Capítulo 5:

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NARRA MICHIE:

Sinceramente no me gustaba que Allie me protegiera tanto. Parecía mi madre a veces. Sí es verdad que desde aquello está mucho más pendiente de mí y se lo agradezco, pero también creo que debería confiar algo más en la gente o por lo menos disimular alguna expresión alegre en su cara. 

****

Me desperté y fui a la habitación de Allie. La eché a un lado y me tumbé con ella, al final me volví a dormir.

-¿Michie? -dijo Allie intentando abrir los ojos.

-Mmm déjame dormir...

-¡Déjame dormir tu a mí que me has pegado una patada! 

Abrí los ojos inmediatamente ya que me había caido al suelo, más bien Allie me había tirado al suelo.

-Pero serás guarr...digo guapa. -y le puse una sonrisa falsa.

-¡Ya me has quitado el sueño! Tengo hambre y no me apetece hacer la comida...

-Bueno...¡Tengo una idea!

-No quiero estar incluida en lo que sea que estás pensando.

-¡Ahora mismo vengo! 

Salí de casa y bajé las escaleras corriendo. Toqué al timbre de nuestros únicos vecinos y para mi sorpresa no me abrió Peter.

-¿Qué haces aquí? -me dijo Nathan, no sé si con cara de asco o de sorpresa.

-Yo tampoco me alegro de verte. Pensaba que me iba a encontrar a Peter no a ti.

-Bueno bueno ¿qué quieres? 

-Esto...¿tenéis sal? 

-¿Quién no tiene sal en su casa? 

-Nosotras porque se nos olvidó comprarla, ¿me das o no? -en ese momento aparecieron Peter y Jay. Menos mal porque le arrancaría la cabeza a Nathan si no se callaba.

-¡Michie! ¿A qué se debe tu visita? -dijo Jay todo feliz. 

-Venía a por sal, ¿me dejáis? Es que vuestro amigo pasa de mí.

-Dile a Allie que baje y comemos todos juntos. 

-Genial tíos... -dijo Nathan poco entusiasmado.

-Yo también tengo que verte la cara Nathan, asique no te quejes. -le dije, no podía dejarle ganar.

Subí a por Allie. Realmente esperaba que nos dijeran eso, si no solo hubiera subido con sal o sin ella ya que aquí el amigo se resiste a todo lo que yo le pida.

-Vamos Alie ¡ÁBREME!

-Ya va ya va...

-¡Si quieres comer venga!

En un segundo estaba ya a mi lado. Sabía como meterle prisa definitivamente.

-Venga no te pongas nerviosa. -le dije a Allie riéndome a carcajadas. Tanto que no hizo falta ni tocar al timbre. 

-¿Quién se ríe así? -dijo Nathan cuando ya habíamos entrado a casa de Peter.

-Yo ¿te molesta? -le dije sonriendo aún.

-De tí me molesta todo. 

-Dios...te estoy empezando a odiar.

Y ahí acabó nuestra conversación. Al final lo mataría de verdad. ¿Qué tenía en contra mía? Yo no le había hecho nada.

-Bueno Allie cuéntanos cosas de tí. -dijo Peter, después de habernos quedado sin mucho de que hablar.

-Preguntadme cosas. Yo ya decidiré si las contesto o no.

-No vale, las tienes que contestar si o sí. -dijo Jay como un niño pequeño. 

-Vale. lo intentaré... -dijo Allie. Me empecé a reir por la situación. A saber que le iban a preguntar.

-¿De qué te ríes tú? -dijo Nathan cuando pasó por mi lado para sentarse en frente.

-A tí que más te dará... -dije más para mí que para él.

-Bueno Allie...empecemos...¿Tienes novio? -preguntó Peter todo decidido.

-¿Novio? ¿Yo? ¿Para qué? -dijo riéndose, y se nos contagió a todos aunque a Peter pareció no hacerle tanta gracia. Sólo disimulaba que eso lo sabía yo.

-Vale, ha quedado bastante claro. -dijo Max. -¡Yo quiero preguntar! 

-A saber que gilipollez preguntas.. -dijo Tom riéndose en su cara.

-Cállate, a ver...Ah sí importante...¿cuántos años tienes?

-Vaya, ¡como te curras las preguntas! -dije sarcásticamente

-Tengo diecinueve. 

-¿Y cuándo es tú cumpleaños? 

-Fue hace una semana Max. 

-¡Eso hay que celebrarlo! -dijo Jay.

-Tú celebras cualquier cosa Jay. 

-Pero es que hay que celebrarlo. -dije yo.

-Pues ya está. El sábado fiesta.

Replace your heartDonde viven las historias. Descúbrelo ahora