6. Si se da, que se dé

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Me sirvo un cuenco de cereales con yogurt y me los como en mi cama mientras miro un programa sobre jirafas en Animal Planet. Ya me di una ducha reparadora, y voy vestida con una camiseta de chico de Kiss que uso como pijama.

Son poco más de las 4 de la mañana, así que casi caigo a mi muerte cuando tocan mi timbre.

No suelo recibir muchas visitas inesperadas, así que camino dudosa hacia la puerta, tentada a agarrar un cuchillo de la cocina antes de ir a la mirilla.

Me pongo en puntas de pies para ver quién me visita a esta hora impía...

Y lo que me encuentro es a Villa de pie al otro lado de mi puerta.

- No me eche, Lola – Es lo primero que me dice cuando le abro.

Ay, este niño.

Hay un instante cargado en el que nos miramos. Él, como si de mis siguientes acciones dependiera algo esencial. Yo, básicamente preguntándome qué sentido tendría hacer algo dramático como cerrarle la puerta en la cara, cuando ya ni siquiera estoy enojada con él.

Así que me hago a un lado para dejarlo pasar.

Entra a mi casa en silencio. Va vestido con un pantalón negro y una camisa de botones del mismo color, cuyas mangas lleva dobladas hasta los codos y...Mierda. Si lo pudiera bañar en crema y comérmelo en 3 bocados.

Me doy cuenta de que lleva su guitarra en el hombro, y la deja cuidadosamente al lado del piano junto a la mía. Luego se vuelve y me mira.

- Yo...No soy tan bueno con las palabras hablando como escribiendo – Se disculpa – Y con usted todo es particularmente difícil de explicar

- ¿Por qué?

- Porque tenía razón. No nos conocemos. Hasta hace una semana, mi vida era la misma de siempre, y desde que usted llegó, todo parece brillar en colores nuevos. Me gustaría explicarle, pero ese rato que pasamos juntos tuvo una magia y unas sensaciones que nunca había sentido antes y que no... – Se enreda. Me doy cuenta de que se frustra por el modo en el que deja escapar el aire de forma impaciente – No sé cómo ponerlo en palabras, Lola, pero usted estaba ahí conmigo. Dígame que sabe de lo que le estoy hablando, y que entiende porque la estoy persiguiendo como un loco para que no me eche de su vida antes de que podamos explorar qué es esto

Pues mira, no diría que es malo con las palabras, porque en realidad ha explicado bastante bien cómo me siento acerca de él.

Confundida. Curiosa. Asustada. Intrigada. Seducida.

- Llama a tu mamá – Es mi respuesta. Frunce el ceño, como si hubiera esperado algo más luego de su declaración

- ¿Qué?

- Llama a tu mamá, y dile que no vas a llegar a dormir

Se le dibuja una sonrisa increíble y deja escapar una risita de júbilo antes de avanzar dos pasos, rodearme la cintura con los brazos y darme un beso.

Oh.

Siento la tibieza de su boca cuando cubre la mía, y la sensualidad de su lengua cuando se apodera del beso. Mi cuerpo se amolda al suyo, y sumerjo las manos en su pelo porque necesito aferrarme a algo. El calor de su cuerpo atraviesa la tela de mi camiseta hacia el mío, y me doy cuenta con un sobresalto de que esa sensación de embriaguez no se debía al whiskey la primera vez. Nop. Era todo por él.

Sé que para ambos es sorprendente el torrente de sensaciones que parece explotar cuando nuestros cuerpos se tocan. Sé que es tan difícil de entender que no sabemos cómo controlarlo. Sé que casi siempre eso es emocionante y sobreestimulante.

Simplemente pasanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora