Venganza feérica (ZuRo / TaeHwi)

12.- Penitencia

—Hwiyoung, ¿Dónde está tu creador?

Aquella simple pregunta había tomado por sorpresa a la criatura, por completo con la guardia baja.

—¿Qué, qué tiene eso que ver? —preguntó, intentando recomponerse.

—Bueno, me preguntaste por qué mi sangre sabía amarga, eso es algo que tu creador debería haberte enseñado, al menos por lo que me dijo Rowoon.

Hwiyoung suspiró, para ese momento su dulce presa lo estaba mirando y eso lo aliviaba un poco, tal vez si hablaba con él se sentiría mejor.

Tomó otra de las sillas para poder sentarse frente al peliblanco amarrado, aunque puso el respaldo hacia el frente para poder recargar los brazos en él.

—Él se fue hace algunos meses, en realidad solo pasamos menos de dos años juntos.

Sin saber por qué, comenzó a narrar lo que le había ocurrido, quería decirlo en voz alta y qué mejor manera que hacerlo ante el dulce Taeyang, así al menos habría alguien que lo escucharía.

—Cuando Sunwoo y yo éramos sólo unos humanos fiesteros, él se presentó ante nosotros con el nombre de Bobby y nos ofreció la inmortalidad. Obviamente los dos aceptamos y así comenzó nuestra aventura.

Por algunos momentos Hwiyoung se quedó en silencio, recordando aquella noche que Bobby había aparecido, con esa imagen tan genial que los había encandilado de inmediato.

—¿Y qué le pasó entonces? —preguntó el humano.

Por algunos momentos Hwiyoung simplemente se le quedó viendo, a pesar de todo lo que estaban pasando algo en el tono de Taeyang era suave, como si se compadeciera de él, cosa totalmente sin sentido dada su situación; a pesar de eso Hwiyoung sintió algo cálido en su pecho, en un intento vano por ignorarlo siguió contado.

—Bobby quería divertirse, quería compañeros de fiesta, no una responsabilidad. Al inicio nos divertimos mucho juntos, cada noche era una nueva aventura, una nueva emoción... pero pronto quedó claro que tanto Sunwoo como yo dependíamos demasiado de Bobby: no sabíamos nada de nuestra nueva naturaleza.

>No lo habíamos pensado demasiado hasta la noche en que Sunwoo murió, el amanecer lo atrapó en un lugar inseguro, no estoy muy seguro de lo que pasó, creo que un humano lo encontró, el punto es que terminó expuesto a la luz directa del día.

Conforme la historia avanzaba, los ojos de Taeyang se iban volviendo más grandes, enternecidos por ella.

—¿Desapareció?

—No, creo que era demasiado joven para eso, simplemente la magia que nos envolvía se esfumó. Cuando despertamos a la noche siguiente y lo encontramos, no era más que otro cadáver en descomposición.

>Bobby no dijo nada, aún mientras yo lloraba él solo se dio media vuelta y se alejó, pensé que necesitaba algo de tiempo a solas para llorarlo, pero él jamás regresó.

>Comencé a viajar entonces, buscando qué hacer, cómo sobrevivir, y ahí fue cuando te olí. Justo estaba llegando a la ciudad y capté tu aroma. Quería tenerte, estaba harto de la sangre humana amarga, y pensé que si bebía de ti, tu dulce sangre volvería a calentarme.

Hwiyoung se levantó de pronto, recordando la razón de su molestia, ni siquiera la mirada enternecida de Taeyang lo detuvo mientras volvía a cernirse sobre él.

—Pero parece que no, tu sangre es igual a la de los demás, —dijo con furia.

—No, espera...