Primer capítulo

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Capítulo uno: Alejamiento.

—Bien, ChangKyun, toma esto —el castaño claro le ofreció al pelinegro una fotocopia. —Esta es tu parte del proyecto, por favor, no me la entregues tarde.

—De acuerdo, de acuerdo —suspiró. —Pero se me hará difícil, no soy tan bueno en química.

—Eres mejor que yo, cállate —rio el castaño claro. —Solo no olvides traerlo en esta semana.

—Bien —dio una sonrisa curvada. —Nos vemos luego, JooHeon.

—De acuerdo, adiós.

Le sonrió a su amigo y se despidió con una agitada de mano, para luego dar media vuelta y empezar a caminar a la salida de su universidad.

Min ChangKyun ya era todo un hombre, habían pasado ocho años desde la vez que KiHyun quedó embarazado por tercera vez, ahora, a sus jóvenes veinte años, estudiaba ingeniería en una de las universidades públicas mejor reconocidas del país. Y todo lo ganó con su esfuerzo.

De allí conoció a Jooheon, un tierno chico de cabello castaño claro y hoyuelos encantadores. Y, aunque a ChangKyun no le interesara en absoluto los hombres, debía admitir que él era alguien muy simpático.

Puede sonar raro, pero así es.

Viniendo de una familia en la cual la homosexualidad fue mostrada como algo normal y hermoso, no tenía la misma orientación de sus padres, le gustaban las chicas. Ellas eran tan lindas, su cuerpo emane un olor natural que lo enloquece y sus largas cabelleras, labios delgados y suaves como el algodón de azúcar. Era algo que el realmente encontraba atractivo.

No fue fácil, a decir verdad, cuando se encontraba en la edad de catorce años pensó que ser heterosexual en una familia dónde claramente no existe eso, era un grave error. ¿Como le dices a tus padres, que por cierto es una pareja homosexual, que te gustan las chicas?

Pero finalmente lo soltó, con gran dificultad.

Sabía que su padre YoonGi era el más difícil, pues... siempre tuvo cierta incomodidad con los heteros. Ellos habían hecho cosas horribles contra su persona y contra su pequeño ángel.

Escuchar aquella palabra le helaba la sangre y hacía que recuerdos horribles llegaran a su mente, haciendo que su pecho se apretara.

Pero, finalmente, lo aceptó. Y no solo eso, apoyó a su hijo y le regaló una sonrisa tranquila. Con un poco de melancolía en ella.

Y ChangKyun no pudo sentirse más feliz, sus padres lo aceptaban tal y como era, no lo juzgaban. Se sintió tan vivo, tan libre. No podía amar más a sus padres.

Pero entonces, a la edad de diecisiete, un nuevo problema se hizo presente en su vida.

Su familia.

Todos sus compañeros provenían de una hermosa y feliz familia heterosexual, cada vez que iba a la entrega de libretas escolares veía a madres con vestidos de flores, cabellos castaños perfectamente recogidos y con aura cariñosa y amable. Y él... él tenía un padre de cabellos teñidos de plateados, ropa común de casa y una sonrisa brillante.

Él no era igual a los demás. Y odiaba eso.

Con el tiempo, ya no quiso que KiHyun asistiera a sus reuniones, le pedía a YoonGi que lo hiciera o incluso, llegó a pedirle a su vecina que lo acompañará a dicha entrega. Cuando un compañero suyo se acercó a preguntarle sobre el otro hombre que venía a sus reuniones, aquél que tenía el cabello grisáceo, este solo lo denegó como su padre y dijo que era hermano de su padre.


Sabía que eso estaba mal. Lo sabía perfectamente. Pero era él o su reputación.

No quería que sus compañeros se burlaran de él, sentía demasiada vergüenza el decir que provenía de un matrimonio gay. Y que, en este, hay un hombre que tiene el poder de concebir y traer vida al mundo.

Y desde entonces, ChangKyun se alejó de ellos. Comenzó a ser más distante, no dejaba que KiHyun besara su frente antes de irse o que YoonGi le diera un fuerte abrazo cuando llegaba de su día escolar, no gustaba de bajar a sentarse y ver una película en familia, de participar en la noche de repostería o simplemente de jugar en el patio trasero. Solo bajaba de su cuarto para comer y salir de casa.

No, no quería a sus padres cerca por nada del mundo.

Un suspiro se hizo presente en la boca de este cuando se acercó a casa y notó la luz encendida de la cocina. Rodó sus ojos levemente e intentó recuperar su postura nuevamente, caminó la puerta y cuando se encontraba frente a esta sacó la llave de metal del bolsillo delantero de su pantalón e introdujo la llave hasta que la puerta cedió y le dio paso dentro de casa.

Un tarareo suave se hizo presente en el ambiente cuando se adentró en casa, sabía a la perfección que era por parte de su padre KiHyun, así que solo intentó pasar desapercibido por enfrente de la cocina y evitar su saludo.

No estaba para aguantarlo hoy. 

Shame | YoonKiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora