Cuarto capítulo

40 6 0
                                    

Capítulo cuatro: Me gustas.

—No fue la nota más alta de todas... pero fue el tercer mejor proyecto, ¿te parece bien? —preguntó JooHeon mientras observaba el interior de la carpeta.

—Está bien para mí, no nos fue tan mal —dijo mientras revisaba su teléfono despreocupadamente.

JooHeon soltó una risa leve mientras negaba con su cabeza, levantó su vista distraídamente, cambiando su sonrisa por una más grande, golpeó con el dorso de su mano el brazo de su compañero, haciendo que este levante su mirada, molesto, pero su expresión cambia drásticamente.

—¡Felicidades por quedar de terceras, ChangKyun! —le sonrió tiernamente la castaña frente a él, mostrando sus dientes blancos como perlas que hacen resaltar sus labios rosas. —¡Y a ti igual, JooHeon!

ChangKyun se quedó sin aliento al ver la diosa que tenía en frente; su cabello castaño caía en cascada por su espalda, marcando su piel pálida y rasgos finos.

—Gracias —tragó saliva. —L-Lamento que tu proyecto no haya quedado entre los tres mejores, N-NaEun —soltó un suspiro suave el pelinegro.

Ella rio suavemente y negó con la cabeza, restándole importancia. —: No importa, realmente, al menos tuve una buena nota.

Changkyun rio nerviosamente junto a ella y escondió detrás de su espalda sus manos, en las cuales las palmas empezaban a sudar, tomó un suspiro nuevamente, en un intento de verse calmado frente a la bella chica.

—¡Ah, sí, verdad! —dijo la chica emocionadamente quitando las correas de su mochila de sus hombros y poniendo esta en frente suyo para buscar algo alegremente. —EunJi hará una fiesta, bueno, no una fiesta, más bien una reunión para los chicos del club de teatro este sábado, y me preguntaba si querían ir conmigo —dijo la castaña extendiendo una hoja color rosa a ambos.

—Que linda, noona, pero no somos parte del club de teatro —torció la boca JooHeon mientras recibía la hoja rosa.

Ella rio nuevamente, colocando nuevamente su mochila en su espalda y las correas en sus hombros.

—No, JooHeon, no necesitas ser parte del club. Mi invitación dice que puedo llevar a dos personas conmigo —le sonrió tiernamente. —No somos muchos en el club y EunJi no quiere que todo esté tan vacío, así que dijo que podíamos invitar a dos personas.

En ese momento un foco dentro de la mente de JooHeon se encendió, observando a ChangKyun que aún se encontraba nervioso observando la hoja color rosa y tambaleándose en sus pies, tamborileo la punta de su zapato con diversión.

—Noona, sabes que realmente me gustaría ir, pero ya tengo planes para este sábado —hizo una mueca.

—¿Los tienes? —le preguntó un poco decepcionada la chica.

—¿Los tienes? —frunció el ceño ChangKyun con gran confusión.

—Si, si los tengo, ChangKyun —dijo entre dientes para el pelinegro. —¡Y no puedo creer que lo hayas olvidado!

ChangKyun se confundió aún más.

NaEun infló sus mejillas levemente, sintiendo la vergüenza, pero luego suavizó su mirada y dijo —: No quiero sonar grosera, pero... ¿Qué planes tienes?

—Yo, umh... yo... —rebuscó con su mirada algo que le diera inspiración para crear una mentira. —¡Saldré con Yerin a una cita! —dijo al ver a la chica de cabello corto salir de uno de los salones. ¡Que estúpido, ¿que había hecho?!

Los ojos del pelinegro se abrieron en demasía, completamente sorprendido. La castaña también se encontraba sorprendida, pero no tanto como el pelinegro.

—¿Yerin? ¿Kim Yerin? —jadeó en sorpresa el menor de los tres. —Pensé que se odiaban, hyung.

JooHeon tragó saliva. Y les sonrió nerviosamente.

—Tal vez quisimos ser amigos de nuevo, ChangKyun —dijo entre dientes, mostrándole una mirada clara de que se callara.

NaEun sintió el ambiente tensó y decidió romper el hielo. Carraspeó su garganta y se aferró a las correas de su mochila.

—Entiendo, JooHeon. No te obligare a ir —mordió el interior de su mejilla, esta vez observando al chico pelinegro. —¿Y tú, ChangKyun? ¿Si puedes ir? —le miró mientras un leve sonrojo se hacía presente en sus mejillas blancas.

ChangKyun sintió sus piernas temblarle de nuevo y los nervios consumirlo, tomó una inspiración larga y, finalmente, asintió, dándole una sonrisa nerviosa.

Ella sonrió alegremente, haciendo que sus ojitos se achicaran. Se despidió de sus dos menores y salió completamente alegre.

Son NaEun había sido el amor platónico de ChangKyun desde que entró en esa universidad, desde el primer día pudo notar como su belleza le iluminaba el día, como su ternura natural y su gentileza le hacían derretir el corazón.

Y, tal vez, ella era una de las razones por las cuales ChangKyun tenía vergüenza de sus padres.

¿Se imaginan qué pensaría NaEun si supiera que ChangKyun venía de un matrimonio gay? Y que, además de ello, uno de sus padres es de esos pocos hombres que tienen el poder de concebir vida.

Le tomaría asco, lo odiaría.

No podía arriesgarse, no era una opción.

Prefería mil veces aborrecer a sus padres a perder cualquier contacto con su ángel. 

Shame | YoonKiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora