Faute ❀ᴛᴀᴇᴋᴏᴏᴋ

04

Aquella casa era demasiado bonita, JungKook recordaba algunas que, cuando su padre iba a esas visitas que a él le aburrían, visitaba, incluso su propia casa. Pero esta no era totalmente diferente a las que recordaba.

Era exquisita, con un toque moderno que solo había visto en las pocas series que se permitía ver de vez en cuando en sus nulos tiempos libres. Miraba fascinado cada rincón, olvidándose por completo de que estaba con el hombre que le odiaba con su vida y que estaba fingiendo ser pareja de este; aunque eso no le permitió no esconder aún el anillo aquel tan único.

—Increíble...—susurró embelesado, no pasando desapercibido eso por TaeHyung, quien carraspeó llamando su atención—. Lo siento, es que es muy lindo el lugar.

—SeokJin siempre ha sido muy fan de las decoraciones interiores—atinó a decir, notando como el menor parecía ocultar sus manos en su abrigo, lo que le producía curiosidad—. ¿No habrás olvidado el anillo aquel o sí?

— ¿Cómo?

—Tu mano, donde se supone prometiste tener el anillo la ocultas—señaló, a lo que el menor abrió por un momento más los ojos, sabiéndose descubierto por aquel rubio—. Así que lo más obvio es que lo olvidaras, lo que nos metería en un problema...

—No lo hice, lo tengo conmigo.

—Entonces, ¿por qué...?

— ¡TaeHyung! —se escuchó una voz emocionada de pronto, siendo esta la campana de salvación del menor—. No creí que vendrías, no es como que te gusten estas reuniones...

—Bueno, esta es especial—musitó un poco incómodo, pero siendo receptivo del abrazo que el contrario le daba—. Así que por eso vine Hyung.

—Y veo que no vienes solo—su mirada se dirigió al cohibido JungKook, quien solo hizo una pequeña reverencia a modo de saludo—. ¿Nos vas a presentar?

—Claro, JungKook el es mi persona más preciada Kim SeokJin—dijo, mientras que hacía un gesto cortés al mayor—. Hyung, él es JungKook, mi pareja.

El menor solo atinó a sonreír, sabiendo lo vacías que eran esas palabras fingidas de dulzura.

—Un placer conocerle, TaeHyung ha hablado mucho de usted—el mayor sonrió emocionado, mirando al rubio quien como siempre, mantenía su perfil al margen—. Tiene una casa maravillosa, simplemente es hermosa.

—Muchas gracias, pero deja las formalidades—le dio un pequeño golpecito en el hombro de manera amistosa, para luego dirigir su mirada a TaeHyung—. Es un chico muy lindo, ¿por qué no sabíamos de él?

—Bueno, es que no me gusta hablar de mi vida tanto.

JungKook pensó en que no era del todo cierto aquello, porque se había abierto tanto con él en el pasado, uno al cual parecían ambos aferrarse de manera distinta. Pero por alguna razón, hasta ese momento se sintió angustiado, sabiendo que el de cabellos rubios no volvería a ser el dulce chico que fue con él antes.