19.♡ Algunos Recuerdos ♡

221 31 2
                                    

Capítulo extensoooooooo

• [---• ❤ ❄ ❄ ❤ ❄ ❄ ❤ •---] •

Era increíble y envidiable que el hermano de su mejor amigo se quedara con esa chica linda

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Era increíble y envidiable que el hermano de su mejor amigo se quedara con esa chica linda. Sólo necesitaba cinco minutos más y ella ya estaría contenta, aceptando ir a un lugar más privado.

Volvió a la fiesta. Bebió y conversó con algunas chicas sin poder quitarse de la cabeza a ella especialmente. ¿Qué tenía ella para no poder olvidarse?

Era linda como todas.

Mentira, era mucho más linda que todas las que estaban aquí, quienes les coqueteaban, pero sólo quería estar con ella.

Tch. Detesta a Zeref.

En sus continuas maldiciones, lo vio acompañado por la chica de cabello azul que le ocupaba los pensamientos, riéndose. ¿Qué era lo gracioso?, ¿por qué se reía con él?

Bah, qué importa. No amargaría su noche, lo disfrutaría y estaría tirado en una cama con alguna nueva amiga o con Ultear. A todo esto, ¿dónde estaba?

Comenzando a mirar a su alrededor buscando a su amiga, se quedó pegado en la misma chica, yéndose del lado de Zeref, parecía que iba deprisa...¿al baño?

Era su oportunidad. La siguió sin ser visto por el hermano de Natsu. Y éste idiota también, ¿dónde andaba?

Subió las escaleras, pisándole los talones a distancia sin que sospechase. Dudaba que lo hiciera, estaba ebria. Paró en seco cuando ella hizo lo mismo esperando en la puerta. Habían muchos baños en todos los pisos, pero ella quería este, el más cerca. Así que la esperó, apoyando la espalda en la pared.

Salió una chica de ahí y entró ella. No demoró mucho, saliendo enseguida.

Gray se alejó de la pared caminando a su objetivo azul, surcando una sonrisa sin ser exagerada, era una sonrisa cordial y caballerosa que a toda chica le gustaba, cayendo a sus brazos. Ella lo vio sin querer caer a sus brazos, quiso hacerle el quite, sin lograrlo.

―No huyas, no voy a morderte. ―parecía un lobo cazando a su presa escurridiza.

―Ya sé qué clase de hombre eres.

―Hey, hey, calma ―le vio el ceño fruncido y sus palabras le resentían como insulto―. Si tu no quieres, está bien, no voy a obligarte ni nada. Sólo quiero charlar.

―Estoy con tu amigo, ¿qué clase de amigo eres que le levanta la chica en una fiesta? ―ebria estaba, pero aún pensaba bien lo que sucedía a su alrededor.

『Mi Accidentado Amor』 «Gruvia; au»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora