19.- Castigo

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Hwiyoung podía sentir la debilidad conforme más sangre abandonaba su cuerpo, además no se había alimentado desde la noche anterior así que no estaba en su mejor condición, sin embargo estaba dispuesto a dar hasta su última gota de sangre con tal d...

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Hwiyoung podía sentir la debilidad conforme más sangre abandonaba su cuerpo, además no se había alimentado desde la noche anterior así que no estaba en su mejor condición, sin embargo estaba dispuesto a dar hasta su última gota de sangre con tal de que el humano se recuperara.

En algún punto Taeyang había levantado su mano para sujetar con la poca fuerza que tenía el brazo contrario, y aun cuando dejó de beber aquella mano tibia permaneció en contacto. La criatura se dejó caer entonces hasta quedar sentado, recargando la espalda contra el mismo sillón y sin soltar en ningún momento la mano de Taeyang que lo había sujetado.

Dawon aprovechó entonces el espació para acercarse también al peliblanco, volvió a acariciar su cabello con lo que logró llamar su atención.

—Buenas noches pequeño humano. Soy Dawon, vengo de parte del bibliotecario para ayudarte, ayudarlos.

Sus ojos grises apenas lo miraron, aunque los labios pálidos formaron la palabra "Leo".

—Así es, él ha pedido que te ayudemos, y en este momento la única forma de hacerlo es convertirte en uno de nosotros. ¿Estás de acuerdo?

Taeyang cerró los ojos y lo pensó un poco, luego volvió a esforzarse en abrir los ojos y asentir.

—Sí.

—Muy bien, en ese caso hay algo que debo dejar bien claro, así que escúchame bien. La muerte es un páramo helado y oscuro, es muy fácil perderse allí; yo puedo darte la fuerza para volver pero debe ser tu voluntad la que te traiga de vuelta.

Taeyang oprimió un poco más la mano de Hwiyoung y acarició la fría piel con el pulgar. Sí, tenía muchas razones para regresar de la muerte y así lo haría. Aún así no pudo contener el ligero temblor al momento en que la criatura de mayor edad se cernió sobre él.

En primera instancia Dawon apoyó los labios helados sobre la piel de su pecho, justo donde podía sentir las vibraciones del débil corazón que se apresuró ante su contacto. Incluso pasó la lengua un par de veces para preparar la piel antes de morder de manera profunda, quería inyectar su veneno lo más cerca del corazón que se pudiera.

Tuvo que sujetarlo entonces, pues el cuerpo humano dio un bandazo, incluso gimió a causa del ardor que el veneno creaba, recargó las manos en el hombro y la cadera del muchacho para evitar que se moviera más y agrandara la herida; en realidad Dawon no estaba bebiendo de él, no podía debilitarlo más.

Taeyang se quejó mientras sentía aquel ardor, era como si fuera ácido el que corría por sus venas. Oprimió con fuerza la mano de Hwiyoung mientras con la otra sujetó de manera instintiva el cabello negro de Dawon, aunque su mente comprendía parecía que su cuerpo quería alejar aquella fuente de dolor.

Aún así la criatura se mantuvo inamovible, inyectando la mayor cantidad de veneno que podía, al inicio la respiración del humano se agitó bastante junto al latido de su corazón, sin embargo poco a poco se fue tranquilizando mientras el veneno hacía su trabajo.

Luego de un último suspiro, el corazón de Taeyang se detuvo y su cuerpo perdió toda la fuerza. Hwiyoung se levantó alterado casi al mismo tiempo que Dawon lo había hecho, el segundo limpiándose los labios.

El más jóven intentó acercarse al humano, asustado por el silencio de su corazón y su aliento. Dawon lo tomó por los hombros para calmarlo.

—Tranquilo, es el veneno que ha comenzado a hacer su trabajo.

—Pero, él...

—Se los dije ¿recuerdas? Taeyang deberá regresar de la muerte por su propia voluntad, aunque puede ser un poco tardado y más dada su situación actual, el veneno tiene mucho trabajo que hacer.

Hwiyoung se soltó del agarre de Dawon para acercarse al cuerpo de Taeyang hasta arrodillarse a su lado de nuevo, en efecto no parecía haber descomposición ni nada en él, era como si sólo estuviera dormido. Además de que, si se concentraba, aún podía presentir la sustancia trabajando dentro de su cuerpo.

—¿Y qué hay de ti, pequeño? Parece que no te has alimentado y le diste mucha sangre.

—Estoy bien, gracias —Hwiyoung no tenía intención de separarse de Taeyang cuando podía despertar en cualquier momento.

Dawon volvió a acercarse a él y le tendió la mano como si quisiera ayudarle a levantarse, aunque con la muñeca hacia arriba.

—Aquí, bebe un poco de mi sangre. No tendrá un buen sabor, pero te ayudará a resistir hasta que el chico despierte, además mejorará un poco tu potencia.

Por algunos momentos Hwiyoung quiso negarse, sin embargo podía sentir el hambre corroyendo su interior y quemando en el hombro allí donde Bobby lo había mordido para transformarlo hacía varios años.

—Anda, necesitas estar fuerte para recibir a tu pareja, con mi sangre podrás aguantar hasta que despierte.

Hwiyoung terminó por aceptar, y tomó la mano que le ofrecía, mantuvo un momento su mirada mientras se acercaba la mano, Dawon incluso le asintió una vez más antes de que el menor mordiera con suficiente fuerza como para poder romper la dura piel sobrenatural.

En efecto, el sabor de aquella sangre era malo, frío, como si se estuviera alimentando de un cadáver, pero en cuanto pasó el primer sorbo pudo sentir la fuerza llenando su interior, en efecto el hambre desapareció con el segundo sorbo y al tercero se sentía bastante renovado. Dawon revolvió por segunda ocasión el cabello del más jóven con su mano libre.

—Es suficiente pequeño, tampoco es seguro que bebas demasiado. Además, debes beber con más cuidado para no lastimar a tu presa.

Hwiyoung pasó la lengua un par de veces hasta que la herida se cerró, luego se enderezó limpiándose los labios con el dorso de la mano.

—Lo siento, hyung.

—No te disculpes, está bien. Con el tiempo irás mejorando. Ahora que he acabado mi labor lo mejor será que me vaya.

—Espera yo, te lo agradezco, mucho, pero...

—Está bien, la otra criatura no tardará en volver a ustedes, y si hace falta algo entonces Taeyang podrá contactarse conmigo sin mucho problema dado que soy su creador.

—De acuerdo, muchas gracias, —dio un paso atrás para hacer una reverencia correcta.

—No es necesario, nos veremos pronto —se despidió para después abandonar el lugar.

Una vez que de nuevo quedaron a solas, Hwiyoung rebuscó en el pequeño sótano hasta que encontró una manta no tan sucia con la que cubrió parte del cuerpo de Taeyang, luego de lo cual se sentó a su lado.

Pasó un buen rato acariciando con suavidad el rostro y el cuello, atento a la más mínima señas de actividad por su parte, incluso peinó varias veces su largo cabello blanco, pero nada ocurrió.

Y conforme las horas de la noche corrían, Hwiyoung podía sentir aquella desesperanza amenazando de nuevo su interior, ni siquiera se dio cuenta de en qué momento las lágrimas comenzaron a correr libres por sus mejillas.

Venganza feérica (ZuRo / TaeHwi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora