Capítulo 10

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NARRA ALLIE

Estaba mucho más relajada después de hablar con Michie. Me lo dijo y tenía razón, me tomo las cosas demasiado a pecho. Pero es que no tengo remedio, o pienso las cosas mucho o no les doy las suficientes vueltas. Como todo este tema de Peter. Me he acercado a él cuando en un principio no lo tragaba. Pero lo veo con sus tonterías y esa sonrisa permanente que no puede evitar estar bien con él. Sé que a Michie le pasa lo mismo con Nathan, pero en este caso están todavía en la primera fase.

Esa noches los chicos salieron, pero nosotras nos quedamos hablando en casa.

-¿Bueno, y qué hacemos ahora?- pregunté. Michie me sonrió y yo me preparé para lo peor.

-Quiero que me hables de tú y Peter, de vosotros.

-No hay ningún nosotros, Michie.

-Pero estoy segura de que algo hay- insistió.

-Es solo que... no sé muy bien lo que pasa. Sé que no me gusta, pero no puedo evitar estar cerca de él.

-¡Pero si al principio lo odiabas por ser tardón!

-Yo no lo odiaba. Es cierto que lo juzgué por estar tan alegre siempre. La gente no siempre puede estar sonriendo, es imposible. Por eso pensé que escondía algo y ya sabes como soy cuando no me fío de las personas.

-No me refiero a eso. Digo que cuando estáis juntos se forma un aura de paz que me impresiona que tú ayudes a crearla- ¿quién quiere tener amigas para esto?

-¡Oye! Pero no sé...

-Sabes que te gusta.

-Pero es que no lo conozco- protesté- Tampoco es mi prototipo de chico, ¿sabes? A mi me gustan los tímidos.

-Pues a ti te pega alguien como Peter. Más abierto, te iría bien estar con él.

-Echa el freno, vaquera. ¿Quién ha dicho de estar con él? ¡Apenas nos conocemos!

-Sabes que soy un Cupido del amor y siempre acierto.

-Y será verdad- susurro- ¿Y qué hay entre Nathan y tú?

-No hay nada- dijo poniéndose roja. ¡Se ha puesto roja!

-¡Te has puesto roja!- grité- Vamos cuenta, cuenta.

-No sé. Me llama la atención pero de vez en cuando lo quiero matar. Ya sabes como es la sensación. Cuando estoy a su lado es como si hubiese encontrado algo que llevo buscando mucho tiempo.

-Tus ojos brillan cuando hablas de él.

-Pero eso no es bueno- se quejó.

-¿Por qué?

-Porque se supone que él es un gilipollas que ni siquiera nos dijo que era famoso cuando nos conoció. No puedo estar así porque él es el típico chico que no se da a conocer y que tienes que rascarle tú y con cuidado porque es un bipolar de mierda que...

-Te encanta- la corté.

-A tanto no llego... Creo.

De repente sonó el timbre. Miramos la hora y ya era pasada la media noche. Michie se asustó, y yo como pude mantuve la tranquilidad. Me acerqué a mi habitación y cogí el bate que siempre tenía en mi armario. Recorrí el pasillo de vuelta y cuando llegué a la puerta vi a Michie con un palo de la escoba.

-¿Un palo de escoba? ¿En serio Michie?- le susurré.

-Cállate. A la de tres abro la puerta y tú saltas encima.

-¿Por qué yo?

-Porque yo llevo un palo de escoba como única arma- respondió.

-Touché.

-Un... Dos... ¡Tres!- y abrió la puerta. Con un grito de guerra me lancé hacia delante dispuesta a machacar a nuestro visitante.

SÉ QUE ES CORTITO, PERO ES MENOS QUE NADA. ADEMÁS ES NECESARIO QUE SEA CORTITO PARA QUE EL PRÓXIMO SEA ALUCINANTE.

Replace your heartDonde viven las historias. Descúbrelo ahora