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La noticia de la paternidad de TaeHyung y suya al parecer había volado entre los amigos de aquel rubio, no había podido evitar sentirse extraño cuando las preguntas empezaron al respecto

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La noticia de la paternidad de TaeHyung y suya al parecer había volado entre los amigos de aquel rubio, no había podido evitar sentirse extraño cuando las preguntas empezaron al respecto. Había pasado un mes desde que se había enterado de que estaba esperando a su bebé, pero aquello no hizo más que sumar más a sus ya existentes preocupaciones.

Empezando por TaeHyung, quien en las mañanas preguntaba por su estado de salud y sus mareos. Por no mencionar que se había vuelto un poco más extraño con la comida que ingresaba en su hogar ahora compartido. El sexo entre ambos seguía, a veces un poco rudo, otras, podría jurar si no supiera de su situación real, era más como hacer el amor de manera dulce.

—Me muero por conocer a mi sobrino—se escuchó la voz de SeokJin desde la sala, pues había ido hace un par de días de improviso al departamento de TaeHyung a ver a JungKook.

Lo que había hecho imposible al menor mudarse de ese lugar.

—No sabemos qué es, se sabrá luego de otros meses—se quejó TaeHyung, su voz sonaba claramente irritada de la plática que estaba teniendo con su mayor—. Con lo que sea estoy bien, es mi sangre después de todo.

—Claro, ¿quién no estaría bien estando en casa con su pareja y un bebé fruto de su amor?

JungKook no pudo evitar sentir dolor al escuchar aquello, pues sabía que eso jamás pasaría entre ellos, que estaba por mudarse a un departamento que le había facilitado el rubio hace no mucho. Aún podía recordar aquel día con claridad, había tenido una mañana fatal, llena de mareos y vómitos inusuales, como si fueran una clase de preludio a lo que iba a pasar; entonces, cuando estaba en la oficina luego de calmarse en el baño por veinteava vez, notó como el rubio ingresaba cerrando la puerta detrás de sí.

Había pensado en muchas cosas, excepto en la que pasó, donde el mayor le había dicho que había conseguido un departamento cómodo con dos habitaciones amplias, cocina y todo lo demás que no pudo prestar mucha atención debido a su estado incrédulo. ¿Lo estaba botando de su vida como había prometido?

Estúpidamente había pensado en que le retendría por su estado, pero había sido claro en que no serían una familia y suponía que ese departamento era parte de estar presente para su hijo y no tanto por lo que tenía o tuvo con él. Pues desde esa semana en la que SeokJin había llegado, era como si TaeHyung huyera de tocarlo en las noches.

Un retorcijón n su estómago lo sacó de sus pensamientos, de nuevo la sensación de mareo llegaba a él. ¿Por qué su bebé parecía hacerse presente en momentos como ese? Llevó una mano a su vientre bajo, dando una caricia pequeña y cerrando los ojos, respirando y exhalando con pesadez, hasta que logró controlar un poco la sensación que tenía, acercándose a los otros dos.

—JungKook, ¿todo bien? —escuchó la voz de TaeHyung, la cual no supo si estaba preocupada o curiosa.

—Sí, solo... un pequeño mareo—mencionó restando importancia, sentándose en el espacio libre y llevando la cabeza hacia atrás—. Pero no es para alterarse, es como los de siempre.

Faute ❀ᴛᴀᴇᴋᴏᴏᴋDonde viven las historias. Descúbrelo ahora