo la nariz.

- He cambiado

- Ya – Dice, sin creerme - ¿Y qué haces aquí tan temprano?

- ¿Quiere que le diga la verdad, o que disimule?

- Iré con la verdad

- Isa me dijo que venía, y quería verla – Respondo. Ella suspira

- ¿Por qué? Pasaron 8 años – Me recuerda

- Y he estado queriendo verla por 8 años

- Ahora yo te voy a decir la verdad, Villa – Me indica – No sé qué ideas tienes en la cabeza, pero lo que sea, no va a pasar. Sé más o menos a qué niveles cambió tu vida en estos años, pero créeme cuando te digo que la mía también. Te guardo como un recuerdo muy, muy querido, pero no estoy buscando coquetear con nadie, y mucho menos contigo.

¿Cree que con eso me está desanimando?

Nunca pensé que esto fuera a ser fácil, y esta vez vengo cargado de paciencia.

Tomo su mano, y acaricio con un dedo la banda de su anillo de bodas.

- Lo sé. Pero puede tener un amigo

- Un amigo – Repite lentamente

- A menos que cambie de opinión, y me deje coquetear con usted

- Enterré al amor de mi vida hace dos años. No sé si estoy lista para coquetear – Me dice. Pero no saca su mano de la mía

- Bien. Sin coquetear – Prometo

- ¿Por qué te importa ser mi amigo de repente?

- Siempre he querido estar cerca de usted, pero soy demasiado cobarde para contactarla de la nada, y honestamente pensé que me odiaba

- Estuve enojada contigo por un tiempo, pero ya pasaron muchos años y, francamente, no hiciste nada tan grave. Todo el mundo está confundido a los 18 años

- Hice algo muy grave, Lola. La perdí – Aseguro.

Ella frunce el ceño y saca su mano de la mía.

- Pensé que no íbamos a coquetear – Me recuerda. Pongo las manos al aire

- Es difícil de cumplir mientras la miro, pero me voy a esforzar

- Vale

- ¿Puedo tener su número? Quiero que usted elija dármelo, y no tener que robarle el celular a Isa o a Pedro

Simplemente pasanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora