Séptimo capítulo

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Capítulo siete: ¡Mío!

YoonGi pasó sus manos con desespero entre las hebras de su cabello, tratando de soltar toda esa tensión y estrés, desabrocho un poco su corbata y soltó un largo suspiro, se recargó en el espaldar de su silla y hecho su cabeza hacia atrás mientras hacía intentos vanos de calmarse.

Otra vez llegaría tarde a casa.

No quería, no quería llegar otra vez tarde a casa. Sentía que este trabajo le quitaba tanto tiempo que ya no era parte de su familia.

En un abrir y cerrar de ojos, sus hijos habían crecido y él ni tiempo se había tomado para admirar eso. Todo pasaba tan rápido para él.

Ha notado a su amor demasiado extraño, su actitud no era la misma desde hace unas semanas, toda su aura llena de luz se había tornado opaca, deprimente.

Cuando YoonGi llegaba tan tarde de su trabajo que no alcanza a cenar con su familia, el menos siempre lo esperaba en la sala; alguna vez el sueño lo dominaba y quedaba tendido en el sofá de la sala. Pero siempre estaba allí. Ahora solo su cena aparece y KiHyun no, está arriba, durmiendo en su rincón de la cama.

Pero él no puede culparlo. Kihyun también vive una vida difícil.

Convivir con alguien que te detesta es difícil.

A veces quiere sentarse y hablar con él, preguntarle por su bienestar, llenarle de besos y hacerle el amor para que su oscuridad se vaya y nuevamente la luz llene cada espacio del lugar.

Pero no puede.

YoonGi llegaba tan cansado de ese maldito trabajo, no le quedaban fuerzas de nada. Además, su príncipe siempre se encontraba dormido, completamente exhausto a igual que él. En las últimas semanas ni siquiera un beso ha recibido.

Por más estresado que se encontrara no podía despertar a KiHyun y decirle: "Hey, cariño, estoy algo estresado, ¿Por qué no vienes y hacemos el amor para destensar el cuerpo?". Eso era extraño a los ojos del pelinegro y además abusivo. Muy fuera de su actitud.

—¿Estresado, Min? —preguntó una voz femenina, sacándolo de sus cavilaciones.

Este, rápidamente, al reconocer la voz, se sentó correctamente y pasó sus manos por su cabello, ordenándolo.

—Señorita Im —carraspeó su garganta. —Lo siento, es solo que... bueno, estoy algo cansado.

—Comprendo —suspiró pesadamente. —No debería tenerte a esta hora aquí, y lo siento mucho. Pero en serio necesito ese papeleo, Min. Sabes que te daré un aumento luego.

—Lo sé, señorita, lo sé —suspiró pesadamente, al igual que ella, y luego arrastró su silla más cerca del escritorio y empezó a teclear y echarle un vistazo a la pantalla del computador. —Lo tendré listo pronto.

—Bien —ella dijo un poco dudosa, dándole una última mirada a YoonGi y su entorno de trabajo, pero antes de irse de allí, un objeto en el escritorio del pelinegro llamó su atención. —Oh, que lindo —tomó un marco de fotografía que se encuentra junto al computador, sonriendo enternecida al ver lo original y tierno de la fotografía. Min notó obviamente como su fotografía más preciada era arrebatada, haciendo que se tense levemente.

—S-Señorita Im...

—¿Es tu hermano? —levantó su mirada de la fotografía y le sonríe tiernamente a su empleado, mientras volvía su vista a la fotografía. —Es muy lindo.

YoonGi tragó duro observando a su jefa, esa era una fotografía suya con KiHyun.

A YoonGi lo habían rechazado ya en varios trabajos por el hecho de ser homosexual y tener un matrimonio con otro hombre, al parecer, a muchos jefes no les gustaba que sus empleados tuvieran gustos diferentes, tenían miedo "¿Como estoy seguro de que no intentaras tocar a uno de mis empleados? ¿eh?" le había dicho uno de los muchos jefes que lo rechazaron por la misma razón.

Por favor, había aclarado que tenía un esposo. Y con eso, quería aclarar que él era más caliente y encantador que cualquier tipo de esa empresa.

Y, ya cansado de no encontrar trabajo, KiHyun le dio la idea de no hablar de su homosexualidad en las entrevistas de trabajo, YoonGi se negó rotundamente, no pensaba negar a su amor y a sus hijos, pero, al no tener más solución, tuvo que verse en la obligación de decirle a la señorita Im NaYeon que era un hombre soltero. Y así fue como consiguió su trabajo.

—No, él no es mi hermano —susurró.

—Tienes razón, no se parecen en nada, que tonta —rio suavemente mientras seguía observando la fotografía, específicamente a KiHyun —¿Tiene novia?

Algo dentro de YoonGi se despertó al escuchar sus palabras, sus ojos se abrieron levemente, sintiendo de un momento a otro su sangre hervir en cólera puro. ¿Acaso su jefa estaba mostrando interés en KiHyun?

—¿Por qué la pregunta? —dijo con voz más dura de lo que esperaba, pero aun así no sonaba grosero.

—Oh bueno, él es guapo —sonrió nuevamente. —He de suponer que tiene a muchas chicas a sus pies.

YoonGi golpeó suavemente con la punta de su lengua la pared interna de su mejilla, dando claramente una señal de celos. Las chicas no tenían por qué andar detrás de KiHyun cuando él ya tenía a alguien que lo amaba en todo su esplendor.

—Está casado.

—Es una pena —hizo un puchero aún sin darle una mirada al pelinegro y observar su estado. —Es tan guapo, la chica que está a su lado es muy afortunada y...

—Señorita Im, él es mi esposo.

NaYeon pausó sus palabras abruptamente, dejando de lado un momento la fotografía y observando con ojos levemente abiertos a su empleado. Empezó a pasear su mirada de la fotografía al hombre frente a ella, aún sin creer lo que el pelinegro le décima.

—Min, eso quiere decir que usted...

—Si, señorita, soy gay. Y estoy casado desde hace veinte años con el chico de la fotografía —hizo una pausa, observando sin atención alguna. —Nunca se lo dije porque... porque ya me habían rechazado en varios lugares por esta razón. Y yo... —tragó saliva. —De verdad necesitaba el trabajo, mi esposo estaba esperando un segundo bebé y yo no tenía como pagar sus consultas o sus antojos durante el embarazo, ni siquiera lo tenía viviendo en un lugar decente.

NaYeon no quitaba la mirada de YoonGi, ponía atención a cada palabra y acción del pelinegro, observó como YoonGi se acercaba a un cajón de su escritorio y abría este para luego sacar un anillo de oro puro de allí, para después insertarlo en el dedo anular de su mano izquierda.

—Siento haberle mentido todos estos años —susurra. —Espero que entienda, lo hice por mi familia. Ellos son lo más valioso que tengo.

NaYeon quedó en completo silenció, haciendo que los nervios de YoonGi se alteren. El ambiente era tenso, demasiado, YoonGi sentía que su corazón golpeteaba con fuerza; casi como si intentará romper sus costillas y escapar de allí para dejar se sentirse tan aprisionado.

—YoonGi, retírese, por favor. Yo terminare el papeleo —dijo con voz dura. YoonGi lamió sus labios mientras sentía un dolor fuerte en el pecho, pero finalmente asintió y tomó su maletín que se encontraba cerca de su silla y quito su sacó del espaldar de la silla. Para sin más salir de allí.

Adiós trabajo. 

Shame | YoonKiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora