Todos se han quedado boquiabiertos. ¡Un campamento! Esa era la sorpresa que había preparado Bruno. Pero... No creo que pueda venir. Apenas sé montar y ellos se pasarán todo el día con los caballos. Sería increíble, desde luego. Además, el campamento es nocturno. Eso quiere decir que todos se quedarán a dormir en la casa de Bruno para continuar al día siguiente con las actividades.
-Chicos, os habéis quedado callados. ¿No os gusta? -pregunta Bruno-.
-¡Pero, qué estás diciendo! ¿Cómo no iba a gustarnos? ¡Llevamos esperando esto mucho tiempo, Bruno! -chilla de la emoción Cris. Se ve que está encantada, no para de dar saltos de la emoción-.
-Me alegro de que os guste, entonces. Voy a explicaros un poco lo que haremos: Llegaréis el sábado por la mañana, os instalaréis en las habitaciones de arriba, prepararemos los caballos, haremos una ruta y después una barbacoa aquí en el merendero. Por la tarde habrá una gymkana a caballo con las distintas disciplinas, pero cada uno a su nivel, no os preocupéis. Por la noche podríamos hacer una fiesta y al día siguiente iremos al lago con los caballos a nadar un poco. ¿Qué os parece?
-¡Es alucinante! ¡Va a ser el mejor finde del año!- grita Nora-.
-Me parece una buenísima idea- añade sonriendo Hugo-.
-Mia, ¿te pasa algo? Pareces un poco triste. -me pregunta Bruno acercándose-.
-Pues... que me encantaría venir, Bruno. Pero apenas sé montar, no creo que pudiese hacer todas esas cosas.
Bruno empieza a reírse. Y entonces me pregunta:
-Mia, ¿hablas en serio? ¿Era eso lo que te preocupaba?
-Sí. ¿Por qué lo dices? -le respondo-.
-Pues, ¡porque estoy alucinando! Ayer me demostraste que tú vales para esto, Mia. Me demostraste todo lo que eres capaz de hacer y mucho más. Me demostraste lo valiente que eres... Y, ¿sabes qué? No he visto nunca a nadie con tanto aguante y equilibrio como tú. Zafiro se puso a galopar como si no hubiera un mañana, ¿y qué hiciste tú?
-Me impulsé y salté sobre él antes de caerme. Y... conseguí pararlo.
-Exacto. Tienes mucho potencial y creo que cuatro días te bastan y te sobran para aprender a trotar y perfeccionar tu galope. Además... -Bruno se queda pensativo-.
-Además... ¿qué? -intento que continúe con lo que se está guardando-.
-Pues que si hoy me demuestras una vez más lo que eres capaz de hacer con un caballo... Mañana te enseñaré a saltar.
-¿Vas en serio?
-Sí, muy en serio.-me responde él- Así que vendrás este finde.
Estoy alucinando. Hace unos segundos creía que no podría venir al campamento, y ahora me encuentro con que Bruno me va a enseñar a trotar y galopar hoy, y que además, mañana saltaré. Esto es increíble. Adoro a Bruno. Confía muchísimo en mí, así qué lo haré lo mejor que pueda para demostrarle lo agradecida que le estoy por ayudarme tanto.
-¿Cuándo empezamos? -le pregunto sonriendo-.
-Ahora mismo. -responde orgulloso-.
Se da la vuelta y se dirige hacia los demás para hablar.
-Chicos, es hora de montar. A los establos.
Todos nos dirigimos a los establos para montar al fin. Veo caras de felicidad en todos mis nuevos compañeros. Si nos encantan los caballos, ¡qué mejor sorpresa que un campamento! Ahora mismo me siento muy feliz, pero aún me queda algo por hacer antes de montar. Me acerco a Bruno, quien me sonríe.
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Destino
Teen FictionMia ama los caballos. Su sueño siempre ha sido aprender a montar. Un día ese sueño por fin se cumple en el "Centro Hípico La Herradura". Queda fascinada ante los caballos que hay, pero más aún cuando conoce a Destino, el precioso caballo negro del...