Faute ❀ᴛᴀᴇᴋᴏᴏᴋ

Epílogo

No podría creer que ya su pequeño y amado HyunWoo cumplía ese día un año, estaba demasiado feliz con aquello, tenía la familia que desde un inicio había soñado tener con TaeHyung. Aunque las cosas con su padre eran muy tensas, ni siquiera habían hablado desde que él había ingresado al hospital herido por su causa. Y francamente dudaba que aquel hombre quisiera hablarle luego de meterle a prisión.

A veces se ponía a pensar en que su padre no conocería a su nieto, y le ponía algo deprimido pensar en esas cosas y un poco molesto porque era un recordatorio de que podría perdonar a su padre pese a todo lo que le había hecho en el pasado. Pero sabía que ahora las cosas estaban mejor sin ese hombre cerca, sin deudas, sin miedo y completamente feliz.

Tenía un esposo maravilloso que le escuchaba pacientemente cuando aquellos pensamientos tristes se asomaban por su cabeza, que le aconsejaba y ayudaba bastante con el pequeño travieso, por no decir que no se oponía a la idea de que siguiera trabajando una vez que el pequeño pudiera ser enviado a guardería. Había días en donde aquello se le venía como irreal, como si en cualquier momento pudiera borrarse y explotarse toda aquella felicidad y volviera a ser el solitario y estresado chico.

—JungKook, mi amor—escuchó aquella voz gruesa llamarle, haciéndolo espabilar de su propia mente un tanto traicionera—. ¿Estás bien? Luces un poco pálido.

—Estoy bien, solo pensaba en cosas sin importancia—sonrió, tratando de ocultar sus preocupaciones.

—Bueno, si no quieres hablar de eso lo respeto—se acercó y le sostuvo de la cintura, alzando el mentón del contrario para que de ese modo pudieran verse a los ojos—. Pero nuestros invitados están empezando a llenar el jardín y HyunWoo seguramente extraña a su papi.

—Nuestro pequeño ya es tan grande, me hace sentir nostálgico.

—Poco a poco lo veremos crecer, es cierto pero...—lamió sus labios, mirando con tranquilidad a JungKook, quien trataba de descifrar aquel brillo inusual en los ojos del rubio—. Podríamos pensar en darle un hermanito o hermanita, no ahora, sino cuando nos sintamos listos para otro y sea más grande.

—TaeHyung... tú...—sonrió dejándose acariciar por su esposo—. ¿Todavía tienes la idea de una gran familia que teníamos en la adolescencia?

—Solo si tu quieres que pase así, solo me importa ser feliz a tu lado con muchos o pocos hijos.

—Lo pensaremos entonces.

Sonrió, soltando el agarre de TaeHyung de su rostro y sosteniendo la mano del contrario para encaminarse a la fiesta con temática de Anpanman que le habían hecho a su pequeño, quien se veía feliz jugueteando con algunos de sus tíos. Aunque eso significaba ver a SeokJin con su estómago un poco abultado tratando de corretear con él.

Hacía tan solo dos días que empezaba a caminar su pequeño, daba pequeñas distancias pero a pesar de caerse de vez en cuando, había heredado ese carácter feroz de JungKook y ese orgullo de TaeHyung que le impedían rendirse ante aquel obstáculo. Al igual que sus intentos cortos de hablar, donde ahora tenía a todos fascinados con su intento de decir papá y adiós: "pa" y "ai".

—HyunWoo, deja que tío Jin descanse un poco—habló JungKook, estirando sus brazos al pequeño que entre caminaditas y gateos, se acercó hasta él con una sonrisa enorme—. Ven aquí mi vida, papi te extraña horrores.

—Pa—contestó el pequeño una vez que fue sostenido por los brazos amorosos de JungKook.

No era secreto para nadie que JungKook era un padre amoroso y demasiado atento, disfrutaba demasiad de su hijo al igual que, para sorpresa de casi todos, TaeHyung, quien se derretía cuando de su hijo o JungKook se trataban.

—Vamos a abrir los regalos de HyunWoo~—canturreó TaeHyung, haciendo que el pequeño se emocionara al escuchar el tono alegre de su padre y aplaudiera—. Tus tíos te trajeron muchos juguetes y cosas.

—Nuestro HyunWoo es tan consentido~

—Ahora tomaré un descanso que su primito anda inquieto y quiero tregua—se quejó SeokJin, sentándose cerca de donde la familia abriría en breve los regalos—. Espero pronto puedan jugar juntos.

—Lo harán Hyung, estoy seguro de que serán buenos amigos.

—Ya me hace querer tener hijos—soltó en un suspiro JiMin, mirando a YoonGi quien miraba a otro lado ocultando, o al menos el lo creía así, el sonrojo de sus mejillas.

Y todos eran muy felices viendo como el amargado y duro TaeHyung había por fin dejado sombras del pasado atrás y evolucionado hasta ser un ser amable y pleno, como ahora que se dejaba poner moños de regalo por su bebé y soltaba una que otra mueca expresiva, paternal y genuinamente alegre.

—JungKook...—llamó TaeHyung con suavidad, haciendo que el menor, quien aún sostenía al bebé le mirara curioso—. I purple you.

—I purple you, amor mío.

Por no mencionar a JungKook, que no cabía en lo feliz que era todos los días. Porque, a pesar de que habían peleas pequeñas pero algo comunes entre pareja, el amor, comprensión, confianza y retroalimentación en el camino de la paternidad, les hacía reforzar cada día más todo aquello. Ambos habían aprendido mucho en todo ese año, y los que venían sabían que seguirían estando bien, sin la amenaza del padre, sin peligros por deudas ni nada de esas cosas; solo creciendo como personas, padres y pareja.

Mejorando las problemáticas del pasado, estando con amigos y solo, siendo al fin plenamente felices.

Y no había nada más que pudieran pedir.