Veo el miedo reflejado en los oscuros y brillantes ojos de Destino. Entonces sé
que todo esto sucede por algo. Las voces no dejan de agolparse una tras otra y
me siento perdida. Todos me gritan y mueven los brazos señalando a Destino
pero yo sigo alejada de aquí, en cualquier otro lugar menos en el centro, y a unos trancos de que Destino choque conmigo.
De pronto, mis oídos captan lúcidamente las voces provenientes de los chicos
y de Bruno y escucho claramente lo que me gritan:
-¡Apártate Mia!
-¡Mia, Destino va a aplastarte! ¡Corre!
Mi cuerpo empieza a reaccionar lentamente y giro la cabeza a ambos lados.
Todos están escandalizados, presas del pánico. Yo solo miro al frente, hasta
que mi mirada se cruza con la de Destino. Sé qué debo hacer y mi respuesta esno. No me apartaré. ¿Estoy loca? Puede que sí, pero no es el momento para
pensarlo.
Las patas de Destino dejan atrás los pocos metros que nos separaban. Veo
cómo todos dejan de gritar y se tapan fuertemente la cara con ambas manos
para no ver lo que está apunto de ocurrir. Quedo envuelta en una gran nubede arena y polvo que no me permite ver qué hay más allá de mi nariz. Cierro
los ojos antes de ser llevada por Destino.
Sigo con los ojos cerrados pero no sucede nada. Tengo miedo de abrirlos por
ver qué me puedo encontrar. Escucho voces de nuevo y hasta suspiros. Abro
los ojos poco a poco y noto cómo va desapareciendo el polvo hasta que puedodistinguir todo a mi alrededor. Me quedo sin respiración. A ambos lados de
mí todos están igual, atónitos y asombrados, con la boca abierta. Y no podría
ser de otra forma porque... Destino...¡Está de pie agitando sus patas
delanteras por encima de mí!
No puedo creer lo que veo. Cómo mueve sus patas, su pelo agitado por el
viento y sus ojos fijos en mí. Tiene las pupilas dilatadas y su respiración es
entrecortada. Resopla bruscamente y parece que se le va a salir el corazón del
pecho. Está aterrado.
Levanto las manos en el aire en dirección a él. No para cubrirme, no siento
miedo hacia él, sino para que vea que estoy aquí, que no cunda el pánico. El
silencio que se ha formado es impactante. Emito un suave susurro aún con lasmanos levantadas en su dirección, un susurro tan bajo que sólo él pueda oírlo.
Deja de agitar sus patas en el aire y gira sus orejas al escuchar mi voz:
"Tranquilo Destino, todo pasó. Estoy aquí".
Tras unos segundos en los que todos nos quedamos sin respiración, Destino
baja las patas de golpe, produciendo un sonido seco en la grava al impactar
sus cascos y levantando más polvo a su alrededor. Sigue muy nervioso, con la
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Destino
Teen FictionMia ama los caballos. Su sueño siempre ha sido aprender a montar. Un día ese sueño por fin se cumple en el "Centro Hípico La Herradura". Queda fascinada ante los caballos que hay, pero más aún cuando conoce a Destino, el precioso caballo negro del...