Pedro Malaver no cree en el descanso, así que nos llama a su oficina para ver mierdas logísticas de la gira que francamente no entiendo, y no me importan.
Nos reunimos por dos horas a hablar de cosas que estoy seguro de que son muy importantes, pero dejo que los otros tres tomen las decisiones. Es una suerte que confíe ciegamente en ellos, porque bien podrían estar decidiendo con qué veneno matarme, y tampoco estaría participando de la conversación.
Puse al corriente en 3 frases a los chicos de lo que pasó con Lola, así que ninguno está pidiendo mucho de mí tampoco.
Paramos para almorzar, y sigo a los demás al mismo restaurante al que vamos siempre que estamos en la oficina de Pedro.
- ¿Quiere hablar? – No me sorprende que el primero que lo pregunte sea Martín, porque tiene de a ser el más sensible en estas cosas
- Nop
- ¿Quiere que le digamos a Pedro que se enfermó y nos enceremos en el estudio a tocar hasta que se nos caigan los dedos? – Propone Isa
- Nop
- ¿A emborracharnos? – Corrige Simón
En contra de mí mismo, les sonrío.
- Gracias perros, pero no. Quiero irme a mi casa y ya – Respondo. Me doy cuenta de que se miran entre sí
- No quiero ser el pirobo insensible pero...¿Ya la llamó? – Pregunta Simón. Los otros dos lo miran mal
- Si, y también le escribí, pero no contesta
- ¿Por qué no la busca? – Pregunta Isaza. Martín frunce el ceño
- Porque Villa no es su puta, y no lo puede botar así y que él la persiga – Interviene el niño Hasta yo me quedo mirándolo, porque es una declaración muy dura para venir de él, que además hace 3 días cuando la conoció, era el fan número 1 de Lola
- ¿Una explicación? – Le pide Simón a su hermano
- Haga lo que usted quiera, Villa. Si la quiere buscar, ignore lo que le voy a decir
- Pues no estaba pensando en buscarla, francamente, pero ahora tengo curiosidad – Le respondo
- Perro, todo el mundo sabe lo enamorado que usted está de ella. Ya de por sí es una mierda que se haya ido, pero sabiendo lo que ella significa para usted, es muy jodido – Declara Martin.
Le pongo una mano en el hombro y le doy un golpecito.
- Y llegó el día en el que el niño me cuida, señores – Declaro. Martín se ríe
- No me gusta verlo así, marica. Parece que le pasó un tractor por encima y luego reversó – Me dice él
- Así me siento – Confieso – No creo que sea capaz de buscarla. Ella sabe donde encontrarme
- Excepto porque en 5 días nos vamos de gira – Interviene Simón
- Y no volvemos en 4 meses – Agrega Isa. Me encojo de hombros
- No la puedo obligar, perros.
Ninguno tiene nada que decir a eso, y la cuestión es que yo tampoco.
En su defensa, ella me advirtió desde el primer beso que las cosas no cambiaban. Que seguía sin estar lista. Que no sabía lo que sentía por mí. Cuando le dije que la amaba, no me lo dijo de vuelta. Nunca me mintió.
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Simplemente pasan
Fiksi PenggemarLola no tenía ni idea de que ese extraño melancólico escribiendo en la esquina de su bar iba a cambiarle la vida. Esa noche, ella solo vio a un niño y lo invitó a un whiskey. No sabía que ese niño que solo se presentó como Villa se convertiría en J...